Bocas de titanio
2000/03/05 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia
El titanio es un elemento químico del grupo de metales. Tiene 22 números atómicos, con 22 electrones y su número de masa es el 48 -suma de protones y neutrones en el nucleo-.
Los minerales que contienen titanio son bastante comunes. Este metal tiene una densidad muy baja y una dureza muy elevada, además de no ser excesivamente dañado por el óxido. En el aire se quema el titanio. Esta última característica hace que el titanio sea muy apreciado para la fabricación de fuegos artificiales.
Además de en la Tierra, el titanio se ha encontrado en algunos meteoritos y forma parte del Sol. También ha sido descubierto en algunas rocas recogidas en la Luna, en forma de dióxido de titanio (Ti02). Al igual que en nuestro Sol, este metal se ha encontrado en estrellas con otras características.
Teniendo en cuenta todas las características mencionadas, sobre todo en baja densidad y gran dureza, últimamente se está utilizando en numerosas piezas metálicas de bajo peso: correas de relojes, bicicletas, raquetas de tenis, cirugía estética, etc. y en cirugía bucal -embellecimiento o reparación-.
Irrifarre de artistas
Los que asiduamente salen en la tele, en las fotos de las revistas, etc., tienen un buen ridículo, es el resultado de un perfecto diente. Algunos de ellos pueden tener dientes hermosos por sí mismos, pero seguramente han pasado horas en la silla del dentista. Van a tener un montón de titanio dentro de la boca.
Y es que el titanio, además de ser uno de los materiales de menor peso esposo, es biocompatible. Por eso el cuerpo no rechaza los implantes de titanio, y por eso se utiliza tanto para embellecer las bocas. Al igual que con el cuerpo, los titanios pueden combinarse con materiales como cerámicas, aleaciones nobles, varios metales… y soldaduras láser. Como se puede usar con láser, el titanio es muy apropiado para las reparaciones en las muelas dentales, ya que por un lado no calienta y por otro se pueden realizar trabajos de gran precisión. En la actualidad, además, todas estas operaciones de soldadura se realizan de forma sencilla y con gran garantía.
Sobre todo en implantes
El campo de la odontología ha avanzado muchísimo en los últimos años: la anestesia apenas se nota, los empastes y demás trabajos se filtran sin dolor… pero el mayor avance se ha producido en los implantes, sin duda. El de los implantes no es una invención nueva, pero hasta ahora no se han desarrollado las técnicas y los recursos necesarios para la realización de implantes. El uso de implantes es muy antiguo. Según los restos encontrados en Egipto, se utilizaban también en tiempos de los faraones. Durante la Edad Moderna, los implantes comenzaron a desarrollarse en la década de 1970, desde que el traumatólogo Ingmar Bränemark descubrió la osteointegración, es decir, desde que no había tejido blando entre ellos, hasta que encontró la forma de atar el hueso a otro material. De este modo, la mayor consistencia de los dientes disminuyó el riesgo de infecciones. El hallazgo del traumatólogo fue un tanto extraño. Investigaba la circulación de huesos con conejos, para lo que introdujo fibra óptica en el hueso de los conejos para ver lo que ocurría dentro a través del microscopio. Unas semanas se dio cuenta de que era imposible quitar la fibra, ya que el titanio que cubría la fibra óptica se unió al hueso. Desde entonces se ha avanzado la técnica y los implantes son una realidad -cara pero real-.
El implante es una prótesis que reemplaza anatómicamente, funcional y estéticamente el tejo o cuchilla que se ha perdido. Dependiendo del lugar donde se ubiquen, pueden ser muy variados: Óseos interiores, basados en el interior del hueso. Los huesos integrados deben cuidarse una vez colocados durante 6 meses para colocar la prótesis fija. Las fibras óseas integradas, mediante la utilización de fibra, se implantan en una sola sesión y la prótesis fija provisional.
Los implantes se realizan con anestesia local. El implante no es doloroso, pero normalmente después de colocarlo se recomienda un descanso de uno o dos días. No hay problemas para generar rechazo, ya que el titanio es un material biocompatible. Lo importante es que el hueso sobre el que se apoya esté sano, que no haya molestias en el maxilar.
No obstante, al tratarse de una operación de implante, existe cierta rutina postoperatoria. Se recomienda congelar 24 horas y tomar antibióticos en una semana, comer purés, etc. durante dos días -para que se curse con más celera-.
Si llenas la boca de titanio, decides arreglarla y reparas, tendrás dientes preciosos, te sentirás más cómodo al hablar, al masticar, al farrear… pero igual tendrás más agujero en el bolsillo que en la boca. De hecho, los implantes son una solución muy adecuada para reparar los dientes para siempre, pero a la vez costosos. El titanio no tiene demasiada culpa en ello.
Publicado en 7
Gai honi buruzko eduki gehiago
Elhuyarrek garatutako teknologia