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Cristal que guarda la luz

2002/01/08 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Según se ha publicado en la página web de la revista Nature, investigadores de EEUU y Corea han presentado un cristal con aplicaciones en ordenadores cuánticos.

Este cristal es de itrio silicato y contiene varios átomos del elemento praseodimio, estructura que le permite almacenar la luz y liberarla posteriormente. Según Philip Hemmer, director del equipo investigador, el cristal se puede utilizar en ordenadores cuánticos para almacenar información.

Los ordenadores convencionales se basan en dispositivos electrónicos y magnéticos. La información se transmite a través de pulsos electromagnéticos, las subidas y bajadas bruscas de la diferencia de potencial se leen 0 o 1 y la información se almacena en el sistema binario.

La luz se mueve al vacío a una velocidad aproximada de 300.000 kilómetros por segundo y, si se puede acumular y liberar, se podría utilizar para almacenar información. El año pasado consiguieron por primera vez parar la luz en un experimento. Para frenar el rayo de luz, en el experimento se utilizó el vapor de los átomos de metal enfriados en casi cero absoluto. Sin embargo, el cristal es mucho más útil que el gas frío y es más fácil penetrar entre los componentes de los nuevos ordenadores.

La luz, al pasar del vacío a cualquier otro tema, siempre se lenta un poco; cuanto mayor es el índice de refracción del material, más lento pasa. Para reducir la velocidad del rayo láser, los científicos han buscado materiales con índices de refracción enormes.

La luz excita los átomos y los hace pasar a otro estado energético. Así, se puede decir que la luz pasa de unos átomos a otros. El equipo dirigido por Hemmer ha tratado de evitar este proceso y ha dificultado el paso de un átomo a otro. Para conseguirlo, con un rayo láser, el pulso de luz se acopla con los átomos, lo que hace que el pulso se ralentice. Si la unión es lo suficientemente fuerte, el pulso se detiene y toda la energía se transfiere a los átomos. El proceso es reversible y al variar la intensidad del rayo láser, los átomos vuelven a emitir pulsos de luz.

Según el resultado de este estudio, el cristal puede tener interesantes aplicaciones. Ahora falta probar.

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