La Novela Química premia a los que desarrollaron las máquinas más pequeñas del mundo
2016/10/05 Agirre Ruiz de Arkaute, Aitziber - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
Son máquinas típicas de los seres vivos: estructuras formadas por proteínas capaces de trabajar con una fuente de energía. Pero el diseño y la creación humana puede abrir infinidad de posibilidades. El premio Nobel de Física, Richard Feynman, ya adelantó en los 80 que la miniaturización de la tecnología podía suponer una verdadera revolución, y la Fundación Nobel ha querido premiar este año a los iniciadores de esta revolución.
El primer paso en el desarrollo de estas máquinas moleculares lo dio Sauvage en 1983, cuando consiguió unir dos moléculas en forma de anillo creando una cadena. En lugar de conectar estas dos moléculas con los enlaces covalentes tradicionales, potentes, en los que los átomos comparten sus electrones, unidos por un enlace más libre, el investigador consiguió que ambas partes pudieran moverse. Es lo que una máquina necesita en su base de funcionamiento.
Años después, en 1991, Stoddart desarrolló el rotaxano, estableciendo un eje fino dentro de un anillo molecular, que consiguió mover el anillo a través del eje. Así diseñó el ascensor que se movía con 0,7 nanómetros. También desarrolló músculos moleculares basados en rotaxanos.
Y Feringa, tercera premiada, desarrolló el primer motor molecular. En 1999 consiguió montar el motor molecular que giraba su ala en la misma dirección. Con este sistema consiguió mover un cilindro de cristal 10.000 veces mayor. El diseño del primer coche molecular de la historia fue también el logro del equipo de Fering, que en 2011 puso a girar cuatro ruedas de moléculas, unidas en una especie de chasis molecular.
La nota de prensa publicada por la Fundación Nobel indica que en la actualidad el motor molecular se encuentra en la fase de desarrollo en la que se encontraba el motor eléctrico en la década de 1830, cuando no sabían exactamente qué herramientas iba a movilizar en el futuro. Pero el propio Feringa ha puesto el ejemplo en la ceremonia de hoy: ya existen grupos de investigación que están diseñando nanorobots capaces de introducirse en la sangre y reparar a los afectados. Hoy en día, no se sabe qué va a aportar la química en el futuro.
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