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Tráfico y física

2008/03/31 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

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Paradójicamente, uno de los rasgos más característicos de este mundo moderno y rápido son los atascos, paradójicamente porque los atascos ralentizan el tráfico y, por tanto, el mundo basado en los transportes rápidos. La cuestión es por qué se producen retenciones en las carreteras. A veces hay razones obvias, como accidentes, estrechamientos de la carretera, semáforos o conductores que ralentizan la marcha para mirar accidentes, se producen atascos. Sin embargo, en otras ocasiones no existen razones obvias y, sin embargo, se crean colas. Hay muchas hipótesis. Según una de ellas, no es más que una cuestión básica de la física de partículas. En sistemas con gran cantidad de partículas, es imposible que todas las partículas se muevan a la misma velocidad, lo que obliga a la acumulación de partículas a partir de cierta densidad. Aplicando esta teoría física al tráfico se explica cómo se producen los atascos cuando circulan muchos coches, pero eso no es más que una teoría. Investigadores japoneses han realizado un experimento para ver en la práctica esta teoría. Se han introducido muchos coches en una pista circular de 230 metros. Piden a los conductores que circulen a una velocidad determinada de 30 kilómetros por hora. Pero es imposible que todos los coches circulen a esa velocidad en todo momento. Se moverán más o menos rápido antes o después. Esto provoca el efecto que predice la física de las partículas: los coches se acumulan, es decir, se producen atascos. De ahí la paradoja que se mencionaba al principio: el mundo moderno rápido exige que haya muchos coches, lo que ralentiza el tráfico forzosamente por orden de la física.

Vídeo: New Journal of Physics

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