Asier Saez-Cirión: "estamos investigando mecanismos naturales para controlar la infección"
Asier Saez-Cirión: "estamos investigando mecanismos naturales para controlar la infección"

Sí, claro, es un gran honor, incluso al margen del premio. Todos estamos muy orgullosos y contentos de ello.
Sí, llevo más de cinco años trabajando en laboratorio y trabajamos juntos.
Como científico tiene un nivel excepcional. Pero también es una persona muy comprometida, muy preocupada por la lucha contra el sida, no sólo aquí, sino en los países que más lo necesitan. De hecho, está profundamente preocupado por que los enfermos de sida de África y Asia tengan una adecuada atención y cuidado de su salud, a lo que dedica buena parte de su tiempo. Es una persona maravillosa.
Ha pasado poco tiempo para medir su impacto en nuestro trabajo, pero, sin duda, percibimos que el interés del público y de la prensa ha crecido. Sin embargo, en nuestro trabajo lo que más se nota es la alegría. En este laboratorio tenemos un ambiente especialmente bueno entre nuestros compañeros, y desde que nos comunicaron que a François se le iba a entregar el premio Nobel, no nos podemos quitar la sonrisa de los labios.

Nuestro laboratorio trata de investigar mecanismos naturales para controlar la infección. En concreto, analizamos un grupo de personas muy raro: son personas infectadas por el virus, con capacidad intrínseca para controlar la infección, sin ayuda de ninguna terapia y durante mucho tiempo. A estas personas les llamamos controladores de VIH. Pues estamos tratando de entender los mecanismos de este control intrínseco de la infección, un ejemplo realmente atractivo de lo que queremos conseguir con una terapia inmunológica eficaz, a pesar de que, como hemos dicho, es muy raro.
Sí, bueno, nosotros en un trabajo que publicamos el año pasado, dijimos una fuerte huella de cómo los controladores de VIH consiguen el control. Se sabía que estas personas, en comparación con las que no controlan la infección, tienen una respuesta linfocitaria T muy fuerte, excelente. Los linfocitos T son las células responsables de la infección, pero en las personas normales esta respuesta es deficiente, mientras que los controladores de VIH tienen una respuesta fuerte y eficaz. Estamos tratando de averiguar por qué esto sucede. Por ejemplo, el año pasado demostramos que los linfocitos T de los controladores de VIH tienen entre 100 y 1.000 veces más capacidad que los de otras personas para eliminar las células infectadas por el virus.
Además de nuestro laboratorio, otros equipos internacionales están estudiando los controladores de VIH. Es más, aquí mismo, en Francia existe un poderoso grupo de controladores de VIH que investigan a un grupo muy grande, y todas las investigaciones coinciden en que existe una relación entre esta capacidad de control y algunos HLA, es decir, moléculas que presentan el antígeno. Estas moléculas conocen las partículas del virus en nuestro cuerpo y las presentan a los linfocitos T para que identifiquen y destruyan la célula infectada por ellas.
Sin embargo, esta relación no es completa. Es decir, muchos controladores de HLA tienen esta forma concreta de la molécula, pero por un lado, todas las personas que la contienen no están protegidas ni mucho menos, y por otro, tampoco todos los controladores de VIH tienen esta molécula. Por lo tanto, hay que ver cuál es la participación de la molécula y, además, eso nos da la esperanza de que no exista una base genética que permita alcanzar este nivel de protección. Si no, sería decepcionante desde el punto de vista de la vacuna.

Ahora, gracias a nuestras investigaciones, tenemos información sobre algunos mecanismos relacionados con el control de la infección. Además, hemos conseguido herramientas para identificar estas excelentes respuestas. Por tanto, nuestro objetivo es ver qué podemos hacer para generar una respuesta similar. Así, desde comienzos de año estamos trabajando para que con una terapia temprana podamos producir una respuesta eficaz en el organismo infectado, de forma que sea capaz de controlar por sí mismo la infección. Por lo tanto, sería una terapia temprana, no una vacuna protectora.
De momento vemos una vacuna protectora, una vacuna que proteja a la gente de la infección, bastante lejos. No creo que lo logremos en un futuro cercano. Por ello, ha aumentado el interés por las vacunas terapéuticas. Su objetivo es lo que ahora decimos: Generar la capacidad intrínseca de los controladores de VIH, es decir, de reducir drásticamente el número de virus. Con ello conseguiríamos que los infectados vivieran durante mucho tiempo, limitando la transmisión del virus.
De lo contrario, los resultados de las últimas investigaciones que se estaban llevando a cabo con las vacunas protectoras han sido desalentadores, aunque en cierta medida nosotros no nos hemos sorprendido demasiado. ¿Cuál ha sido la consecuencia? Pues todos los científicos se han puesto de acuerdo para retornar a la investigación básica, trabajando para saber cómo protege la respuesta inmunológica, cuáles son las bases de esta protección y a través de qué mecanismos se consigue.
No lo conozco, pero habría que ver cómo consigue aumentar la respuesta y por qué camino. La activación del sistema inmunológico puede ser perjudicial para la infección. Así ocurrió con la vacuna de la gran compañía farmacéutica Merck, pero al menos este ensayo ha servido para comprobar los posibles daños que pueden causar los ensayos de vacunas y extraer algunas asignaturas.
Ahora, por ejemplo, hay mucho interés en una proteína, la proteína estructural del virus, porque creemos que la respuesta a esta proteína puede ser más importante que otras respuestas. El tema de la glicoproteína 120 está siempre en el aire. La molécula puede ser interesante, ya que se encuentra en la superficie, por lo que debería ser la primera en conocer el sistema inmunitario, pero presenta una gran variabilidad.

Claro, hay que seguir investigando con las vacunas, pero creo que hay que saber qué pasa en los controladores de VIH y en los monos que, estando infectados, no desarrollan la enfermedad. Conocer cómo y por qué se produce esta protección nos dará muchas pistas.
Sí, creo que tenemos que ser prudentes, si no, corremos el riesgo de despertar falsas expectativas. En el ensayo de Merck, por ejemplo, se hizo mucha publicidad y luego se derrotó. Yo, sin embargo, tengo que reconocer que muchos científicos no esperábamos buenos resultados de aquella investigación. Por ello, es preferible actuar con prudencia.
Antes de terminar me gustaría decir una cosa: Los controladores de VIH no desarrollan la enfermedad, pero tienen la capacidad de transmitirla. Es muy conveniente tenerlo en cuenta, ya que una persona así puede pensar que ella no transmite el virus, y no es así.
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