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Deporte entre lesiones y salud

1999/03/28 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia

Desde que la televisión empezó a introducir el deporte en los hogares, el interés por el deporte ha ido creciendo y el número de personas que practican deporte cada día es mayor. Por ello, el deporte, además de ser deporte, se ha convertido en una importante actividad cultural y social que reúne a millones de personas, tanto en su faceta deportiva como en parte de las estructuras creadas alrededor del deporte. Hablamos de lesiones, de la importancia que tiene la lesión y el deporte en la salud.

Practicante de Afición o Oficio. El primer responsable de su salud es el propio deportista. La frase, aunque parezca sencilla, tiene una importancia profunda: el propio deportista debe intentar hacer deporte de forma segura, dejando a un lado los factores de riesgo en la medida de lo posible durante y cuando no lo esté.

Si se opta por practicar deporte a diario y de forma segura, se deben adoptar las medidas de seguridad mínimas: evitar los hábitos tóxicos -como el alcohol y el tabaco–, cumplir estrictamente las horas de descanso y cuidar la alimentación.

Material y protección

Las medidas para hacer frente a las lesiones que pueden ser descartadas mediante la práctica deportiva tienen una gran importancia los materiales adecuados y las medidas de protección. Lo ideal sería tomar todos los deportes uno a uno y hacer un repaso, pero como estas páginas no tienen tanto espacio, podemos mencionar algunas cosas básicas a tener en cuenta a la hora de elegir el material. En cuanto a la indumentaria, hay que recurrir a tejidos que absorben bien el sudor y que no produzcan quemaduras por fricción. Los zapatos deberán ser de buena adherencia al suelo y de protección contra golpes, asegurando al mismo tiempo la flexibilidad de las articulaciones y la estabilidad del cuerpo.

Los materiales de protección no pueden olvidarse en la prevención de lesiones deportivas. Existen materiales de protección para cada deporte, especialmente diseñados, homologados y normalizados. Su uso en algunas competiciones se establece legalmente, pero no está regulado para las sesiones de entrenamiento. En caso contrario, el deportista debería actuar como si fuera obligatorio utilizarlo en los entrenamientos, adoptando las medidas necesarias.

Entrenamiento

Desde el punto de vista de la medicina deportiva, para conseguir los mejores resultados y garantizar la buena salud de los deportistas, es necesario adoptar una serie de comportamientos básicos en el entrenamiento:

  1. Cargas progresivas para que el cuerpo acepte poco a poco el trabajo que realiza. De esta forma se evitarán problemas de sobreentrenamiento y lesiones por fatiga.
  2. Una adecuada periodicidad, es decir, un descanso activo que permita que el cuerpo vuelva a tomar energía.
  3. Entrenamiento especializado, adaptado a las características de cada persona, ya que no todos somos capaces de afrontar las mismas cargas de trabajo. También cuando es costumbre entrenar en equipo.
  4. Para garantizar la buena salud del deportista es necesario cuidar el entrenamiento general para poder desarrollar las capacidades físicas generales del deportista. Además, cada deportista deberá realizar un entrenamiento especial adaptado al deporte que practique.
  5. Trabajar adecuadamente la técnica, especialmente con los jóvenes, para que el cuerpo se acostumbre a ciertos movimientos.
  6. Calentamiento antes de las sesiones deportivas para asegurar el desarrollo de todos los músculos y no sólo de los que trabajan en un determinado deporte.
  7. Trabajar el campo psicológico para que el entrenamiento no sea el que se realiza de cara a la competición, sino que sea un instrumento que puede ayudar en la vida cotidiana.

Deporte y salud

Además de lo dicho, existen más aspectos que se pueden tener en cuenta para la prevención de las lesiones y la salud, como son las instalaciones deportivas, el equipo médico, etc., pero los que más directamente corresponden a quien quiere hacer deporte serían los anteriores. Sabemos, por tanto, que antes de hacer deporte hay que tomar medidas de seguridad. ¿Pero por qué el deporte? ¿Es bueno para la salud?

Sin duda sí. Para darse cuenta de ello puede ser suficiente mirar la evolución del ser humano. Durante miles de años los hombres fueron nómadas y cazadores, y más tarde campesinos, y la actividad diaria era suficiente para trabajar el cuerpo. En los últimos tiempos, la disminución de la actividad física en la vida cotidiana ha sido evidente. Y es que han llegado máquinas y transportes modernos al servicio del hombre.

La forma física de los que vivimos en sociedades industriales es cada vez más precaria, ya que la actividad física ha desaparecido casi del trabajo diario. Una de las consecuencias directas de la nueva forma de vida, en términos de salud, ha sido el enorme incremento de enfermedades del corazón. La situación demuestra que la vida sedentaria puede ser perjudicial para los individuos y muy costosa para la sociedad.

Sin embargo, los estudios realizados no indican una relación directa entre la actividad física y las enfermedades cardiacas, mientras que la epidemiología demuestra que la actividad física sólo tiene beneficios, tanto para evitar enfermedades mentales como para el estado general de las personas. El deporte mejora el flujo sanguíneo, adapta la presión arterial, mejora la respiración, facilita el control del peso y ayuda a evitar otros riesgos.

Para tener una buena forma física es imprescindible practicar deporte de forma regular. No sirve tomar de vez en cuando un gran atracón deportivo y después permanecer una temporada sin hacer nada. Cualquier persona con buena forma física afronta bien los retos físicos que pueden surgir en la vida cotidiana, mientras que la persona con una forma física deficiente -cansancio medio- no será capaz de hacer frente a las tareas cotidianas, lo que puede provocar la interrupción de la actividad.

Sin embargo, la forma física y la buena salud no son lo mismo. Pueden ser compatibles pero no lo mismo. Si hubiera que definir una buena salud, bastaría con decir ausencia de enfermedad. La forma física, más que con la buena salud, puede relacionarse con la energía, con el reto de afrontar las dificultades físicas que pueden aparecer en la vida y de no depender físicamente de los demás.

Cuando escuchamos formas físicas, terapias, etc., la mayoría asociamos directamente a las sesiones de entrenamiento, sudor y hábitos saludables. Este vínculo tiene sentido, ya que muchos lo entienden así, con sesiones de entrenamiento cotidiano violentas. Cuando se habla desde el punto de vista médico -al menos así lo ve la Federación Internacional de Medicina del Deporte- el plan puede ser blando. Según la citada entidad, para conseguir una forma física adecuada sería suficiente con realizar una actividad aeróbica de 3 a 5 veces por semana, durante al menos media hora y como máximo una hora: caminar, correr, nadar, andar en bicicleta, remar, patinar o esquiar. Tampoco excluye los deportes en grupo, pero siempre con poca intensidad y lentitud. Así que anímate, ¡no te hará daño!

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