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Ordenador con guía

1993/09/01 Aizpurua Sarasola, Joxerra Iturria: Elhuyar aldizkaria

Conducir un coche a veces es un placer, pero muchas veces es aburrido y pesado. La retirada de los ojos de la carretera para echar un vistazo a un mapa puede provocar un accidente; el coche puede tener un comportamiento raro sin saber por qué; el coche que tenemos delante puede sufrir cambios de velocidad bruscos, lo que no es nada agradable; podemos encontrar obras de carretera y por tanto obstrucciones; al final del viaje podemos aparcar. Por todo ello, al final del día podemos encontrarnos con mal humor y cansados.

El campo visual interno del simulador de conducción, los ruidos y los movimientos y vibraciones del automóvil son creados y modificados por un ordenador.

Localización de las obras de carretera, aparcamiento o peligro de avería a través de un ordenador situado en el automóvil, etc. Si pudiéramos saber, conducir sería mucho más atractivo.

En el año 1985 se realizó el primer ensayo de la mencionada línea, cuando Volkswagen puso en marcha un coche conducido automáticamente en una autopista a 120 km/h.

Al año siguiente y dentro del proyecto EUREKA se aprobó el programa PROMETHEUS. En este programa se reunieron trece fabricantes europeos para adaptar los actuales sistemas microelectrónicos a las necesidades del conductor de automóviles. Los fabricantes de automóviles, junto con ingenieros de tráfico, fabricantes de equipos y centros de investigación, quieren desarrollar los sistemas, software y hardware necesarios para hacer realidad el piloto electrónico.

En 1986 se cumplió el año 100 desde la invención del automóvil. Ese año había 400 millones de automóviles en toda la Tierra. En los EE.UU. hay dos coches por familia y uno en Europa. Las previsiones apuntan a que en Europa se duplicará el número de vehículos a finales de siglo. Se trata de un crecimiento basado en las carreteras existentes y con el menor impacto ambiental posible.

La modelización del conductor y del automóvil permite prever las vías de seguridad en el momento del accidente. En esta foto se simula el soplado de la bolsa de aire.

A pesar de que la seguridad ha mejorado mucho en la temporada 1970-85, los números absolutos son muy crudos, con un número de accidentes de 7 millones, un millón de heridos y 40.000 muertos. También desde el punto de vista del consumo. A pesar de que en Europa el número de coches se ha duplicado en la última década, el consumo apenas ha aumentado un 50%. La crisis energética ocurrida en el año 1974 propició un desarrollo profundo de la tecnología del automóvil. La electrónica tuvo una gran importancia en el desarrollo de esta tecnología, especialmente en la reducción del consumo y en la mejora de la seguridad.

El simulador de conducción presentado en 1984 en Berlín para el servicio de fabricantes de automóviles fue uno de los ejemplos más destacados de la electrónica. Este simulador es mucho más complejo que el de vuelo, ya que el tráfico en tierra o en aire es muy diferente.

Fabricantes de automóviles participantes en el programa PHOMETHEUS.

El simulador representa el estado y analiza las respuestas desde el punto de vista del conductor. Sin embargo, el automóvil del futuro mirará hacia fuera, es decir, explorará escenarios reales y hará más cómodo el papel del conductor. Tanto el simulador como el automóvil del futuro tienen una gran similitud técnica. Por lo tanto, los modelos dinámicos del vehículo, las falsas imágenes de las carreteras y los modelos de tráfico serán de gran importancia para el ordenador auxiliar del conductor.

Quien planifica las obras de ingeniería a largo plazo debe tener en cuenta que los ordenadores son cada vez más baratos y potentes. El rendimiento de los ordenadores se duplica en el plazo de dos a cuatro años por unidad de coste.

La microelectrónica está dominada por los EEUU y Japón, pero Europa ha alcanzado una cuota de mercado. La mayor cuota de mercado de los europeos se ha desarrollado hasta el momento en circuitos integrados, pero los sistemas digitales tienen un mercado cada vez más amplio. El campo de interface electrónica, sensores de estado sólido, convertidores analógico/digital y digital//analógico, conductores y actuadores de alta potencia está suficientemente estudiado en los centros de investigación europeos.

En esta imagen, el automóvil Volvo choca contra un muro de hormigón que lleva en su interior un maniquí.

Existe un consenso internacional para que la microelectrónica tenga avances notables en la década en la que nos encontramos. La capacidad memorial y la lógica de complejidad del chip se multiplicarán por cien y aunque en la actualidad un chip sólo tiene cuatro procesadores, en breve contarán con 10.000 procesadores. Trasladando estos avances al ámbito del automóvil, se prevé que el año que viene, duplicando el número de chips, la capacidad de proceso sea veinticinco veces mayor.

Actualmente la electrónica representa aproximadamente el 12% del coste del automóvil. En los próximos 10 o 15 años dicha cifra alcanzará el 25%.

Como ya se ha mencionado anteriormente, los fabricantes de automóviles se unieron al programa PROMETHEUS para el desarrollo tecnológico en el ámbito de la automoción. En ella se reunieron los fabricantes e investigadores de Francia, Alemania, Italia, Suecia y el Reino Unido. En 1986 se inicia la fase de definición y en 1987 se inicia la participación de la industria electrónica en el proyecto. En aquella época los gastos ascendían a 30.000 millones de pesetas (1.500 millones de libras) y en las previsiones se presupuestó un total de 200.000 millones de pesetas (10.000 millones de libras).

En la foto se mide el esfuerzo necesario para conducir en climas fríos.

En la actualidad casi mil ingenieros trabajan en los siete subproyectos que tiene prometheus. Cuatro de ellos pertenecen a la investigación básica: inteligencia artificial (PRO-ART), chips especializados (PRO-TXIP), métodos y normas de comunicación (PRO-COM) y evaluación de sistemas en escenarios de tráfico (PRO-GEN). Los otros tres proyectos son de investigación industrial. Por un lado, se analiza en PRO-CAR la ayuda que la electrónica puede ofrecer al conductor; por otro lado, se analizan las relaciones del vehículo al vehículo y las comunicaciones con el entorno; y por último, se explora la interacción entre el vehículo y la carretera en PRO-ROAD.

La seguridad de prometheus es uno de los objetivos más importantes de la electrónica. El 90% de los accidentes que se producen en la actualidad son debidos al error humano. El cerebro humano tiene más capacidad de estudio, de procesamiento y de memo que cualquier ordenador, pero es lento. Desde que el hombre percibe algo hasta que decide, tarda 2 segundos, es decir, 50 metros en un coche. Con la ayuda de la informática, el tiempo de reacción del ser humano en los vehículos de pruebas es entre 10 y 1.000 veces menor. Se estima que si el tiempo de reacción del hombre se acortara en un segundo, se evitaría el 80% de los accidentes.

En la imagen un ordenador ofrece el mapa de carreteras de Francia.

prometheus pretende superar la falta de comunicación entre los vehículos. La instalación de ordenadores en los vehículos permitirá anticiparse a muchas situaciones no observadas por el conductor, minimizando el riesgo de accidentes.

El establecimiento de sistemas automatizados en las carreteras, además de en los vehículos, permite al conductor conocer permanentemente la ubicación del aparcamiento, hotel, gasolinera o el medio más adecuado para alcanzar el objetivo. Para que esta red de información sea eficaz es necesario extenderla a nivel internacional, ya que de lo contrario el automóvil puede convertirse en un tonto al cruzar la frontera.

El acceso a los datos de los mapas se realiza a través de la vía de digitalización.

Los ordenadores utilizados en prometheus son capaces de manejar 25 millones de órdenes por segundo. Esto quiere decir que se necesita un gran ordenador actual, pero gracias a la evolución de los ordenadores, lo que hoy es grande mañana será normal. El hardware deberá ir acompañado de software, y sobre todo de aplicaciones basadas en inteligencia artificial.

La revolución de la automoción viene de la nueva tecnología, y como se ve en este artículo, la industria del País Vasco no parece que ayude en nada, ni en este turno ni en el acero. ¿Dejamos escapar el futuro?

(Nota: Para ver bien la foto ir al pdf.)

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