Txaten euskara, euskara txatartua


“¡Si también hablan euskera! Nos referíamos “además de forma ordenada” cuando conocimos todos los txatgpt. Además de los occidentales, los chinos también enseñaron en euskera a su ballena azul Deep Seek. Eso también lo vimos.

Desde entonces, con las piernas en el suelo y los ojos afilados, se han multiplicado las opiniones más allá del asombro. Ya no hay aceptación gratuita; ahora es la temporada de opiniones más críticas.

Y así, algunas opiniones cualificadas en el ámbito del euskera han puesto en cuestión la capacidad de estos instrumentos que ha aportado la inteligencia artificial creativa. Los enfoques críticos han venido recientemente del ámbito periodístico. Por ejemplo, Irene Arrarats decía: “No creo que la inteligencia artificial redacte… Con los datos que tiene hace combinaciones, hace las combinaciones más probables y elabora los textos, las imágenes o lo que sea según los parámetros solicitados. Pero, ¿es eso pensar? ¿Eso es escribir? No creo.” Más allá de dónde están los límites y las capacidades de la inteligencia artificial (eso sería más largo), la calidad y la vitalidad del euskera que se crea es lo que da qué pensar.

En realidad, la preocupación de que estemos atrapados en el euskera plano y en el mirlo viene antes de empezar con los interlocutores computacionales. No es el presente. Hace tiempo que venimos diciendo que, sin el impulso de un entorno sociolingüístico adecuado, son muy limitados los medios de los hablantes para añadir gracia y chispa al euskera. No se puede atribuir únicamente a los instrumentos computacionales la camaradería del euskera que generamos.

Pero, a pesar de ello, hay que tener en cuenta el temor a que el euskera estándar sea, a partir de ahora, chatartua. ¿Y cómo es esa chatarra de euskera? Bueno, como no hay un chat y solo uno, no hay un lenguaje y único. Además, saben cómo y qué se les pide. Sin embargo, se aprecian algunas características comunes: tendencia al lenguaje elevado, a veces poco natural, repetición de estructuras lingüísticas, aciertos e incluso errores puntuales… La base plurilingüe de los modelos lingüísticos puede ser uno de los responsables de la tendencia a generalizarlos.

Pues bien, qué mejor. Y también hay necesidad de mejorar, porque cada vez se escribe más con la ayuda de estas herramientas. Según los estudios realizados, más del 50% de los textos publicados online en 2025 han sido creados total, o parcialmente, por alguna herramienta de inteligencia artificial. Esto significa que el paradigma de la creación circular se está fortaleciendo. La inteligencia artificial puede producir textos que se convertirán en la materia prima de estos sistemas.

Esta práctica, evidentemente, tiene un efecto uniformizador y podría suponer un empobrecimiento del lenguaje. Para evitarlo, la calidad y diversidad de los textos adquieren una gran importancia y deben ser preservados. Pero, ¿cómo cuidarla?

La única receta que se nos ocurre es no dejar el texto final en manos de las herramientas creadoras, mantener nuestro sentido del autor, y mantener una actitud activa en la creación de texto, incluso cuando en ese proceso, por qué no, nos conviene utilizar alguna herramienta de ayuda. Los ayudantes sean instrumentos, no nosotros. Nosotros, los autores.

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