Marea alta, marea baja
1999/02/01 Susaeta, Tomasa Iturria: Elhuyar aldizkaria
Las mareas son movimientos cotidianos de las grandes masas de agua de los mares, provocados por la fuerza de atracción que ejerce el Sol y la Luna sobre la Tierra que gira alrededor de su eje.
La Tierra soporta la fuerza de atracción de la Luna, pero la distancia entre este astro y cada una de las partículas materiales que la componen no es la misma, por lo que no todas las partículas soportan la misma fuerza de atracción (la fuerza de atracción es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre masas). Supongamos que la Luna se encuentra en el cenit de una zona A de la Tierra, la recta que pasa por la Luna y el punto A pasa también por el centro de la Tierra (punto Z) y por el punto B situado en las antípodas del punto A. Dado que la Luna está más cerca de A que C, la masa en el punto A soportará mayor fuerza de atracción que la que está en C y, por el contrario, la captación en B será menor que en C. Si se considera que la Tierra es un globo suave cubierto de agua y el agua se deforma fácilmente, la mayor fuerza de atracción existente en A anulará parte de la fuerza de gravedad que empuja el agua hacia el centro del planeta y el mar se levantará en el punto A y en la zona A. Y dado que la captación de la Luna en C es mayor que en B, esta fuerza cancelará parte de la fuerza de gravedad que hay en B y, aunque parezca sorprendente, el agua se elevará en el punto B y en sus proximidades, aunque ligeramente por debajo de lo que se eleva en A. Y, por supuesto, el agua que circula a las zonas A y B llegará de las regiones situadas entre estos dos puntos, lo que provocará una disminución del nivel del mar.
Esta es la explicación estática de la marea (muy simplificada). Pero como la Tierra está girando alrededor de su eje, estos depósitos de agua se desplazarán por la superficie de la Tierra para estar siempre mirando hacia la Luna y, por tanto, girarán al día alrededor de la superficie terrestre. Por tanto, el sistema de marea es un sistema dinámico, con dos ondas, una principal (de punto A) y una secundaria (de punto B), que giran alrededor de la Tierra durante un período de un día.
Pero el fenómeno de las mareas es mucho más complejo. Para empezar, en las mareas no sólo provoca la Luna, sino que también lo hace el Sol (mucho más lejos que la Luna). Por otro lado, la Tierra no es un núcleo sólido cubierto de agua: La superficie terrestre está intercalada por mares, islas y continentes, lo que provoca cambios significativos en el modelo simple antes descrito.
Y es que, además de la interposición y la fuerza de atracción entre los astros, hay que considerar fenómenos complejos de resonancia. El periodo de onda sobre el agua depende de la geometría del recipiente en el que se encuentre. Si se cogen dos recipientes o dos cubos de diferente tamaño, se llenan de agua y se lanza una bolita sobre la superficie del agua en el centro de cada recipiente, se crea una onda: en el borde de cada cubo el agua se eleva y baja periódicamente, pero el periodo de oscilación varía en cada cubo, ya que el periodo depende de la forma y tamaño de la cubeta. En el mar ocurre lo mismo: la forma de la costa, los entrantes y salientes, el relieve del fondo marino, la diferencia de profundidad... influyen todos los factores y, por tanto, el mar no se comporta como una sola cuenca, sino que es un conjunto de grandes, medianas y pequeñas cuencas, cada una con su propio período de oscilación. Además, las cuencas interactúan entre sí y, por si fuera poco, se producen fenómenos de resonancia, interferencias, aumentando la complejidad del fenómeno. Esto da lugar a una gran variedad de tipos de mareas y sistemas.
Curiosidades mareales
Todos estos fenómenos provocan, por ejemplo, que en el centro de los océanos y en los mares cerrados las mareas tengan una amplitud muy baja (en el Mediterráneo, por ejemplo, unos 20 cm), o que en el Atlántico Norte o en algunos puntos del Océano Índico no haya ninguna marea baja, mientras que en la bahía canadiense de Fundy, en la Nueva Escocia, la amplitud de 17 m, o que en nuestra costa sólo tenemos dos pleamnietos de marea alta y de altura. O por poner otro ejemplo, que en Normandía, en Mont-Saint-Michel, la marea tenga una amplitud de casi 13 m, a la entrada del canal de la Mancha cercano 6,5 m y en nuestra costa, por ejemplo en Bilbao, a tan sólo 4 m.
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