Agua abundante pero no demasiado
2008/08/31 Arakistain Aizpiri, Lorea - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa
Lo que hemos mencionado podría ser una hipótesis, pero desde que conocemos casos reales es una descripción de la realidad. Hace año y medio, a principios de 2007, supimos que una mujer estadounidense murió por beber agua en exceso. Participaba en un concurso organizado por una cadena de radio. Allí, quien más agua bebiera sin orinar, se llevaría la consola Wii. Esta mujer no consiguió consola y además perdió la vida.
Este año hemos conocido una parálisis mental. Una mujer inglesa hacía una dieta llamada 'detox' o desintoxicación. Se cree que la dietista le recomendó que bebiera el máximo de agua y que no coja sal. El efecto de la intoxicación acuática se produjo dos semanas después del inicio de la dieta: la parálisis mental.
Las dietas de desintoxicación se realizan para adelgazar eliminando toxinas. Según estas dietas, las toxinas que tomamos con alimentos y bebidas se pegan al cuerpo. Por el contrario, al beber agua se vierten y se adelgaza. Sin embargo, el cuerpo tiene un sistema de expulsión de toxinas: el hígado. Por lo tanto, estas dietas son de poco valor, salvo para visitas al baño.
Medida del agua
Es cierto que lo que hemos traído aquí son casos extremadamente extremos y que en este mundo son más los que fallecen por falta de agua que los que han muerto por exceso de agua. Pero todo tiene su talla.
Beber agua es absolutamente necesario. Tiene funciones vitales: transporta alimentos y gases, ayuda a la eliminación de residuos (en orina y heces), regula la temperatura corporal, ayuda a lubricar las articulaciones óseas, proporciona suavidad a la piel y fortaleza a los tejidos... pero moderadamente. Tomar dos litros de líquido al día es una medida adecuada. Pero esos dos litros no son sólo agua, también lo hacemos en infusiones, cafés, verduras o zumos.
¿A partir de ahí? Dependiendo de la persona, del calor y del esfuerzo, en ocasiones puede ser necesario. Pero tranquilo, en estos casos tenemos un mecanismo que nos avisa: la sed. Por lo demás, no hay evidencia de que el consumo de más agua contribuya de manera especial. Los daños aparecen en casos extremos. Pero no son de ningún tipo. Basta con que uno de los riñones no trabaje correctamente para que se produzca una intoxicación acuática.
Intoxicación acuática
Si el cuerpo toma cantidades excesivas de agua, no sabe cómo reaccionar y el sistema se desborda. De hecho, el exceso de líquido disuelve la cantidad de sales en sangre, provocando que células y órganos sufran una “inundación”. En el peor de los casos, las células mentales y otros órganos pueden hincharse y dejar de trabajar correctamente. Cuando se hinchan algunas zonas de la cabeza, la presión craneal aumenta y los daños comienzan con el dolor de cabeza, continúan con los problemas respiratorios y, finalmente, puede ser el puerto de la cabeza.
Por otro lado, el exceso de agua puede causar daños menos dramáticos. Por ejemplo, la ingestión de agua durante muchos años puede provocar la acumulación de contaminantes en el agua.
Llegados a este punto, aquí tienes una nota para quien se ha pensado empezar a beber cerveza por haber bebido mucho agua. Aunque parezca curioso, la intoxicación por agua también puede ocurrir sin tomar agua, con alimentos que lo forman. También ha sido debido al consumo excesivo de cerveza.
Por lo tanto, el agua sí y mucho, pero no demasiado. ¡No te equivoques, no somos peces!
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