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Ruta forestal

2005/11/06 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Vamos por el bosque. Es precioso: vestido de colores y con nuevo suelo tapizado. Al adentrarse en el bosque, uno se siente curado por todos los males. Y parece que no está del todo equivocado, porque los científicos también reconocen su efecto curativo sobre la atmósfera del bosque.

Los beneficios para la salud son múltiples.
(Foto: Danel Solabarrieta).

En Japón se conoce como Shinrin-yoku la inmersión en el bosque y sus investigadores han demostrado que tiene un efecto beneficioso en la salud. Por ejemplo, se ha observado que a los diabéticos la concentración de glucosa en sangre disminuye cuando se mueven en el bosque. Otros investigadores han visto aliviar algunas enfermedades del aparato respiratorio.

¿Qué tiene el bosque para tener un efecto curativo? Varios investigadores tratan de responder a esta pregunta y comienzan a analizar las moléculas que se encuentran en el aire del bosque. De los 120 compuestos encontrados en los bosques de Sierra Nevada, California, sólo 70 han sido identificados. Esto significa que el que circula por el bosque no sabe qué respira. Y eso, donde se ha investigado. ¿Qué respiramos en los bosques de aquí? Quién lo sabe.

Moléculas volátiles

Sin embargo, entre las moléculas identificadas se encuentran compuestos liberados por hongos y bacterias del suelo. La mayoría proviene de los árboles. En concreto, los compuestos orgánicos volátiles se liberan de una especie de bolsillo que se encuentra entre las células de las hojas. Muchos de ellos son los llamados monoterpenos en química.

Los árboles liberan de sus hojas los compuestos orgánicos volátiles.

Existen varias teorías para explicar por qué los árboles liberan compuestos volátiles. Es posible que se suelte para ahuyentar insectos o que se trate de productos colaterales del metabolismo.

Los compuestos orgánicos volátiles afectan a las personas por una u otra razón. Cuando las moléculas volátiles entran en contacto con los nervios olfativos presentes en la nariz, éstos envían un mensaje al sistema límbico cerebral. Es la zona del cerebro la que se ocupa de las emociones instintivas, como el sexo, la memoria y la agresividad. Y está demostrado que el sistema límbico actúa sobre el cuerpo. Al oler una molécula volátil, por tanto, se pone en marcha toda la cadena, aunque una no se da cuenta de ello.

Además, las moléculas volátiles llegan no sólo a la nariz sino también a los pulmones. Y desde allí algunos entran en circulación. Así, las moléculas respiradas al caminar por el bosque se convierten en parte del cuerpo.

Aromaterapia

Perder en el bosque no tiene precio.
(Foto: Itziar Nogeras).

En aromaterapia, los compuestos de origen vegetal se denominan aceites esenciales y cada uno de ellos tiene una influencia específica sobre el cuerpo humano. Por ejemplo, según los que trabajan en aromaterapia, los monotipos de los pinos son antivirus y antisépticos, es decir, protegen de las infecciones. Además, son buenos para aliviar el asma y las enfermedades respiratorias. Sin embargo, no existen estudios científicos que lo demuestren.

Por vía oral, se ha demostrado que los monotermos tienen un efecto anticancerígeno y los medicamentos que se toman en la quimioterapia tienen monoterpenos. Sin embargo, todavía no han probado con olores si tienen ese efecto medicinal.

Según Joan Maloof, biólogo de la Universidad de Salisbury, es posible que la medicina occidental no se preocupe por estudiar la influencia de los bosques, ya que de ello no se puede sacar ningún beneficio económico, ya que no se puede meter el aire del bosque en un frasco y venderlo al precio del oro. Sin embargo, muchos no necesitan pruebas científicas para saber que realmente es saludable. Y por el momento, perder en el bosque no tiene precio.

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