Emergencia capa ozono
2000/08/31 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia
Los datos recientes de la Antártida indican que la situación es preocupante
La capa de ozono sigue disminuyendo. Los informes publicados en agosto por la organización internacional de meteorólogos, WMO, han proporcionado datos preocupantes. Se ha perdido el 30% del ozono que debería contener. Los informes explican cómo las condiciones naturales de la Antártida agravan el problema. Sin embargo, además de la Antártida, se han analizado los territorios colindantes. No es fácil dar explicaciones para todo, pero la situación es evidente. Si bien se ha conseguido controlar las emisiones de moléculas que destruyen el ozono, la reducción de la capa de ozono no ha quedado.
En los últimos años se han firmado convenios y se han tomado medidas para proteger la estratosfera. Aunque no ha sido del todo, se ha controlado el vertido de CFC (moléculas famosas que destruyen el ozono). Sin embargo, la disminución de la capa de ozono no ha cesado. Según los últimos informes, sólo el 30% de la concentración existente entre 1964 y 76 se mantiene en la actualidad. Los científicos están muy preocupados por este resultado.
Las observaciones y mediciones las realiza la asociación internacional de meteorólogos (World Meteorological Organization, WMO). Para ello cuenta con estaciones especiales y satélites situados en la Tierra. Parece que estamos en un momento muy adecuado para reflexionar sobre la situación.
Este mes WMO ha publicado dos informes en los que se recogen los últimos datos recogidos. Los informes están disponibles en la web www.wmo.ch. El primero se publicó el día 11 y ofrecía datos preocupantes. La segunda, de 25, se redactó para actualizar la anterior. La situación es aún más grave.
Satélites ciegos
Los satélites para medir la concentración de ozono necesitan luz. Desde la preparación del primer informe se ha ampliado la zona iluminada por el sol y se han podido recoger más datos. Además, se han recopilado datos de cuatro estaciones antárticas, la francesa Dumont d'Urville, la rusa Mirni, la japonesa Syowa y la ucraniana Vernadski. De sus resultados se desprende que desde hace 30 años la reducción oscila entre el 20 y el 35%. El dato global aportado por WMO es del 30%.
También se han recopilado datos de otras instalaciones cercanas a la Antártida y, si bien la reducción no es tan importante, se pueden considerar representativas de la situación. Por ejemplo, en el observatorio de Ushuaia en Patagonia se ha medido una reducción del 20%. Estos observatorios giran en torno a la Antártida que recibe la luz solar.
La esperanza de algunos científicos está relacionada con el sol. La actividad de su radiación tiene un ciclo de 11 años. Este año es el máximo de este ciclo. La radiación que está recibiendo la Tierra puede ser responsable de la velocidad de destrucción del ozono. Tal vez no. Se verá en unos años.
Las temperaturas más bajas del año ya han sido. A partir de ahora, los científicos esperan la primavera austral. Afortunadamente, la estratosfera se irá calentando poco a poco y estas nubes se desharán. Estas condiciones se dan cada invierno en la Antártida. Es un proceso natural. Hay que pensar en quién produce las moléculas con cloro. Un buen momento para una reflexión profunda.
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