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Sudor de los pies: ¿hay remedio?

2001/07/01 Agirre, Jabier - Medikua eta OEEko kidea Iturria: Elhuyar aldizkaria

Este es uno de los problemas más frecuentes, especialmente en los jóvenes y sobre todo cuando llega la temporada de calor. En la mayoría de los casos, el sudor de los pies lleva consigo un mal olor en estas partes del cuerpo, y la verdad es que hay remedios relativamente fáciles para afrontar el problema y sus consecuencias.

¿Por qué sudan los pies?

La sudoración es algo fisiológico, por lo tanto 'normal', ya que de esta manera nuestro cuerpo baja la temperatura y elimina los residuos, pero en algunos casos pueden aparecer alteraciones serias. En el caso de axilas o axilas, y del sudor de las manos, los efectos negativos se centrarán sobre todo en la parte social, ya que los afectados pueden sentir cierta incomodidad cuando tienen que dar la mano o aparecer en público. Sin embargo, cuando la sudoración excesiva también aparece en los pies, también pueden presentar problemas físicos, ya que llevar los pies cubiertos evitan la volatilización y la "ventilación".

Las glándulas sudoríparas se encargan de esta evaporación de la piel, que se encuentran extendidas por todo el cuerpo y por tanto en los pies. Y como estas partes del cuerpo, los pies, los llevamos cubiertos, sudan más.

La sudoración no depende de nuestra voluntad, no podemos controlar esta tarea a nuestro gusto, está gobernada por el sistema nervioso vegetativo. Y el hecho de que esta parte del sistema nervioso funcione más débil de lo debido y de que haya más glándulas sudoríparas son, para algunos expertos, la razón por la que el sudor de los pies se convierte en un problema serio. Las personas que tienen más débil su sistema vegetativo se doran (o se avergüenzan) con mayor facilidad, y se enrojecen las orejas o el pecho.

Este exceso de sudoración en los pies se debe, principalmente, a la debilidad de su sistema nervioso vegetativo: niños y adolescentes.

Pero en la mayoría de los casos, el problema no es sólo la cantidad de sudor, sino que también hay que tener en cuenta el mal olor o el mal olor que desprende esa sudoración: la piel es rica en bacterias y si tenemos los pies cubiertos, con el sudor se degradan. Y el siguiente paso es inmediato: en los pies que han sudado demasiado aparecerán problemas físicos que nos impidan caminar correctamente. Se intensificarán los roces producidos por los zapatos y las enfermedades producidas por los hongos, ya que este ambiente húmedo o húmedo es ideal para la reproducción de los hongos.

¿Qué podemos hacer en estos casos?

Si tu sudoración excesiva te resulta preocupante, lo mejor será ponerlo en manos de un especialista (pediatra en caso de niños, dermatólogo o podólogo para personas adultas). Pero tenga en cuenta los siguientes puntos:

  • Utiliza productos adecuados Tu farmacéutico te recomienda el producto más adecuado para tu caso. En forma de pomadas, aerosoles o polvo existen desodorantes especiales (tanto para pies como para calzado) para que el problema sea portátil. Pero, por supuesto, no utilizar el zapato o calzado utilizado hasta el momento.
  • Zapatos o calzado Este es el punto que más se debe corregir en caso de sudar. Si se trata de calzado deportivo, fabricado con material sintético, el secado será mucho más difícil. Por eso, todos los días, los usados la víspera deberían dejarse en casa y utilizar zapatos limpios. Las usadas durante el día deben dejarse en un lugar ventilado durante un día completo (y durante las dos noches que acompañan) para que se sequen perfectamente. Y si es posible, usar zapatos de material transpirable y flexible con suela de cuero y no goma.
Dado que es prácticamente imposible que los jóvenes dejen sus zapatos de su gusto y utilicen otros, convendría tener dos pares de calzado y utilizar uno de ellos alternativamente cada día.

Dado que es casi imposible que los jóvenes dejen sus zapatos de su gusto y utilicen otros, sería conveniente tener dos pares de zapatos y utilizar uno de ellos a turnos todos los días. Y en la época de mayor calor (verano, por ejemplo), siempre que sea posible, utilizar zapatos abiertos, sandalias, chancletas, etc. para que el pie se ventile correctamente.

  • Si se usan calcetines, lo mejor es que se usen de materiales naturales (como algodón) y que se desechen sintéticos que impidan la transpiración. Si es posible, cambiar dos veces al día.
  • Higiene Limpieza de pies al menos un par de veces al día junto con el cambio de zapatos y calcetines. Los polvos de talco también son adecuados para absorber la humedad. Tras el baño secar bien los pies, sobre todo entre los dedos, para evitar la aparición de hongos.

Normalmente, estas recomendaciones son suficientes para que los pies dejen de sudar y, de paso, eviten los malos olores. Sin embargo, en casos excepcionales y cuando la sudoración rompe todas las medidas (incluso las gotas de sudor), las medidas higiénicas son insuficientes y nos vemos obligados a utilizar métodos más duros: sustancias más agresivas por un lado y sólo cirugía (ver cuadro).

Tratamientos más severos

En algunos casos, la cantidad y calidad del sudor de los pies es tal que las medidas higiénicas no son suficientes y habrá que abordar tratamientos más serios y duros si queremos solucionar el problema.

  • Cloruro de aluminio: esta solución que mata bacterias y hongos (se aplica de noche a los pies) dota a los pies de un color amarillento. Pero antes de aplicar, los pies deben estar secos y después se deben recubrir con un plástico.
  • Toxina botulínica: esta sustancia bloquea la acción del sistema nervioso sobre las glándulas sudoríparas. Se inyecta con agujas muy finas y tras varias sesiones, el paciente puede pasar de ocho a diez meses sin sudoración excesiva. Desgraciadamente, el tratamiento se realiza únicamente en clínicas privadas y tiene un coste relativamente alto (entre 75.000 y 100.000 pesetas).
  • Cirugía: mediante pequeños orificios en el pecho se extrae el nervio que da la "orden de sudar". Se realiza cuando las manos están afectadas. Muy eficaz.

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