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Tratamientos hormonales postmenopáusicos en litigio

2002/07/10 Carton Virto, Eider - Elhuyar Zientzia

Un estudio que estudia las consecuencias a largo plazo de las hormonas ha sido suspendido en Estados Unidos por un aumento excesivo del riesgo de desarrollar cáncer de mama y enfermedades cardiacas.

Muchas mujeres reciben tratamientos hormonales para combatir los efectos de la menopausia. La organización estadounidense Women’s Health Initiative puso en marcha en 1997 una sesión de investigación sobre los efectos a largo plazo de uno de estos tratamientos y decidieron abandonarlos el pasado 31 de mayo. A pesar de que la sesión finalizaba en 2005, el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón y cáncer de mama se hizo demasiado alto en cinco años. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Journal of the American Medical Association y están disponibles gratuitamente a través de Internet.

Ante la preocupación y el temor de este tipo de noticias, merece la pena contextualizar la investigación antes de nada, ya que, aunque sean significativas, los resultados no sirven para cualquier tratamiento hormonal. Las mujeres participantes en el estudio tomaban por vía oral una única dosis de 0.625 mg de estrógenos (estrógeno CEE) y 2.5 mg de progestinas (progestina MPA) cada día. Y todos tenían el útero en buen estado. Los responsables de la investigación han afirmado que los resultados no pueden extenderse más allá de ahí, ya que una dosis menor de la misma formulación, otra formulación o la utilización de hormonas por otras vías puede tener un perfil de riesgos y beneficios diferente.

En Europa no se vende la pastilla utilizada en la sesión, se utilizan otras similares.

Desequilibrio entre riesgos y favores

El estudio promovido por Women’s Health Initiative analiza las enfermedades del corazón, el cáncer de mama, el cáncer de colon y el riesgo de rotura de cadera. Han participado 16.608 mujeres de entre 50 y 79 años, la mitad hormonas y la otra mitad placebo.

Cinco años después, las mujeres del grupo que estaba tomando la hormona han visto aumentar su riesgo de desarrollar cáncer de mama en un 26% y la investigación ha quedado ahí. El riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas ha aumentado en un 29% y el riesgo de sufrir un infarto en un 41%. En el caso de afecciones cardiacas, el riesgo es el mayor durante el primer año de tratamiento. El riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta a partir de los 3 años. Por el contrario, el tratamiento hormonal protege a las mujeres contra el cáncer de colon y la osteoporosis.

Los porcentajes parecen muy elevados, pero si nos fijamos en los datos absolutos la situación no es tan oscura. Los datos absolutos se dan en 10.000 y anuales. En el caso de este estudio, el consumo de hormonas significa que en este grupo habrá 8 casos más de cáncer de mama y 8 casos de corazón en un año, pero a cambio 6 casos de cáncer de colon menos y 5 fracturas de cadera menos. Los números son pequeños.

Sin embargo, los responsables de la investigación han considerado que los favores son mucho más bajos que los daños y, como ya se ha indicado, han considerado más seguro que se anule. Resultados similares se han obtenido anteriormente, pero hasta la fecha no se había llevado a cabo una investigación tan extensa.

Dentro de la misma sesión, pero en otro grupo, se está estudiando la influencia de los estrógenos. En este caso, las mujeres toman estrógenos o placebos y todas tienen el útero arrancado. Esta investigación continúa y se espera que, una vez concluida en 2005, aporte nuevos datos de interés.

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