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Ultraquirolaris, músculos y cerebros de hierro

2007/02/25 Rementeria Argote, Nagore - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

El triatlón hawaiano Ironman es una de las pruebas deportivas más duras del mundo: 3,9 kilómetros nadando, 180 en bicicleta y 42 corriendo. El deportista que participa en esta prueba o similares es el ultrarrápido. Y hay algo que separa a este deportista de hierro de otras personas: genes, fisiología o lo que sea.

El triatlón es una de las pruebas deportivas más exigentes, y además de los músculos hay que tener la cabeza muy complicada. (Foto: Delly Director / triathlon.org )

Con el objetivo de conocer qué es lo que diferencia a los deportistas que participan en las pruebas deportivas más exigentes del mundo, se han realizado numerosos estudios. Y no es fácil llevar a cabo estas investigaciones. De hecho, es mucho más fácil probar a la gente que practica cualquier otro deporte, poniéndose a correr en una cinta o moviendo pesos... Suele ser cuestión de unos minutos, de unas pocas horas, como mucho.

Pero en las pruebas deportivas más duras del mundo (ultramaratones, triatlón Ironman...) se realizan un montón de horas (incluso días en las pruebas más extremas), por lo que trabajan en la propia prueba deportiva para investigar la actividad de los deportistas.

Ventaja genética

Según algunos expertos, a veces se nos olvida que el cuerpo humano evolucionó para correr, por ejemplo para perseguir la caza. Por lo tanto, con una buena preparación previa, casi cualquier persona puede ser ultraidor. Pero los genes también tienen mucho que ver, y es lógico pensar que el ultraquirolari tiene una ventaja genética para las actividades más duras: tiene variantes de genes que le dan cuerpo adecuado para actividades físicas largas y duras.

Se puede decir que los mejores ultracolistas han nacido genéticamente para deportes duros. (Foto: Delly Director / triathlon.org )

Esta afirmación no puede generalizarse a todos los ultracolistas. Las investigaciones genéticas han demostrado que muchos de los mejores ultracolistas tienen las mismas variantes que ciertos genes. Por lo tanto, la teoría de la ventaja genética tiene su fundamento, pero todavía no es completa.

Sin embargo, es cierto que la genética determina la fisiología básica de un deportista: los músculos, el aparato respiratorio, el sistema circulatorio, etc. En el caso del músculo, por ejemplo, está claro que dependiendo de la prueba deportiva el músculo es más adecuado. En el caso del ultraquirolari, requiere músculos resistentes que funcionen durante mucho tiempo.

El principal combustible de este músculo es la grasa. La grasa aporta mucha más energía al músculo que la glucosa, pero su uso es más costoso. Pues han visto que los ultraferoles queman más fácilmente de lo normal la grasa; de alguna manera, sacan mejor partido que otros deportistas a la grasa almacenada en el cuerpo y almacenan la glucosa para poder quemarla más adelante.

Control con jefe

Pero el cuerpo del ultrabolario, con estas ventajas, tiene límites, como el resto. Y antes de dañar el cuerpo los músculos se endurecen. Es un mecanismo de protección. Pero parece que los ultrabolistas consiguen retrasar este mecanismo de protección.

Los ultrabolistas no sólo tienen los músculos de hierro, sino también la cabeza. Llegan al extremo del dolor y la imposibilidad, pero son capaces de avanzar. No se rinden fácilmente.

Por supuesto, mejora los entrenamientos y la mente. Pero, ¿en qué medida es natural y en qué medida ganó con el entrenamiento? Pues de momento no tenemos respuesta.

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