Un medicamento para la pérdida de peso elimina la pasión de comida en el cerebro


Se ha observado que el fármaco, la tirzepatida, que se vende bajo el nombre de Mounjaro o Zepbound, puede eliminar las actividades cerebrales relacionadas con la pasión alimentaria. Esto se ha podido ver con la colocación de electrodos en el cerebro a una persona con constantes pensamientos intrusivos recurrentes relacionados con la comida. Se trata, por tanto, de un caso especial relacionado con la obesidad; y por otro lado, los investigadores destacan que, en pocos meses, este efecto desapareció a pesar de seguir tomando el medicamento.

Los investigadores no pretendían investigar los efectos de los medicamentos contra la obesidad en el cerebro. Su objetivo era demostrar si la estimulación eléctrica del cerebro puede lograr reducir el apetito compulsivo. Para ello, tres personas con obesidad severa y dificultad para controlar la alimentación fueron colocados un electrodo en el cerebro, el núcleo de accumbens, en el área relacionada con el placer y la recompensa. Y encontraron que en momentos de gran anhelo de comida y capricho ocurren señales fuertes de baja frecuencia en el núcleo accumbens.

«han descubierto un biomarcador neural de pasión compulsiva de comida»

Así, por un lado, los investigadores han descubierto un biomarcador neural de pasión compulsiva de comida. Pero, por otro lado, se aprovechó que uno de los tres pacientes estaba tomando tirzepatida para tratar la diabetes, para estudiar cómo este medicamento afectaba al cerebro. De hecho, los agonistas de los receptores GLP-1 como la tirzepatida se utilizan cada vez más para la pérdida de peso, pero no está claro el presente cómo logran esto.

El deseo compulsivo de alimento desapareció cuando el paciente comenzó a tomar la tirzepatida. Y, a través del electrodo pudieron medir que estas señales cerebrales también desaparecieron por completo. Sin embargo, a los seis meses, aunque seguía tomando tirzepatida, comenzaron a aparecer señales cerebrales y, a continuación, volvió el apetito compulsivo.

Aunque son muy iniciales, los resultados sugieren que la tirzepatida reduce el apetito influyendo en la actividad cerebral relacionada con el control alimentario.

la investigación ha sido publicada en la revista Nature Medicine.

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