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Riqueza submarina

2000/02/13 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia

Cada vez se mira más al mar. Hasta la fecha se ha utilizado mayoritariamente para la pesca y el transporte, pero se cree que puede ser una fuente excelente para conseguir otro tipo de recursos. Las sesiones de extracción de energía barata del mar son cada vez más numerosas y se están desarrollando investigaciones encaminadas a la explotación de minerales.

La sal es mineral, pero en el mar hay muchos más minerales. Todos estos minerales tienen su origen en la trayectoria del agua. La lluvia moja la superficie terrestre. Antes de llegar al mar, parte de esta agua se filtra al suelo, recogiendo en esta ruta muchas sustancias que luego las conducirá al mar. Al final, son pocas las sustancias que se disuelven y hay sustancias que son más difíciles de disolver. Además, debido a su mayor peso específico que el del agua, muchas sustancias se desplazan hasta el fondo del mar.

Los mares tienen miles de millones de años y, sin embargo, en ellos se puede encontrar un montón de materiales disueltos: el 3,25% de los mares son materias sólidas disueltas, y se estima que su peso será de 1,5 triliones toneladas. Si se separase todo el material sólido presente en el agua marina, se obtendrían 50.000 toneladas de materiales, de los que aproximadamente 37.000 serían sal y el resto otros minerales.

Pero qué son esos minerales. Uno de ellos es el magnesio, y según los expertos se estima que hay un total de 1.900 billones de toneladas. Con este tesoro difícilmente se agotaría en pocos años y además parte de lo que se sacaría y se utilizaría volvería al mar. Pero no es tan sencillo, ya que no se puede coger el agua del mar y filtrar el magnesio necesario. De hecho, el magnesio no está sin parar en el agua, es decir, en una determinada zona sería posible encontrar una bolsa enorme de magnesio, pero que no haya ninguna alrededor. Por tanto, para obtener una cantidad aceptable de magnesio, se debería filtrar el montón de agua de mar. Por ejemplo, para obtener un kilo de magnesio habría que filtrar 950 litros. Esto no es óbice, sin embargo, porque en la actualidad existen técnicas que han rentabilizado este proceso.

Otro de los minerales más frecuentes en las aguas marinas es el bromo, familiar del cloro. Se calcula que en el mar pueden existir 100 billones de toneladas. En comparación con la cantidad de magnesio, esta cifra no alcanzaría el 20%. Esto supone que para obtener un kilo de bromo, la cantidad de agua a filtrar debería ser 20 veces mayor que en el caso del magnesio. Por lo tanto, para obtener un kilo de bromo sería necesario filtrar 19.000 litros de agua. El número parece impresionante y es así, pero las tecnologías existentes permiten rentabilizar el proceso. Y no se trata de una mera teoría, ya que el mar es uno de los mayores proveedores de todo el bromo que se consigue en el planeta.

Al igual que el magnesio y el bromo, en aguas marinas también se encuentra el yodo. Eso sí, mucho menos que el bromo, miles de veces menos: un total de 86.000 millones de toneladas. Esto supone un kilo de yodo de 20 millones de litros. Evidentemente, teniendo en cuenta estas proporciones, el proceso de extracción del mineral no podría ser rentable en absoluto. Por lo tanto, la tecnología inventada por el hombre no podría hacer frente a esta objeción. Afortunadamente, la naturaleza tiene su propia tecnología. En este caso las algas tienen esta función. Las algas absorben espontáneamente el yodo presente en el agua, que puede ser recogido, quemado y extraído de las cenizas que se producen tras su quema.

Por último, uno de los minerales más apreciados es el oro. Se estima que hay 12 millones de toneladas en el mar. Sabiendo esto, es posible que ya haya alguien que quiera empezar a alquilar el barquillo con el tamiz en el brazo. ¡Parad! ¡No te pierdas nada!. Para sacar un kilo de oro habría que filtrar 270.000 millones de litros. La misma operación sería mucho más cara que un kilo de oro, y por supuesto, mucho más aburrida, más laboriosa, etc. Por tanto, se deposita en el mar donde hay oro.

Para llenar el bolsillo no lo va a dar, pero al margen de los habituales, también salen del mar otros frutos. Uno de ellos es el de la sanidad, ya que algunos de los minerales disueltos en el mar son muy beneficiosos. Un ejemplo de este Mar Muerto, cuyas características son muy conocidas:

  • Azufre: se utiliza como antibiótico, principalmente para reducir la acción de las células muertas de la piel.
  • Magnesio: antialérgico, reduce el picor superficial.
  • Yodo: antiséptico, ayuda al metabolismo corporal.
  • Litioa-Estroncio: favorece el proceso biológico intracelular.
  • Selenio: antioxidante, prolonga la vida.
  • Zinc : Facilita la absorción de la vitamina A.
  • Bromo: reduce el dolor.
  • Calcio: fortalece los huesos.
  • Potasio y sodio: ayudan a absorber otros minerales.
  • Hidrógeno: reducen la influencia de células cutáneas muertas.
  • Cobre: ayuda a mantener los huesos y tendones en buen estado.
  • Hierro: contiene oxígeno en hemoglobina y mioglobina.

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