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Ropa, primera protección

2006/02/01 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

Es evidente: el nudismo no está de moda. También es normal, porque la ropa nos protege del frío, de la lluvia, del sol, de los insectos... y de la mirada de los demás. Además, tiene una función social. Ahora, gracias a las telas inteligentes, las prendas tienen funciones que antes parecían de ciencia ficción. Y no creas que es una cuestión de moda, es un tema muy importante.
Ropa, primera protección
01/02/2006 | Galarraga Aiestaran, Ana | Elhuyar Zientzia Komunikazioa
(Foto: De archivo)

¿Desde cuándo se visten las personas? Hay una explicación en la Biblia, pero los científicos no se ponen de acuerdo al responder a esta pregunta. Algunos creen que nuestra especie, el Homo sapiens, inventó sus ropas cuando migró de África a zonas más frías. Dicen que les impulsó la necesidad de protegerse del frío.

Pero las prendas también son útiles en lugares calientes, ya que sirven para protegerse de los agentes externos y mostrar su papel dentro del grupo, entre otras cosas. Por ello, muchos investigadores creen que antes de salir de África también iban a vestirse. Y además de Homo sapiens, es muy probable que el hombre de Neanderthal usara cierta indumentaria, ya que hacía mucho frío en su lugar y época.

Por lo tanto, no está claro cuándo el hombre empezó a vestirse. De todas formas… ¿qué vistían? Esta pregunta no genera tanta discrepancia y los antropólogos consideran que utilizaban la piel, el cuero y las hojas o la hierba de los animales.

Sin embargo, no tienen muchas pruebas, ya que el cuero y los tejidos vegetales se degradan fácilmente, a diferencia de los útiles y joyas fabricados en piedra, metal o hueso. Las agujas, sí, se han mantenido hasta hoy. Las agujas de costurera más antiguas que se conocen son de hueso y pólvora, y hace entre 30.000 y 26.000 años. Pero las ropas son anteriores a las agujas y por eso no dan pistas sobre las primeras.

Piel al principio

Según los expertos, los cazadores fueron los primeros en utilizar las pieles para vestirse. Los grupos humanos que vivían en zonas de clima templado se alimentaban principalmente de frutos y plantas, y no necesitaban tanto vestirse. Para los que vivían en zonas de clima frío, pero la caza era importante. La carne de los animales necesitaba para estar bien alimentada y es de suponer que utilizaban su piel para protegerse del frío.

En comparación con piedras, huesos y metales, los materiales utilizados en la confección de la ropa son fácilmente destruibles. Por eso es difícil saber cómo vestían hace miles de años.
Ciencia

De hecho, en los yacimientos del Paleolítico Inferior se han encontrado cuchillos de sílex y raederas, que servían para preparar la piel. A través de ellos se retiraba la piel del animal cazado y se pelaba y limpiaba. Pero este trabajo no era suficiente para que la piel funcionara, ya que de no ser tratada se pudre inmediatamente.

Con el tiempo y la experiencia fueron inventando técnicas para transformar la piel en cuero. Desecados, ahumados, depositados sobre troncos de árboles, sumergidos en aguas pantanosas... vieron que la piel se hace más molesta y duradera. Sin saber cómo y por qué sucedía eso, dieron los primeros pasos en la peletería.

Desde entonces la tecnología ha evolucionado constantemente, pero para muchos la piel no ha perdido valor. La tendencia es contraria: para algunos es inaceptable el uso de piel animal para vestirse, ya que hay muchos otros materiales para hacer ropa.

Lana antigua y actual

La lana, por ejemplo, se utiliza desde hace tiempo y no hace falta matar a ningún animal para conseguirla. Se cree que el agricultor-ganadero del Neolítico comenzó a hilar la lana y tiene varias ventajas respecto al cuero. La lana es elástica, ligera e incluso duradera. ¿Quién no tiene un jersey favorito, el más querido de todos por ser viejo? Está claro que las prendas de lana duran mucho tiempo.

Entre los rizos de la lana el aire queda atrapado formando una capa aislante.
Handspun Yarns

Además, la lana se adapta mejor que la piel a las características climáticas del momento, sobre todo a los niveles de humedad y a los cambios de temperatura. De hecho, las fibras de lana son rizadas y entre los rizos entra aire y queda ahí. El aire inerte es uno de los mejores aislantes conocidos, por lo que la lana protege bien tanto del frío como del calor.

Además, la lana absorbe vapor de agua. El principal componente de las fibras es una proteína, queratina, rodeada de escamas superpuestas. La queratina puede tomar gran cantidad de agua, aproximadamente un 30% de su peso antes de mojarse completamente. En clima frío, absorbe la humedad del aire que queda atrapado entre los rizos, manteniendo seca la capa de aire próxima a la piel de la persona y, por tanto, la ropa de lana no pierde calor.

En climas cálidos favorece el proceso de transpiración//evaporación. La sudoración es el mecanismo natural del cuerpo para perder calor: al evaporar el sudor, la temperatura disminuye en la piel. La lana contribuye a ello, por un lado absorbe la humedad del sudor y, por otro, las escamas la llevan al exterior.

También es muy adecuado ante cambios bruscos de temperatura, ya que el intercambio de calor y humedad entre la lana y el entorno es progresivo. Las escamas también protegen de la erosión y de la entrada de agua líquida y, por si fuera poco, la lana tiene una capa de grasa, la lanolina. Gracias a ello, en cierta medida es impermeable y aunque el sirimiri deja el traje de lana hecho una mela-mela, sujeta bastante bien el chaparrón sin mojarse.

Tejidos de reino vegetal

Las bolas de algodón se forman cuando las flores se arrugan y están formadas mayoritariamente por celulosa.
D. Nance / ARS

Junto a las fibras de origen animal, las de origen vegetal son utilizadas desde hace tiempo: lino, algodón, cáñamo, yute... Las fibras de lino, por ejemplo, se utilizan antes que la propia lana para fabricar tejidos. Hace 5.000 años, en Mesopotamia y Egipto, la tecnología del hilado y la tejeduría estaba muy avanzada, y el lino era utilizado para confeccionar prendas elegantes y paños duros.

Las semillas de lino también son valiosas ya que de ellas se extrae aceite, pero en la fabricación de tejidos se utiliza la fibra de los postes. Las fibras de lino, de 30 a 75 cm de longitud, están formadas por células cilíndricas individuales. Una de las características de los tejidos de lino es su suavidad. Además, es sostenible y difícil de romper. Absorbe fácilmente la humedad, pero se seca rápidamente y es un buen conductor de calor, por lo que es ideal para lugares calientes.

El algodón también es fresco y resistente. La planta algodonera crece en climas tropicales y subtropicales y, al igual que el lino, se utiliza en la industria textil desde hace miles de años. Las fibras de algodón se producen al morir las flores, en el exterior de las semillas, envueltas en forma de bola.

Las bolas de algodón están formadas mayoritariamente por celulosa (87-90% de celulosa) y tras varios tratamientos de eliminación de proteínas y cera quedan fibras formadas por pura celulosa. Sus telas de bobinado y tejido son idóneas para la confección de prendas de vestir y ropa interior para lugares calientes, ya que absorben la humedad y son muy cómodas y frescas. Para zonas frías, el algodón se peina para obtener tejido peludo y caliente.

En la actualidad, los tratamientos tecnológicos permiten dar al algodón cualquier característica casi deseada: no arrugar, impermeabilizar, etc. Por ello, no es de extrañar que cerca del 40% de las fibras naturales del sector textil sean de algodón.

El encanto oriental

Aunque el algodón es muy utilizado en la industria textil, muchos creen que no puede superar el encanto de la seda. La seda es lisa, brillante y resbaladiza, símbolo del lujo desde la antigüedad.

El algodón y el lino son utilizados desde hace mucho tiempo y son muy apropiados para hacer ropa para climas cálidos.
S. Ausmus / ARS
La seda, de origen animal, es producida por el gusano de seda en su camino hacia la mariposa. Al parecer, a. C. Para el año 2700 en China sabían cómo aprovechar el trabajo que realiza el gusano de seda y guardaron ese secreto durante siglos.

Cuando el gusano está listo para convertirse en una crisálida, comienza a fabricar un capullo de seda. Para ello mueve la cabeza en forma de 'ocho' y dos glándulas cercanas a la mandíbula inferior segregan un líquido. En contacto con el aire, este líquido se solidifica y se transforma en hilo de seda. Al mismo tiempo, el gusano segrega una goma que une los dos filamentos. En tres días transforma todo su líquido en seda. En un capulo se recogen 1.300 metros de hilo de seda y se necesitan 5.500 gusanos para producir un kilo de seda.

Los capullos deben ser tratados para limpiar y tejer la seda. Los hilos que se obtienen al final son muy ligeros, duraderos y resistentes, elásticos y no inflamables y los hongos no atacan. Pero no todo es favorable: hay que lavar la seda a mano y con agua fría, la lejía le perjudica, se arruga con facilidad y hay que planchar con cuidado.

Tejidos artificiales y sintéticos

Intentando imitar las características más apreciadas de la seda, en 1892 el químico francés Hílaire Berniggaud inventó el rayón. Fue el primer centenar

artificial y a partir de entonces la industria ha creado once tejidos artificiales y sintéticos.

En un capulo se recogen 1.300 metros de hilo de seda y se necesitan 5.500 gusanos para producir un kilo de seda.
Ciencia
Los tejidos artificiales se obtienen a partir de tejidos naturales y mediante tratamientos químicos. Por ejemplo, Berniggaud partió de la celulosa para hacer rayón. Con el uso de disolventes consiguió una solución gruesa y viscosa. Filtró la disolución por una lámina con agujeros diminutos, dando así los filamentos al líquido. Finalmente, secando los filamentos, consiguió fibras fácilmente absorbentes y tejedoras. Así nació el rayón.

Los tejidos sintéticos se forman por reacción de pequeñas moléculas mediante un proceso de polimerización. En este proceso, las unidades llamadas monómeros se unen entre sí formando moléculas complejas, es decir, polímeros. Los polímeros presentan unas características adecuadas para la industria textil, ya que son ligeros, duraderos y elásticos. Se utiliza no sólo en la industria textil, sino en otros muchos ámbitos.

El primer tejido sintético, el nylon, se comercializó en 1940. Wallace Carothers lo inventó cinco años antes por polimerización de una amida. Este polímero daba fácilmente filamentos, pero el primer producto de nylon que salió al mercado no fue un tejido, sino un cepillo de dientes con cerdas de nylon. Era el año 1939. Dos años después, DuPont lanzó al mercado el producto que dio a conocer completamente el nylon: los calcetines de nylon.

Este traje desarrollado por la ESA para astronautas mide diferentes parámetros sanitarios.
ESA
XX. En el siglo XX, la industria textil evolucionó de forma continua. Además de crear tejidos de mil formas, la tecnología de la confección fue evolucionando. Y aquel desarrollo no ha quedado en absoluto. En ese sentido, tanto europeos como estadounidenses han puesto la esperanza en la investigación y el desarrollo. Su capacidad de producción es enorme y está dominando los mercados mundiales en detrimento de la industria textil y de la confección occidental. Para hacer frente a ello, la Unión Europea y EE.UU han lanzado proyectos específicos para impulsar la investigación en el sector textil.

El futuro a tope

Los esfuerzos de los investigadores están dando resultados espectaculares. Un ejemplo: traje de transparencia. Con este traje, al igual que al mirar por una ventana, se pueden ver escenas de fondo como si no hubiera nadie entre ellas.

El secreto está en el material de la ropa y en el trabajo de una cámara. La cámara está detrás de la persona que lleva esa ropa especial. Desde allí toma las imágenes de fondo y las proyecta en la ropa. La ropa está fabricada con un material fotográfico que refleja claramente las imágenes. De este modo, parece que la persona que la tiene vestida se ha convertido en transparente. Parece magia, pero sólo es tecnología.

Hay ejemplos más prácticos. Son muchos los que sueñan con la ropa que se limpia por su cuenta. Los investigadores han tratado por diferentes vías de idear este tipo de ropa. Por ejemplo, mediante la introducción en el algodón de nanopartículas de dióxido de titanio. Bajo la luz ultravioleta, el dióxido de titanio libera electrones. Estos reaccionan con el oxígeno del aire generando oxígeno libre. El oxígeno libre es muy reactivo y descompone la materia orgánica --suciedad -. El resultado de la reacción es el dióxido de carbono y el agua.

Nylon, el primer tejido sintético, se lanzó al mercado en 1940 y tuvo un gran éxito.
UCLA
Otros investigadores han utilizado nanopartículas de plata para introducir en los tejidos convencionales y fabricar ropas que evitan la suciedad. En principio no se limpia, pero es impermeable a la suciedad y al agua, por lo que se mantiene mucho más tiempo que la ropa usada.

También se ha inventado ropa contra el olor a sudor y los microorganismos patógenos. En este caso se han introducido las N-halaminas en el algodón. Las n-halaminas contienen átomos de cloro que mata bacterias y otros virus que producen el olor a sudor.

La nanotecnología se ha convertido en una herramienta útil para dar a las telas las características deseadas. Por otro lado, unidos a la electrónica, han conseguido trajes que parecen de ciencia ficción. Se llaman electrotejidos o prendas inteligentes y tienen once aplicaciones: el ritmo cardíaco, las ropas que miden la concentración de glucosa en sangre y el grado de hidratación, las que se calientan eléctricamente, las prendas que cambian de color al correr en función de la velocidad del corredor... El futuro está aquí.

Seguridad
Si los piojos hablaran...
Los antropólogos del instituto alemán Leipzig han estudiado el ADN del piojo, tanto del piojo corporal (Pediculus humanus o Pediculus humanus corporis), que se conoce como Pediculus humanus corporis, como del piojo de cabeza ( Pediculus humanus capitis ). Según los investigadores, en el camino evolutivo, el piojo se separó del reposacabezas y se convirtió en una especie diferente, hace unos 70.000 años. De ahí se deduce que fue entonces cuando se extendió el hábitat del piojo, la ropa. Y además, las fechas coinciden con la época en la que el Homo sapiens salió de África. Es lógico pensar que al migrar a zonas más frías necesitaría ropa. Por lo tanto, fue entonces cuando el hombre inventó la ropa.
Piojo de cabeza.
(Foto: Universidad de Glasgow)
Pero la mayoría de los investigadores creen que el hombre se viste antes. Por otra parte, el estudio de los utensilios del hombre de Neanderthal parece indicar que éste utilizaba pieles para cubrir el cuerpo. Esto significa que el hombre de hace 300.000 años puede tener ropa. ¡Ni que decir tiene que vivía en territorios helados!
Y quizás el hombre de Neanderthal también tuviera su piojo. Pero como los parásitos evolucionan con el huésped, el piojo desaparecía con él. Entonces, la investigación realizada en Leipzig no sería útil para saber cuándo se inventaron las prendas, ya que sólo han analizado los piojos del Homo sapiens.
Mirando a la etiqueta
Revisa la etiqueta de la ropa que tienes. Muchas veces, junto con el algodón o la lana, o en su lugar, aparecen otros nombres: poliéster, Lycra, Tactel, Gore-Tex... Todas ellas son fibras sintéticas.
Se realizan a partir de alquitrán, carbón, amoniaco, petróleo y algunos productos secundarios de la actividad industrial. Los procesos de polimerización permiten obtener resinas sintéticas fácilmente absorbibles y tejidas. Resultado: tejidos elásticos, ligeros y duraderos.
Producción de poliéster.
(Foto: Gea Group)
Los procesos de polimerización consisten en la unión de moléculas pequeñas para formar moléculas complejas, empleando dos tipos principales de reacciones: condensación y reacciones de adición. Los polímeros obtenidos por condensación suelen ser de varias longitudes. Las reacciones de adición, por su parte, tienen una longitud específica y, además, no se generan productos laterales. Por el contrario, la condensación produce agua, amoniaco, etilenglicol, etc.
Entre las fibras generadas por condensación se encuentran poliamidas, poliuretanos y poliésteres. El nylon, la primera fibra sintética inventada en la industria textil, es una poliamida y el perlo. Esto se mezcla a menudo con lana o algodón para aumentar su durabilidad. Dacrona y teritala son poliestirenos que, además de duraderos, son indeformables y no arrugan.
Polimerización.
(Foto: De archivo)
Por otro lado, los polímeros generados por reacción de adición incluyen polietileno, polipropileno, cloruro de polivinilo (PVC) y poliestireno.
En nuestro entorno están muy extendidas las prendas con Gore-Texa, sobre todo para montaña y al aire libre. Mediante la mezcla y difusión del politetrafluoroetileno y otros fluoropolímeros se obtiene una membrana porosa. Eso es Gore-Texa.
Membrana Gore-Tex.
(Foto: Gore-Tex)
Los poros de la membrana son muy pequeños, por lo que las gotas de agua no pueden entrar, pero se puede extraer vapor de agua. Esto permite que el tejido expulse el sudor pero no entre la lluvia. Por eso es tan apropiado para actividades al aire libre.
Al igual que esto, se han creado otros once cientos para actividades especiales. Menos mal que los comercializan con nombres comerciales, de lo contrario se asustaría a más de uno... ¡leyendo los nombres en la etiqueta!
Galarraga de Aiestaran, Ana
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217
2006
Servicios
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Materiales; Tecnología; Física