Marconi, líder de telecomunicaciones
2001/12/01 Agirre Ruiz de Arkaute, Aitziber - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
Este físico italiano sorprendió a todos los científicos de su tiempo cuando desarrolló la transmisión de información inalámbrica a distancia. Aunque pocos pensaban que aquel proyecto era viable, él tenía un claro objetivo: La transmisión entre América y Europa a través de todo el océano Atlántico. Decir y hacer. Se volcó en el trabajo y cumplió 25 años con esta hazaña.
Guglielmo Marconi nació en Bolonia (Italia) en 1874, años antes de que Hertz produjera por primera vez ondas electromagnéticas. Desde pequeño le gustó la física y la electricidad, y leyó repetidas veces los escritos por Maxwell, Righi, Logde y el propio Hertz. Hertz midió la longitud de onda y la velocidad de las ondas electromagnéticas y comprobó que la reflexión y la refracción de esas ondas eran similares a las de la luz, por lo que las ondas luminosas son radiaciones electromagnéticas que siguen la ley de Maxwell. Todo ello sorprendió al joven Marconi, que gracias a la fortuna de sus ricos padres, entre ellos Bolonia y Florencia, tuvo la oportunidad de estudiar física y tecnología.
A los 21 años comienza a experimentar en la tierra de sus padres. Creó un equipo de emisión de señales eléctricas en el aire y lo llevó a la cámara de su casa. Allí empezó a emitir señales a pequeñas distancias. De un extremo a otro del desván, primero, y de casa a jardín después. De esta forma consiguió que las señales inalámbricas se emitieran a dos kilómetros y medio de distancia. Esto le convirtió en inventor del primer sistema práctico de telegrafía inalámbrica.
El logro no despertó especial interés en el gobierno italiano, pero tras estos primeros experimentos de éxito en su país, Marconi se obsesionó con enviar mensajes de un lado a otro del Atlántico.
Así, a través de su madre irlandesa viajó a Inglaterra en busca de mejores fuentes de ingresos. Con su aparato bajo el brazo se fue a trabajar en la estafeta inglesa y ese mismo año obtuvo la primera patente mundial de la telegrafía inalámbrica. El sistema desarrollado lo demostró en Londres, probando en el canal Bristol y a partir de ahí se atrevió a distancias cada vez mayores. En 1897 superó los 30 km de distancia al gobierno italiano y en 1899 puso en marcha la comunicación inalámbrica entre Inglaterra y Francia.
Finalmente se mostró dispuesto a hacer realidad su sueño. En Poldhu, al sureste de Inglaterra, creó un transmisor que podía llegar 100 veces más allá de cualquier otra estación anterior. En 1901 creó en Terranova la estación de detección de ondas que recibiría la señal al otro lado del Atlántico. Todavía nadie creía que pudiera triunfar; creían que la curvatura de la Tierra no permitiría al otro lado del océano recibir ondas. Pero Marconi y su ayudante Kemp mantuvieron firme su intención. Así, después de varios años de trabajo, el 12 de diciembre de 1901, Marconi hizo realidad su antiguo sueño. Marconi y su ayudante escucharon a las doce y media del mediodía la señal morse emitida desde Inglaterra con un pi-pi-pi limpio. Y se abrazaron unos a otros con alegría, fascinado por ese ruido que expresaba en morse ‘S’. De hecho, consiguieron superar los 3.600 kilómetros de distancia.
La ‘S’ se hizo popular en todo el mundo. Muchos científicos de entonces quedaron fascinados por la invención de gran potencial y enseguida empezaron a inventar aplicaciones prácticas para ese descubrimiento. De hecho, Marconi patentó numerosos inventos entre 1902 y 1912.
De esta manera, The London Times y The New York Times se hicieron eco de la guerra entre Rusia y Japón en 1903. Por otra parte, la radio surgió a partir de los inventos de Marconi, que en 1906 se emitió por primera vez la voz humana vía radio.
Otro de los usos más prestigiosos de la radio marconí fue la sala de radio del trasatlántico Titanic. En el hundimiento éste fue el que emitió la primera señal solicitando ayuda.
Así, tras tanto éxito, en 1909 recibió el Premio Nobel de Física, junto al alemán Karl Ferdinand Braun. Finalmente, Marconi recibió el reconocimiento de Italia y lo llenaron de premios y honores. Recibió varias medallas militares y fue nombrado senador en 1914, marqués en 1929 y presidente de la Real Academia Italiana en 1930.
Los ensayos realizados por este hombre fueron, por tanto, los que fundamentaron el desarrollo de la radio y otros aparatos de comunicación que hoy consideramos imprescindibles. Dio así el primer paso en la creación de la red mundial de comunicaciones.
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