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Cuidado, no estropee los fósiles

2007/02/11 Rementeria Argote, Nagore - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

El ADN es un material muy delicado, sobre todo si es de hace miles de años. El ADN encontrado en los fósiles es escaso, ya que a lo largo de los años se va deteriorando. Pues piénsese que cuando se descubra este fósil se limpia con un cepillo y además se enjuaga. El material genético existente se pierde en gran medida.

En muchos casos se trabaja en yacimientos en función de las necesidades y normalmente no se toman medidas para evitar la contaminación de los fósiles. (Foto P. Olmert, NSF)

El paleontólogo del laboratorio debe hacer milagros para extraer el material genético de un fósil, sobre todo si éste ha recibido este tratamiento convencional. Sin embargo, se ha podido estudiar el material genético de muchos fósiles prehistóricos: el mamut, el oso de la cueva, el hombre de Neanderthal... por citar algunos. Pues imagínate lo que se lograría si los fósiles se trataran de otra manera, de una manera especialmente pensada para la conservación del material genético.

Del yacimiento al laboratorio

El estudio del material genético ha supuesto un gran avance en la paleontología. Por ello, se quiere sacar el máximo partido a este recurso y se está pidiendo y pidiendo que se recojan los fósiles de forma adecuada.

Para conservar el material genético de un fósil, no es bueno retirar el suelo adherido al fósil, y se recomienda congelarlo lo antes posible. De hecho, el fósil ha permanecido en el mismo medio durante miles de años, casi a la misma temperatura. Pero al salir de este medio, muchas veces el fósil pasa a un ambiente más cálido y su material genético se deteriora.

El análisis del material genético de un fósil, es decir, del ADN, requiere el máximo de material. (Foto: FMC Corporation)

Además, conviene no contaminar el material genético del fósil, ni con el actual (por ejemplo, con el personal del yacimiento) ni con otros fósiles. En muchos yacimientos, una vez recogidos los fósiles, se procede a su limpieza conjunta con agua. En consecuencia, el material que contiene un fósil puede ser extraído y transferido de un fósil a otro (el hueso, por ejemplo, es un material muy poroso al que se accede fácilmente desde el exterior).

Por ello, conviene no limpiar los fósiles. Y los que tienen contacto directo con los fósiles deberían usar trajes de protección: guantes, delantal, etc. En definitiva, deberían emplear medidas similares a las utilizadas en el laboratorio en el yacimiento para evitar la contaminación de los fósiles.

Diferencia significativa

Durante los últimos siglos, el método tradicional de recogida de fósiles y huellas ha sido útil, ya que se centraba principalmente en la forma del fósil. Y hay que reconocer que, aunque no es apropiado, los fósiles recogidos en los museos se han utilizado para analizar el ADN antiguo. Pero está claro que la nueva técnica es más adecuada y da mejores resultados.

Los huesos fósiles son porosos por lo que son relativamente fáciles de contaminar con materiales externos. (Foto G. Grieco, Penn State)

Paleontólogos del Instituto Jacques Monod de París comparan los resultados entre la recogida tradicional de fósiles y la realizada en un entorno más estéril. Para ello se han utilizado fósiles recogidos en dos periodos diferentes, procedentes de una especie de ganado desaparecida. Los fósiles son huesos del mismo grano: uno de ellos fue recogido en 1947 y ha estado en el museo, y el otro se recogió en 2004 tomando medidas para la conservación del material genético, conservándolo hasta ahora a -20ºC.

Pues bien, del fósil que ha estado en el museo no han podido extraer material genético. De todos los otros fósiles. Por tanto, la diferencia entre ambos métodos es evidente. Y aunque la propia intuición también lo mandaba, ahora hay pruebas claras para decir que los fósiles se deben recoger lo más estériles posible.

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