Agricultura y espacios naturales protegidos
1997/10/01 Bengoa Ansa, Aitor Iturria: Elhuyar aldizkaria
Hoy en día y en Euskal Herria no nos queda un medio abierto que el ser humano no haya transformado de alguna manera; sin embargo, esta influencia humana es muy diferente de unas zonas a otras y cuando hablamos de Naturaleza nos referimos a la que está más cerca de lo que serían los ecosistemas naturales. Y al tratarse de terrenos de uso agrícola, ganadero o forestal, cada vez que queremos proteger la Naturaleza es imprescindible tener en cuenta estas actividades.
En este sentido, tal y como se redactó en el primer Plan Rural Vasco aprobado en el Parlamento Vasco hace cinco años, el sector agroalimentario, el hábitat natural y la población rural, son tres dimensiones de la misma realidad que se integran. En consecuencia, la Ley de Conservación de la Naturaleza del País Vasco, en lo que se refiere a los Espacios Naturales Protegidos, obliga a establecer programas de desarrollo socioeconómico de sus habitantes, siempre que se pretenda mejorar los niveles de infraestructuras y servicios de las actividades ordinarias.
Por ello, a la hora de elaborar los Planes de Ordenación de los Espacios Naturales Protegidos, los objetivos principales que se tienen en cuenta son el mantenimiento y mejora de las actividades agrarias. En definitiva, desde el punto de vista de la protección, los elementos de estos ecosistemas se han ido adaptando a estos efectos a lo largo de los siglos y su duración y actividad va unida.
Un claro ejemplo de ello lo tenemos en nuestros montes; en los montes como Aralar y Aizkorri tenemos plantas y animales de gran interés, muchos de los cuales habitan en los pastos de la zona alta, de sus pastos. Teniendo en cuenta que estos pastos no son propios, sino que forman y mantienen el ganado humano, si el ganado que se pastorea en estos montes sufriera una disminución o desaparición del mismo, el equilibrio de estos ecosistemas se vería interrumpido y el futuro de muchas especies amenazado.
Las aves rapaces más conocidas son las grandes, como el buitre leonado, el alimoche, el quebrantahuesos o el águila real. Por su escasez, uno de los objetivos de los Espacios Naturales Protegidos será asegurar su conservación. Para ello es imprescindible mantener el ganado y los pastores. Por ello, la mejor manera de preservar la singular fauna de los Parques Naturales como Aralar es mantener el pastoreo tradicional.
Pero los esfuerzos por mantener estas actividades no se basan únicamente en objetivos transversales, aunque estos sean importantes. Porque los que se encuentran en peligro en esta sociedad no son sólo vegetación o fauna, sino también actividades como el pastoreo o la agricultura. Por ello, siguiendo los principios de protección de la naturaleza establecidos en la Comunidad Autónoma, los principales esfuerzos de los Espacios Naturales Protegidos irán encaminados a compatibilizar el hábitat natural con la población rural.
Iñaki AizpuruTécnico del Departamento de
Agricultura y Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa.
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