Léopold Eiharts: 'Era el sueño de mi infancia ser astronauta'

La estación espacial rusa MIR, que ha dado tantos quebraderos de cabeza como alegría, desaparece en pocos meses y es arrastrada y hundida en el mar. Estados Unidos, Canadá, Europa, Japón e incluso Rusia se encuentran en plena construcción de la Estación Espacial Internacional. La nueva estación sustituirá a las MIR mejoradas. Elhuyar ha podido hablar con el astronauta Léopold Eiharts Biarritz, que conoce de cerca ambos proyectos.

Pronto se cumplirán dos años desde que estuviste en MIR. ¿Qué ha hecho desde entonces? ¿Estás trabajando en el proyecto de la Estación Espacial Internacional?

De vuelta de la estación espacial rusa MIR, abandoné el Centro Nacional de Investigación Espacial de Francia (CNES) y comencé a trabajar con la Agencia Espacial Europea (ESA). En agosto de 1998 la ESA me envió al Centro Johnson de la NASA (Houston, Texas) para que me formara durante 2 años para el puesto de ingeniero de barco. La formación está centrada en el transbordador espacial estadounidense y en la Estación Espacial Internacional (ISS). Terminaré la formación en la primavera de 2000 y seguiré trabajando en estos dos proyectos hasta ser seleccionado para un vuelo espacial.

El retraso en el lanzamiento del módulo ruso "Zvezda" es reciente y parece que no será antes de enero de 2000. ¿Va a buen ritmo la construcción de la Estación Internacional?

El módulo ruso, con sede en la Estación Espacial Internacional, está listo para ser lanzado en la actualidad en Baiconour, Kazakhstan. Es cierto que el proyecto se ha retrasado, pero los últimos retrasos se deben a los problemas técnicos del transbordador espacial estadounidense. Este tipo de situaciones se dan en muchos casos en proyectos internacionales; los problemas de algunos participantes afectan a otros participantes y al final todo se retrasa.

Los tres primeros astronautas llegarán a la Estación Internacional en marzo de 2000, dos rusos y un estadounidense. ¿Te ves ahí arriba?

Como he dicho antes, espero participar en algún proyecto que se vaya a llevar a cabo en la Estación Internacional, pero es difícil decir cuándo será, al menos dos años antes. Quizá haga un vuelo en el transbordador espacial estadounidense antes de viajar a la Estación Internacional. Sin embargo, trabajo con ganas de cara a futuros viajes.

En 1998 realizó una estancia de tres semanas en la estación espacial MIR. Durante esta estancia realizó estudios en el campo de la biología y la tecnología. La explicación exacta de estos trabajos sería larga, pero en pocas palabras, ¿nos podría explicar cuáles fueron esos trabajos?

5 fueron las investigaciones llevadas a cabo en la estación MIR:

Estudio del sistema humano cardiovascular: realizé mediciones del ritmo cardíaco, de la presión arterial y del flujo sanguíneo en diferentes situaciones (descanso, sueño, actividades cotidianas, aparente gravedad), con el fin de analizar la influencia de la ingravidez en estas funciones vitales.

Neurociencias: el objetivo de la experiencia era analizar la influencia de la ingravidez en la percepción y movimientos del ser humano. Para ello, bajo la influencia de diferentes estímulos sensoriales y con la ayuda de diferentes dispositivos, debía trabajar en el sistema informático.

En esos dos primeros proyectos el mismo astronauta, es decir, yo era el tema de investigación.

Biología: esta vez el tema de investigación fueron los arrabios. Llevé conmigo a MIR a seis hembras de arrabio que estaban germinadas y allí, primero los huevos puesta por las hembras y, después de las crías nacidas, los cuidé y estudié. Recogí los huevos y las crías en recipientes especiales y hice grabaciones de vídeo. Una vez en la tierra, tanto las madres de arrabio como las crías fueron trasladadas a los laboratorios para estudiar su desarrollo.

Física de los fluidos: en esta experiencia observé el comportamiento de las células llenas de dióxido de carbono en el punto crítico (en condiciones de temperatura y presión no sólidas ni líquidas), con el objetivo de analizar las transiciones de fase y los transportes de calor que se producían en el interior de las células. La ingravidez ayuda a observar mejor los fenómenos físicos que se producen en estas situaciones. La experiencia era casi automática y mis tareas eran sobre todo de mantenimiento.

Tecnología: Con la ayuda de una red de sensores distribuida por toda la estación, el proyecto final consistía en la modelización del comportamiento dinámico de la MIR en el espacio.

El segundo objetivo era estudiar el objeto ligero en forma de malla de hierro y comprobar si, en condiciones de ausencia de gravedad, se confirmaban los modelos matemáticos correspondientes a los comportamientos de las estructuras simples. Este tipo de tests no se pueden realizar estando en la Tierra.

¿Consiguió los resultados deseados en aquellos estudios?

Los resultados obtenidos en los cuatro primeros proyectos fueron muy satisfactorios y los laboratorios con experiencia adquirieron los datos necesarios. Sin embargo, no pude culminar el proyecto tecnológico porque un aparato a utilizar falló.

Uno de los proyectos se refería a los efectos de la ingravidez. ¿Cómo afecta la ingravidez al cuerpo humano?

La ingravidez afecta a los músculos, huesos, líquidos corporales, equilibrio y sistema cardiovascular. Los astronautas pierden su masa muscular y ósea durante viajes largos (de más de un mes) sin realizar ejercicio diario. Asimismo, el corazón tiende a trabajar con menor potencia, ya que las actividades diarias son más reducidas: no hace falta correr, subir escaleras o andar mucho. Los líquidos del cuerpo aumentan y por eso los astronautas tienen una cara más hinchada de lo normal. Además, el cuerpo tiende a eliminar parte de estos líquidos y el astronauta corre el riesgo de sufrir problemas de deshidratación al volver a la Tierra.

La ingravidez también influye en el equilibrio. La mayoría de los astronautas sufrimos lo que se conoce como el mal del espacio, similar al de los marinos. En las primeras horas o días del vuelo, tenemos problemas para mantener el equilibrio y cuando volvemos a la Tierra, tardamos dos o tres días en hacerlo sin perder el equilibrio.

Ser astronauta era un sueño de infancia. Sería un momento muy especial, por lo tanto, cuando pudiste el pie en la estación MIR, ¿no?

Sí, fueron momentos muy especiales. Fue emocionante el primer momento en el que vi la estación MIR suspendida en el espacio. Después de soñar con él durante tanto tiempo, era difícil creer que era real. Al principio tenía la sensación de que lo que estaba viendo no era cierto. También tengo la sensación de vivir algo extraordinario. De hecho, la estación MIR desaparecerá en breve y no volveré a verla aunque algún día me voy a otra estación. Eso también me genera un punto de tristeza.

Efectivamente. Tras 13 años de servicio, la estación MIR bajará en marzo o abril de 2000. Sabemos qué va a pasar con las MIR, pero ¿qué les pasa a todos los satélites que se jubila? ¿Se quedan en el espacio como basura?

Los satélites de órbita baja, es decir, los más próximos a la Tierra, se atraerán a la Tierra en unos meses o años y se quemarán como consecuencia de la fricción que genera la atmósfera. La estación MIR es también un edificio de órbita baja, pero por seguridad se volverá a aterrizar de forma controlada. Una nave espacial especialmente preparada, Progress, traerá la estación MIR y caerá al mar. Sin embargo, el MIR no está preparado para soportar la fricción de la atmósfera durante la caída, por lo que antes de llegar al océano la mayor parte se destruirá.

Por otro lado, los satélites de órbita alta, al igual que los satélites de telecomunicaciones, situados a 36.000 km de la Tierra, se quedan prácticamente para siempre. Las órbitas geoestables, por sus especiales características, son muy apreciadas y el número de plazas es bastante limitado. Por ello, los satélites que quedarán inutilizados deben salir de esas órbitas para dejar espacio a los nuevos.

¿Tienen planes de gestión de estas basuras espaciales las agencias espaciales de diferentes países?

No, no hay un plan concreto de gestión de estos residuos. Los esfuerzos actuales están encaminados a limitar la generación de basuras, ya que gran cantidad de residuos en el espacio son peligrosos para los nuevos satélites. Por ejemplo, se considera que nuevos satélites se han perdido como consecuencia de la colisión con residuos de pequeño tamaño. Los residuos mayores de 10 cm pueden ser detectados y numerados mediante radares, pero los menores representan una gran amenaza para los satélites y las naves espaciales.

Las órbitas bajas limpian las mismas atmósferas y si no se generan más residuos de pequeño tamaño, serán seguras en el futuro. Pero en órbitas altas los residuos son más peligrosos durante más tiempo. El esfuerzo actual, por tanto, está orientado a reducir la cantidad de estos residuos. Por ejemplo, para que los lanzadores de espacios no explotan o, después de tirar, se vuelvan al suelo, se están poniendo los aros.

En cuanto a los satélites, el establecimiento de normas resulta más complicado, ya que supone un coste económico adicional en un campo en el que la competencia es enorme. Al menos en este aspecto la solución es eminentemente política.

Empezó su carrera de astronauta en el CNES francés, después ha trabajado en la ESA y ha realizado estancias en Rusia. Ahora estás en el centro de la NASA en Houston. Es un ejemplo de colaboración internacional en la investigación espacial. ¿Ves sana la cooperación internacional?

Como he dicho, ahora estoy trabajando en un centro de la NASA, pero siempre como astronauta de la ESA. Europa no tiene vía para hacer vuelos guiados y sólo puede trabajar junto a Estados Unidos o Rusia. La colaboración, tanto aquí como cuando estuve en la MIR, es mi realidad cotidiana. La cooperación internacional será imprescindible de cara al futuro, teniendo en cuenta el alto coste de la investigación espacial y la baja rentabilidad comercial.

Para nosotros, la colaboración es una oportunidad única para vivir y trabajar en un entorno multicultural. En la Estación Internacional colaboran estadounidenses, rusos, canadienses, europeos y japoneses, y es posible que haya más países en el futuro. La Estación Internacional es el primer proyecto pacífico de importancia común para todos estos países.

En los últimos años Europa ha experimentado un gran auge en la investigación espacial. ¿Ves Europa a buen nivel?

Europa es muy competitiva, especialmente en el campo de los lanzadores espaciales, los satélites comerciales y las ciencias del espacio. En cuanto a los vuelos espaciales, por falta de sentido a largo plazo, Europa no está a la altura de sus posibilidades tecnológicas y económicas. En mi opinión, es una debilidad evidente en relación a los retos del futuro y, sobre todo, a la exploración de los planetas y a la investigación del espacio a través del ser humano. Sin embargo, Europa ha decidido participar en la Estación Internacional, lo que es muy positivo. Que Europa avance en la investigación del espacio es una decisión política de nuevo, y a nosotros nos toca ayudar a impulsar esa idea.

XXI. De cara al siglo XX, ¿cuáles son los principales retos del ser humano en la investigación espacial?

Las actividades espaciales son variadas y los retos también son diversos. Creo que los principales retos están en el campo de los lanzadores y la propulsión espacial. El desarrollo de la nueva tecnología para los lanzadores reduciría los costes de espaciado de los satélites, lo que favorecería la explotación comercial del espacio.

El desarrollo de sistemas revolucionarios de propulsión de naves espaciales y, por tanto, la reducción de la duración de los viajes espaciales, serán la clave de la exploración de los planetas del Sistema Solar (y más allá). En la actualidad contamos en meses o años el tiempo necesario para llegar a planetas "cercanos"; mañana, quizás, en semanas o días. Pero no sabemos cuándo será mañana.

Buletina

Bidali zure helbide elektronikoa eta jaso asteroko buletina zure sarrera-ontzian

Bidali