Rafael Mañez: "Hablamos de la ilusión del hombre por trasplantar órganos cerdos"
Rafael Mañez: "Hablamos de la ilusión del hombre por trasplantar órganos cerdos"
¿Qué son los xenotransplantes?
En definitiva, son trasplantes de células, tejidos o órganos interespecíficos. En nuestro caso, por su interés clínico, se puede decir que el objetivo es dotar a los seres humanos de órganos animales.
¿Y cuál ha sido su evolución?
Las investigaciones sobre trasplantes de órganos entre especies se iniciaron en los años 60. En la historia de los trasplantes, lo que popularizó el tema fue el trasplante de corazón realizado en 1967 por el cirujano Barnard. Pero esto no fue el primer trasplante de corazón de la historia. Tres años antes, un paciente muy grave de Estados Unidos recibió el corazón del chimpancé. Con esto quiero decir que la idea de los xenotransplantes es bastante antigua.
El desarrollo de xenotransplantes tuvo lugar en la década de los 60, cuando los humanos comenzaron a colocar los riñones de los monos, sobre todo de los chimpancés y babuinos. Y los resultados no fueron del todo malos. Por ejemplo, en 1964 un paciente recibió el riñón de chimpancé y estuvo bien durante nueve meses. Los trasplantes de órganos humanos que se realizaron en aquellos años no eran mejores, ya que el problema del rechazo quedó patente. El verdadero avance se produjo en la década de los 80. Para entonces los cirujanos estaban preparados técnicamente para realizar trasplantes, pero no podían superar el problema del rechazo. La detección de la ciclosporina contribuyó a evitar el problema del rechazo, ya que provocó que los medicamentos perdieran el nivel de defensa corporal de forma equilibrada.
En cualquier caso, ¿durante esos años no hubo parada en materia de trasplantes?
En general, se puede decir que hubo parada. Durante muchos años sólo se realizaron trasplantes de riñón, y los resultados tampoco fueron muy buenos, ya que un año después de recibir el riñón el número de supervivientes era del 50%. Por lo tanto, durante algunos años se realizaron pocos trasplantes. Y es que no existía un sistema eficaz para hacer frente al rechazo. Por ello, el buen funcionamiento del riñón de chimpancé durante nueve meses debe ser considerado como un gran logro.
En la década de los 80, existiendo la ciclosporina para superar el rechazo en los trasplantes de órganos humanos, se realizó un único xenotrasplante en humanos. En 1984 una niña de pocos días fue coronada por el babuino, con un funcionamiento de 20 días. Era muy difícil encontrar donantes de órganos para esa edad, y por eso se hizo el xenotrasplante. La escasez de órganos hizo que en la década de los 90 se retomara el tema de los xenotransplantes. En 1992 realizamos dos xenotransplantes en la Universidad de Pittsburgh en Estados Unidos. Colocamos un hígado de babuino a dos enfermos, uno sobrevivió 70 días y el otro 21. Entonces nos dimos cuenta de que podríamos superar el problema del rechazo al menos durante un tiempo.
¿Tuvieron repercusión estos xenotransplantes?
Tuvimos que escuchar muchísimas. Hace diez años apareció el SIDA, probablemente un mal producido por los retrovirus de los monos. Ante el riesgo de infección tuvimos que replantear el tema. En cuanto a la cercanía de las especies, comenzamos a buscar especies alejadas del ser humano, ya que la cercanía aumenta el riesgo de infección. Pero el problema del rechazo se agudizaba. Empezamos a trabajar con los cerdos, ya que fisiológicamente se parece al hombre y hay antecedentes: para combatir la diabetes se ha utilizado la insulina porcina, la piel y las válvulas cardíacas... Bien en este sentido, pero el problema del rechazo se agudizó; si con los órganos de los babuinos el rechazo aparece a los 4 o 5 días, el rechazo total con el cerdo se produce media hora después del trasplante.
Sólo nos quedaba acercar el cerdo al hombre. Con técnicas de genética, decidimos poner genes humanos al cerdo para que el sistema inmunológico lo tuviera más cerca. Gracias a ello, en la actualidad estamos alcanzando una duración superior a un mes y hemos conseguido superar el rechazo absoluto inicial.
¿Ese fue el único motivo para empezar a trabajar con los cerdos?
No, claro. Hay que tener en cuenta que muchas especies de monos están protegidas y la demanda de órganos así existente no podría ser atendida. La visión ética también tiene su importancia porque consideramos a los monos como cercanos. Sin embargo, si los ensayos con los monos hubieran tenido un buen resultado, la mayoría de la sociedad estaría a favor. Por último, el hecho de que los ensayos realizados con los cerdos eran eficaces y funcionaban de alguna manera también tuvo importancia para tomar esta decisión.
Sin embargo, los cerdos tienen un retrovirus llamado PERV. En los xenotransplantes que se han hecho hasta ahora no parece que haya causado problemas, pero ¿no los creará a partir de ahora?
Al elegir el cerdo no sabíamos que era ese PERV. Sabemos que en la historia de la humanidad se han comido productos de cerdo, que los cerdos tienen muchas infecciones que controlamos, como la trikinosis, pero de ahí hay mucho margen para trasplantar órganos de cerdo. En cuanto al PERV, la verdad es que no sabemos mucho. Por eso no se puede despreciar.
Los retrovirus son en realidad endógenos, no llegan a ser virus. Todos los mamíferos tenemos algún retrovirus endógeno en el genoma, entre el 5 y el 10% de nuestros genes son retrovirus endógenos. Los cerdos tienen ese PERV, pero a ellos -como los nuestros– no les afecta. Se trata de si se puede o no transmitir. En este sentido, sabemos que en los ensayos in vitro realizados en laboratorios, en condiciones muy especiales, se ha conseguido transmitir el retrovirus, algo que no ha ocurrido en los ensayos in vivo. ¿Puede suceder? No sé. Hasta ahora nadie se ha contaminado, no podemos decir que eso no va a pasar ni va a pasar.
¿Por qué los cerdos utilizados en xenotransplantes deben ser transgénicos?
De lo contrario, no podríamos superar el mecanismo de defensa corporal, el rechazo sistemático repentino. El rechazo se produce porque todos los seres humanos tenemos anticuerpos contra los cerdos, como los que tenemos contra los grupos sanguíneos humanos. El grupo sanguíneo del cerdo es muy diferente al nuestro. Cuando introducimos un órgano de cerdo, el cuerpo lo considera enemigo y provoca rechazo. De la misma manera que es imposible realizar transfusiones de sangre entre grupos sanguíneos incompatibles, el trasplante de órganos de cerdo a humanos es imposible. Los responsables del rechazo son los anticuerpos contra el cerdo y las proteínas que nosotros llamamos ingredientes. Cuando estas proteínas perciben algo extraño, sin distinción alguna, destruyen todo. Por supuesto, el cuerpo detiene el arranque de proteínas adicionales, ya que sólo debe destruir bacterias y virus y no sus células. Todas las células liberan otras proteínas que frenan el arranque del accesorio. Estas proteínas pertenecen a cada especie, es decir, las proteínas que controlan el complemento de los cerdos frenan el complemento del cerdo, pero no el de los humanos, y viceversa. Por ello, nosotros incluimos a los cerdos genes que son capaces de sintetizar este tipo de proteínas humanas, para que en el trasplante de órganos los considere más cercanos cuando se encuentran con los complementos humanos.
¿Y cómo se hace?
Como cualquier otro producto transgénico, mediante microinyección en óvulos fecundados.
Hemos mirado la evolución de los xenotransplantes, pero ¿qué estáis haciendo actualmente?
En lo que respecta a la práctica de xenotransplante, en la actualidad no se realiza un trasplante de órgano completo a los seres humanos, ni de ningún otro, salvo con los experimentos que se realizan con primates no humanos. La verdad es que desde 1992 no se han hecho con los seres humanos. Hay rumores de que un cirujano polaco ha hecho alguno con órganos de cerdo, pero oficialmente no se admite.
Los trasplantes de células son otra cosa. En estos momentos se están llevando a cabo investigaciones que están trasplantando células de otras especies. Sin embargo, este tipo de trasplantes no han tenido éxito, salvo en el caso de los trasplantes de células de médula ósea. Para curar la enfermedad de Parkinson se han realizado trasplantes neuronales con resultados negativos. El boxeador Cassius Clay fue hecho en México y, como es obvio, fue muy beneficioso. También se han ensayado células capaces de producir insulina, y hasta ahora no se ha podido eliminar el tratamiento de insulina. Hace muy poco un grupo de investigación canadiense ha presentado a pacientes que han recibido el trasplante de células y han podido dejar el tratamiento de insulina, pero todavía es pronto para decir nada. Desde este punto de vista, si los trasplantes interhumanos no han obtenido buenos resultados, está claro que en los xenotransplantes será más difícil.
Se han hecho otras. Es decir, hasta que aparezcan los órganos humanos, ¿se han puesto a los enfermos más de una vez los órganos de los animales?
Sí, se han realizado trasplantes temporales, pero rara vez. El objetivo es alargar la vida de los moribundos hasta la aparición del órgano de trasplante. Este tipo de sistemas difícilmente pueden durar más de una semana. En España, esto no tiene mucho sentido, porque en esos casos los órganos aparecen al día, y pueden estar en otros lugares, como Estados Unidos.
Estás investigando xenotransplantes y haciendo xenotransplantes. Quitáis el corazón a los cerdos y lo ponéis a los babuinos. Estáis logrando que el babuino medio permanezca vivo durante 30 días. En base a ello, ¿qué dirías sobre el futuro de los xenotransplantes?
No sé nada del futuro. Si ahora dijera algo, sería solo especulación. El valor de la investigación se mide por su potencial utilidad o relevancia en el futuro y no por su propia labor investigadora. Creo que eso es un error. Algo parecido ha sucedido con los cerdos, superando el rechazo repentino, parecía que en un par de años dábamos respuesta al problema de la escasez de órganos; han pasado 4 o 5 años y todavía no tenemos solución mágica. Estamos trabajando siempre en una línea y se verá a dónde llegamos por esa vía. En este momento necesitamos saber por qué un órgano fracasa y cómo afrontarlo. Según los resultados que tenemos, en breve podríamos tener la ilusión de conseguir un trasplante de órganos porcinos a los humanos, pero no podríamos decir más.
Si algún día se llevaran a cabo, ¿habría debate ético?
Decidir qué es ético y qué no es es un tema difícil. Si para ello se utilizaran animales especialmente criados y no hubiera peligro en los trasplantes, la mayoría estaría de acuerdo. La balanza deberá incluir beneficios y riesgos. Está claro, por ejemplo, que el PERV se puede contaminar en el laboratorio. Sabiendo esto, según los modelos experimentales actuales, ¿qué beneficio se obtiene del tratamiento que prolonga la vida durante 2 meses? El riesgo sería mayor que el beneficio, pero si la duración fuera de años y aseguráramos que no se transmiten infecciones, las cosas cambiarían mucho porque se salvaría la vida de mucha gente.
Sí, de acuerdo. En cualquier caso, al citar el debate ético no me refería a ello. Quería tratar de que toda la investigación esté en manos de empresas privadas. Y es que si los órganos que se pueden producir en el futuro tienen propiedad, está claro que saldrán al mercado y tendrán precio.
Sí, en los estudios que se están haciendo en el mundo con xenotransplantes se está utilizando dinero privado, eso es así. La investigación tiene un coste enorme. Las empresas han puesto en todo esto un gran riesgo, una gran cantidad de dinero, por lo que me parece normal que luego queramos sacar algo. Me gustaría que todo fuera asumido por las instituciones públicas, pero en el mundo no hay ninguna organización sanitaria pública que pueda pagarlo. Como no hay, las empresas han asumido el riesgo y se han metido, han puesto dinero... y puede que no salga nada.
Oye, no te equivoques, pero lo que más me sorprendió fue saber que este tipo de trasplantes se realiza en A Coruña.
Galicia es una de las tres autonomías históricas de España y cada una quiere tener su lugar. Aquí el tema del trasplante ya tenía peso. Se hacían trasplantes hepáticos, renales, cardiacos, pulmonares y pancreáticos. La verdad es que no es fácil encontrar tantos trasplantes en un mismo lugar.
Yo soy catalán y después de cinco años en Estados Unidos, en Pittsburgh, el lugar más avanzado del mundo en número de trasplantes, vine al hospital de Belvitge de Barcelona con la idea de sacar algo así adelante. Allí no pudimos hacerlo, pero me llamaron del hospital Juan Canalejo de A Coruña porque querían reforzar el área de trasplantes. Tras llegar a un acuerdo con la empresa Imutran, abrimos una unidad de investigación de xenotransplantes para investigar con cerdos y babuinos.
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