Ramón Nuñez, director de la Casa de las Ciencias de La Coruña
Ramón Nuñez, director de la Casa de las Ciencias de La Coruña
En La Coruña hay tres centros dedicados a la ciencia, ¿no son demasiados?
Los edificios se encuentran en tres lugares de la ciudad, condicionados por la historia de la ciudad. La Casa de las Ciencias es un palacio situado en el centro de un pequeño parque, que por su geometría no podía crecer. Esto tiene sus ventajas al enriquecer los barrios y crear nuevas infraestructuras. Para poder visualizar correctamente cada uno de los museos se necesitan más de dos horas, por lo que es imprescindible descansar antes de ver uno y ver el otro. La dispersión de los edificios puede contribuir a ello. Por otra parte, respondiendo a su pregunta, el crecimiento no ha venido de capricho, sino que en La Coruña la demanda aumentó en un momento dado.
¿Solicitud en cifras?
En la Casa de las Ciencias recibimos cada año 150.000 visitantes, en Domus somos más de 200.000 y en el acuario hemos llegado a 500.000.
¿Tenéis delfines?
No, no damos especial importancia a la realización de shows; valoramos más la educación y la conciencia ambiental. Sin embargo, el acuario puede resultar espectacular, entre otras cosas porque contamos con una sala subacuática con subacuático, la más grande de Europa, donde se puede sentir la misma sensación de estar en un submarino.
¿Cuál crees que debe ser el papel de este tipo de edificios?
Creo que los principales son dos: por un lado, trabajar la motivación y por otro, ofrecer la imagen. Los museos de ciencias deben, en primer lugar, vender la imagen positiva de la ciencia, de modo que la gente asocie la palabra ciencia con recuerdos y situaciones agradables. La palabra ciencia se relaciona muchas veces con amenazas, o con la experiencia escolar, era una ciencia incomprensible, difícil, absurda muchas veces, como me dicen muchos amigos que vienen al museo, "Oye Montxo, si yo era niño hubiera habido cosas así, nunca habría optado por los estudios de letras". Creo que eso es una de las funciones de este tipo de centros, poner la ciencia en su lugar. Muchas veces se dice que la ciencia no es buena y que el progreso y el desarrollo no son buenos, parece que las cosas se están inventando y la gente se arrepiente. Y eso no es así, deberíamos sentirnos orgullosos, porque la ciencia ha hecho posible que el ser humano esté donde está: tenemos una vida más larga, menos niños mueren, menos hambre en el mundo gracias a la ciencia, llegar a una población de 6.000.000 de personas era sólo un sueño, en definitiva, tenemos que conseguir que la gente mire la ciencia de otra manera, que la aprecie más.
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