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Salud Pública enferma

1994/04/01 Alvarez, Mikel Iturria: Elhuyar aldizkaria

Sociedades XX. Uno de los mayores avances logrados en el siglo XX es el desarrollo de la Medicina. Como en muchos otros campos, el mismo avance de la tecnología ha conjugado la evolución de esta ciencia. II. Después de la Guerra Mundial, la cámara de conocimiento de la Medicina ha crecido muchísimo, por ejemplo, si un médico especialista dedicara ocho horas al día a la lectura de los artículos que se publican en su especialidad y lo hiciera durante un año, sólo podría leer el 20% de lo que se publica en esta especialidad.

Pero XX. El siglo XX, además de ofrecer grandes avances tecnológicos, ha supuesto sin duda otro tesoro para el área de Salud, la Salud Pública al alcance de todos. La mayoría de los servicios sanitarios de antaño eran instituciones bajo la tutela de la Iglesia. Y, por supuesto, la Iglesia difícilmente podía sostener el gasto que suponían estos nuevos servicios sanitarios tecnificados. Por tanto, a medida que la Iglesia empezó a retirarse de los hospitales y otros servicios sanitarios, el vacío quedó en manos de la sociedad civil, de la sociedad política. Y ahí empezó, digamos, la historia actual.

Las evoluciones del Servicio Público de Salud en los países de todo el mundo se han bailado en función de los presupuestos o las subvenciones de los Estados. En España (y necesariamente en Hego Euskal Herria) en los años 50 y 60 se abrieron varias Residencias de Salud o grandes Hospitales. La economía, en aquella época, también tenía un gran crecimiento y tenía que tener reflejo en el Gasto Público. Los Hospitales abiertos en esas décadas se llenaron lentamente de camas siguiendo la ley de oferta y en la década de los 80 se llenaban de camas, habitaciones y pasillos o pasillos que no sabían dónde meterse. El Hospital de Cruces, por ejemplo, contó a principios de los años 80 con 1.600-1.700 camas.

Y en este punto, cuando no se pudo conectar la moneda y los recursos públicos huían del río al mar, al igual que las aguas arrastradas por la inundación, alguien se preguntó si esa Estructura Sanitaria era necesaria y si era posible conseguir otras Estructuras sin tanta pérdida económica. Sin embargo, la pregunta no encontró terreno adecuado para su desarrollo y los presupuestos de la época no fueron tan reducidos. ¿Y en la década de los 90? Debido a la crisis económica mundial, los Servicios Públicos también han sufrido recortes y ese crecimiento desproporcionado y engañoso en Salud ha dado paso a una exacta exploración de recursos.

Yo veo cuatro trabajos que hay que trabajar en este objetivo de racionalizar los recursos. 1. La primera, una reflexión sobre los avances tecnológicos y terapéuticos, teniendo en cuenta que no es posible tener cualquier prestación sanitaria sin criterios, sin filtrar. 2. Necesidad de vaciado hospitalario con reducción de la estancia media. Utilizar sistemas de hospitalización a domicilio, ya que son más adecuados para el paciente y además son más baratos. 3. Cambiar las formas de gestión interna de la Salud Pública, fortaleciendo las estructuras funcionales. Por último, diría que formamos lo que formamos, que todo tiene que bailar en torno a un eje, es decir, que debemos impulsar sistemas de información que se construyan en torno al paciente y en aras de la corrección.

Por tanto, si queremos que los Servicios Públicos de Salud permanezcan, ahorremos recursos y seamos conservadores de salud.

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