Metales pesados en Arditurri
2004/04/01 Mayora Sarasua, Haritz | Goikoetxea Retegi, Ibon Iturria: Elhuyar aldizkaria
Durante siglos, el hombre ha explotado los bienes que le ofrece la madre tierra y los ha adaptado a sus necesidades. Sin embargo, en los últimos años se ha dado cuenta de la escasez y el valor de los recursos naturales y la relación entre el hombre y la madre tierra se ha convertido en una necesidad.
Para mejorar esta relación es imprescindible un mayor conocimiento del medio ambiente. Pero hay zonas poco conocidas y Arditurri es una de ellas. La zona minera de Arditurri se explotaba para la obtención de plata en la época romana y a lo largo de la historia se realizaron varias minas siguiendo el río Oiartzun.
Arditurri, actualmente, forma parte del parque natural de Peñas de Aia. Ahora no se explotan los minerales de la zona, pero sí que hay metales pesados en la superficie terrestre. Los residuos generados como consecuencia de la explotación de siglos son muy ricos en metales pesados, con riesgo de entrar y dispersarse en la red trófica en detrimento de la salud de los seres vivos. Aunque parezca sorprendente su carácter de parque natural, en Arditurri existen zonas contaminadas.
Problemática del área mineraMetales pesados como plomo, zinc, cadmio, cobre, manganeso, cromo y níquel se acumulan en las laderas de la zona minera. Como es habitual en el País Vasco, los valles son muy estrechos, por lo que los vertederos donde se acumulan los metales son inestables y presentan un alto riesgo de erosión. Además, hay que tener en cuenta que se trata de una zona muy lluviosa. En consecuencia, las aguas de lluvia filtran los metales pesados y, aguas abajo, llegan a los arroyos Otsamantegi y Arditurri, y tres kilómetros más abajo se vierten al río Oiartzun.
Este proceso se ha producido a lo largo de los siglos, y los metales pesados se han ido acumulando en los sedimentos, alimentándose de ellos las hortalizas y plantas. Dado que los seres vivos no son capaces de metabolizar metales pesados, la concentración de metales en el organismo ha ido aumentando, proceso que se denomina bioacumulación. Esta acumulación afecta a toda la red trófica y, a medida que se alarga en el tiempo, su efecto es cada vez más negativo, ya que aumenta la concentración de metales pesados.
Plantas indicadoresEn situaciones de contaminación como la de Arditurri los mejores indicadores son las plantas. De hecho, las plantas acumulan metales pesados, por lo que la acumulación de metales en las plantas es una manifestación de la contaminación ambiental.
No se escogió ninguna planta como indicador, sino que debía cumplir ciertas condiciones: debía estar alrededor del agua, distribuida homogéneamente en el riachuelo, y además debía estar en zonas críticas, las galerías.
Se seleccionaron cuatro especies vegetales que cumplían estas condiciones: Cardamine raphanifolia, Juncus effusus, Scirpus holoschoenus y Festuca sp. Todas ellas son plantas herbáceas procedentes de medios húmedos. Se midió la concentración de metales pesados acumulados en estas plantas. Pero no sólo se hizo esta medición, sino también la concentración en el agua.
Contaminación histórica
Los resultados demostraron que en las aguas de Arditurri la concentración de metales pesados era elevada, superior a la habitual en aguas naturales. El principal agente contaminante era el zinc, pero la contaminación no se circunscribía únicamente a la zona minera sino que cubría todo el río Oiartzun. Sin embargo, en comparación con otras zonas mineras, la contaminación era menos acusada.
No hay que olvidar que la presencia de estos metales en el agua no beneficia a la fauna piscícola, sino que es perjudicial. El impacto se debe principalmente al zinc y al cadmio, que por un lado estaban en alta concentración en Arditurri y, por otro, a la presencia de sustancias tóxicas, principalmente el cadmio.
Las plantas no estaban mejor tensas que el resto de los seres vivos del agua. Esto se debe a que contenían elevadas concentraciones de metales, principalmente zinc. Esto marcó el estrés químico de la vegetación en el medio acuático. Sin embargo, las plantas no tenían indicios de efectos tóxicos de los metales, al menos no estaban enfermas, por lo que la vegetación de Arditurri está adaptada a metales pesados.
En la actualidad es imprescindible tomar como referencia dicha investigación. Y es que no es posible repetir la investigación. En poco tiempo la zona está cambiando mucho, las obras de recuperación del complejo minero han alterado drásticamente el estado ecológico y, entre otras cosas, se prevé la construcción de la zona de acogida del parque natural de Peñas de Aia.
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