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Visión exigente de los niños

2002/05/17 Atxotegi Alegria, Uhaina - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Según estudios de científicos de la Universidad de Gran Bretaña y Minnesota (EEUU), los niños de seis meses tienen una visión mucho más exigente que los adultos, sobre todo a la hora de diferenciar las caras.

Esta investigación comenzó con la búsqueda de una solución para adultos con dificultades para diferenciar las caras de los seres humanos o detectar expresiones faciales. Nada más iniciar los estudios, los niños descubren que con seis meses separan mejor las caras de los monos que las humanas. A medida que los niños van madurando van perdiendo esa habilidad de percepción, y sobre todo van aprendiendo a diferenciar las caras humanas.

"El cerebro es el que proporciona recursos para diferenciar caras", según el profesor estadounidense Charles Nelson. Según esta profesora, "las experiencias con diferentes caras son fundamentales para analizar la habilidad de reconocer las emociones faciales, así como para diferenciar las caras".

El hombre aprende a distinguir las caras de animales de diferentes especies. Las personas que trabajan con chimpancés, monos u otras especies, por ejemplo, las distinguen perfectamente. Pero esos seres humanos no nacen con esa habilidad: sólo nacen con la capacidad de trabajar y aprender esa habilidad. El mismo caso es el que aprenden a diferenciar diferentes tipos de pájaros o modelos de coche. Lo mismo ocurre con las lenguas: los niños de seis meses distinguen sonidos de cualquier lengua, pero con el paso de los meses empiezan a distinguir sólo las melodías de su lengua materna.

Estos científicos estadounidenses aún no saben cómo la parte del cerebro relacionada con la visión humana consigue separar las caras. Por tanto, en los próximos
estudios se tratará de analizar el equivalente neurológico de esta disminución de percepción.

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