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Ciencia pura. Situación e iniciación

1987/10/01 Bandres Unanue, Luis Iturria: Elhuyar aldizkaria

La historia del imperio de la Bizanción es una larga y áspera lucha por la supervivencia de la civilización, iniciada en la Grecia clásica y dominada en el Mediterráneo por las fuerzas romanas.

Sus más de mil años de historia (se considera que el imperio romano comenzó con la construcción de dos fragmentos al final de la muerte de Teodosio, es decir, en el año 395, y su fin, en defensa contra de los turcos de Constantinopolis, Constantinus XI. la muerte del emperador en 1453) presenta tres factores: la alteración de sus límites geográficos, la inestabilidad de su situación socio-política interna y las luchas de raíz religiosa.

El desarrollo territorial del Imperio no es más que una gran cantidad de procesos de expansión y acortamiento continuos en torno a un espacio. Este espacio estaba formado por la Grecia clásica y sus antiguas colonias en Asia Menor. Este imperio fue guiado de forma centralizada y ácida desde Constantinopolis (Bizanción).

En el interior de este imperio había una gran cantidad de pueblos de diferentes culturas e historias. Por ello, una de las principales preocupaciones del imperio fue el deseo de mantener la cohesión política en un territorio amplio y diferente, y de ahí la dura y centralizada forma de conducir que hemos dicho.

En manos del emperador estaba todo el poder y él era precisamente el garante de la unidad imperial. Por ello, la mayoría de las revueltas que se produjeron sueñaron con la adquisición del trono y a lo largo del tiempo treinta personas consiguieron sentarse en él durante más o menos tiempo.

En esta situación inestable la estructura era totalmente piramidal y las cargas fiscales y las obligaciones militares estaban sobre todo sobre los campesinos. Por eso, en muchas ocasiones, su vida era peor que la de los criados de la Europa feudal de la misma época.

Junto a las luchas políticas había continuas discusiones y enfrentamientos relijarios. La dependencia del emperador de la iglesia de la Bizanción y el cumplimiento de la unidad espiritual de su propio imperio obligaban a menudo a que los debates teológicos llegaran a lo público. En el ámbito cultural el poderoso nivel de la Iglesia aseguró la continuidad de la cultura griega. Los bizanzios se consideraban descendientes de los griegos y conservaron los antiguos conocidos mediante transcripciones y colecciones. Pero su cultura quedó totalmente aislada y cerrada, es decir, sin desarrollo.

Por tanto, y en palabras breves, el marco de la Bizanción es el de las luchas religiosas y militares por el oeste (cimientos y cruzadas), el riesgo de invasiones por las otras partes (bárbaros y musulmanes) y continuas revueltas internas. No desarrollar la cultura en este marco y, por tanto, quedar fosilizados es absolutamente normal.

Situación de la ciencia

Antes de estudiar la filosofía de Bizanzi, debían aprender las ciencias exactas del quodrivium. Sin embargo, al principio, tanto los matemáticos como los astrónomos, entre los que los más prestigiosos se encuentran en el siglo V de Proklo y en el de Simplicio VI, sólo analizaban muy sobradamente las obras de Euclides y Aristóteles. No hay obra de creación. Filopon comentó la Aritmética de Nicolás; VI. La Topografía de Kosmas Indikopleustat, en el siglo XVIII, es muy modesta y, además, la lectura de la obra de Ptolomeo no es más que una mala lectura.

El resultado más fructífero es, por tanto, la construcción de la iglesia de Santa Sofía de Constantinopolis, una de las pocas funciones que demuestra un gran conocimiento matemático. Los autores fueron Isidoro de Mileto y Antemio de Trallas. Este edificio exige un nivel arquitectónico y matemático muy alto. En la mayoría de los casos, el alto nivel, junto con los grandes monumentos, se acompaña de otras construcciones más normales. Pero en el caso de Bizancio no se ha realizado una investigación exhaustiva al respecto. Lo que hay es del siglo X y sólo nos indica algunos instrumentos hidráulicos y automáticos inspirados en el Herón de Alejandría.

VI. Aparte del trabajo sobre aritmética de Esteban en Alejandría del siglo XI. En el siglo XX apareció un pensador llamado Mikel Pselo. Además de político, historiador y filósofo, escribió algunos comentarios sobre la Aritmética de Diofante. También se ocupó de la música teórica, la astronomía, la medicina y la geometría. Entre sus comentarios destacan los relacionados con la geometría y, aunque no es una obra de creación, muestran un profundo conocimiento de la obra de Euclides.

XII. En el siglo XIX el emperador Mikel impulsó investigaciones matemáticas para dar respuesta a algunas de las inquietudes que planteaba la astronomía. En los siglos siguientes los emperadores de la familia Paleologo siguieron el mismo camino y se obtuvieron unos resultados de influencia griega y árabe.

En la civilización de Bizanción, XII. A finales del siglo XX hay que citar un nombre: Máximo Planudes. Este investigador, al comentar Diofante, introdujo el concepto de cero en Bizandio y a través de la cultura india los nueve primeros números, el sistema de numeración que utilizamos actualmente.

XIII. En el siglo XX tenemos que mencionar otro nombre, Pakimeres. La tendencia de este hombre era enciclopédica y escribió una obra sobre el quadrivium, que tendría una gran influencia. Este es un trabajo de recopilación en el que se pueden encontrar resúmenes del primer libro de Diofante y de los trabajos de Euklides y Nikoma.

Sin embargo, en resumen, junto con Bréhie podemos decir de Bizancio: En el campo de la astronomía no sale del ámbito de Ptolomeo y en matemáticas del de Euklides.

Ciencias naturales

Sobre la botánica de Bizanjo apenas se hizo nada. Zoológicamente, Timoteo de Alejandría VI. A principios del siglo XX escribió una gran obra. De hecho, se ha elaborado a partir de datos procedentes de fuentes antiguas, y especialmente de Aristóteles. Tiene muy pocos datos nuevos y siguen los errores que había. Algunas referencias de este trabajo se encuentran en la obra de Indikoplesutes y, de alguna manera, inician una tradición. En él aparecen restos de zoología aplicada: apicultura, animales peligrosos, etc. VI. A mediados del siglo XX Justiniano impulsó el crecimiento de los cetáceos traídos por dos frailes por el Este. Por último, como los bizanzios eran muy buenos cazadores, escribieron algunos trabajos sobre ciertos animales (incluido el perro), pero tampoco son muy precisos.

Alquimia

Alquimia no nació en Bizanjo. Parece que su mayor desarrollo inicial se produjo en Alejandría, surgiendo de prácticas griegas, egyptiares, judías y caldeatarras. Arte Sacro IV. A partir del siglo XX alcanzó gran importancia en Egypton y en los pueblos de su entorno, especialmente. Edad dorada de la Alquimia Alejandriana III. Se extiende desde el siglo XIX hasta comienzos de V.

Los alquimistas de Alejandría, aunque pertenecían a religiones muy diferentes, tenían un alto iluminismo común, creando cierta relación entre ellos. Uno de los alquimistas más conocidos, Zosimo de Panapolis, IV. Lo tenemos a principios del siglo XX; vivía en Alejandría y dejó muchas obras. A la vez tenemos Ustio y Olimpiodoro. Sin embargo, el nombre más conocido es el judío María, con el que tenemos que mencionar el Copto Cleopatra y Teosebia. María inventó la nave Kerotakis. Este método ha llegado hasta nosotros con el nombre de baño Mari.

En esta primera era de Alquimia quedaron definidos sus tres temas o áreas: la primera, la transmutación de metales o la búsqueda de la piedra filosófica para convertir metales en oro o plata. La segunda, la panacea, un sistema para perpetuar la vida humana para siempre. Y la tercera, la de la felicidad eterna dentro de Dios y la unión con el espíritu del mundo. Como podemos observar, los alquimistas mezclaban el espiritualismo con los temas que hoy incluiríamos en la química.

En esta situación, VI. En el siglo XX llegó a las alquimias sirias, árabes y bizancias. Sin embargo, la mayoría de los relatos sobre la alquimia bizanzana se remontan al siglo X y es un campo que la mayoría de los enciclopédicos mencionados trabajaron. Sin embargo, hasta el comienzo del Renacimiento, Alquimia no adopta, digamos, una actitud más científica.

Existe debate sobre el nombre de Alquimia. Algunos creen que el nombre de alquimia debe dejarse de lo que hicieron los árabes y que el trabajo de los bizanziarios sería o quimiéutica. La razón por la que defienden es exclusivamente etimológica, es decir, en árabe al kimya significa pueblo negro. Pero hay que reconocer que, con nombres, lo que luego se ha conocido como alikimia también se cultivó en Bizanjo. Junto a él se obtuvieron algunos descubrimientos que exigen un nivel técnico. El fuego griego, por ejemplo, utilizado en la batalla ganada por Constantinus IV a los árabes en el año 678 y desde entonces. Este fuego era de nafta, resina o azufre y proyectado con diferentes aparatos. Al mismo nivel podemos colocar algunas composiciones pirotécnicas. Por último, las propiedades alquímicas de las rocas permitieron un cierto avance en la mineralogía.

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