Las montañas del Cantábrico, un paraje a conocer
1988/10/01 Barandiaran, Mariaje | Irazabalbeitia, Inaki - kimikaria eta zientzia-dibulgatzaileaElhuyar Fundazioa Iturria: Elhuyar aldizkaria
La sierra del Cantábrico es una comarca situada al sur de Álava. Al oeste coincide con la sierra de Toloño (nosotros en la explicación consideramos que ambas son coincidentes) y al este limita con la sierra de Codés. Al sur se extiende el valle del Ebro. Desde Toloño o Herrera, los viñedos y campos de La Rioja son un espectáculo.
Desde el punto de vista ecológico, la sierra del Cantábrico es un entorno de gran interés. Sus cumbres (las más altas se sitúan en torno a los 1400 m) limitan entre climas húmedos y secos. Las escorrentías al norte están expuestas a vientos húmedos y sufren un clima atlántico húmedo. Sin embargo, las cuencas vertientes orientadas hacia el sur están influenciadas por vientos secos y dominan un clima más mediterráneo seco. Esta situación se refleja en el paisaje y en la ecología, donde se puede observar cómo los bosques húmedos de umbría se convierten en bosques secos de calendario.
Observaciones geológicas
Las sierras de Toloño, Cantabria y Codés forman un macizo de media altura. La altura media de los montes es de 1000 metros y son muchos los que superan los 1300 metros (Peña del Castillo, 1430 m; Peña León, 1391 m); Peña de San Tirso, 1338 m; y Codes 1421 m). En los valles septentrionales se encuentran las cuencas de los ríos Inglares y Ega.
La mayor parte de los materiales complementarios de la Sierra Cantábrica proceden del cretácico. Los materiales más abundantes son calizas, dolomías, calcarenitas, arenas, areniscas y arcillas.
En los valles septentrionales la sedimentación fluvial está principalmente formada por arcillas, arenas y limos. En el sur de la sierra (aparentemente inclinada y desgarrada) predomina el rocoso, aunque también aparecen arcillas, arenas y areniscas.
Bosque cambiante
Los bosques que cubren este territorio son mucho y cambiantes. Dado que en él se produce una transición entre ambos climas, las condiciones son diferentes. Existe una influencia del clima oceánico predominante en la práctica totalidad de Euskal Herria. En el otro, por el contrario, está influenciado por un clima más seco y mediterráneo, el de La Rioja y la Ribera de Navarra. La localización de la sierra es la causa de este fenómeno.
La sierra del Cantábrico se extiende de este a oeste y constituye una importante barrera natural en el recorrido de los vientos. Produce diferencias climáticas significativas entre sus pendientes norte y sur. Los vientos procedentes del Atlántico llevan dirección noroeste. El viento cargado de humedad aumenta al agrietarse y al enfriarse deja la humedad en forma de niebla o lluvia. En la solana baja el aire seco. Por eso, en el laiotz crece el haya y en la solana el arte.
Por lo tanto, en esta región aparece una vegetación de dos tipos: la que crece en condiciones húmedas y la que crece en condiciones secas.
Hayedo
En las laderas orientadas al norte se encuentran grandes hayedos en la sierra del Cantábrico. El sustrato de estos bosques es caliza. Junto al haya aparece abundante boj común. La aparición del boj indica que el clima es más seco y continental que en los hayedos más al norte. En hayedos más húmedos acompañan al haya el acebo y el arándano.
En estos hayedos son abundantes las aves rapaces, como el milano real y el halcón, que se observan fácilmente. Las áreas con pendientes bajas son las más adecuadas, sobre todo las de Peñacerrada-Urizaharra, Pipaona y Lagrán.
Ameztia
Ametza es muy abundante en la sierra cantábrica. El amarga de esquiz es el más grande de Álava y tiene un gran interés ecológico. Este bosque crece sobre terrenos arenosos. Estos suelos no son aptos para la agricultura, por lo que el bosque de Izkiz se ha mantenido en condiciones muy favorables. Junto con el abejar de Izkiz abundan los arbustos como el acebo, el enebro, el chillar y el argot.
El bosque de Izkiz genera unas condiciones ecológicas favorables para la recolección masiva de vertebrados. El jabalí, el tejón, la liebre y el zorro encuentran un lugar apropiado para comer y esconderse. Por otra parte, hay numerosas aves rapaces (milano negro y rojo, gabiraia, águila menor, árbol negro y halcón rojo), pero lo más interesante es que la reproducción del azor, muy escaso, se haya demostrado en esta región.
Quejigal
El quejigo fue la principal especie arbórea que colonizó el fondo de los valles. Sin embargo, debido a que estos suelos son muy productivos para la agricultura, los quejigales se han reducido mucho para conseguir plantaciones agrícolas. El quejigal no crece normalmente solo y se ve acompañado de arte, haya o abuela. Sin embargo, al norte de Peñacerrada-Urizaharra hay algunos quejigales de interés. En ella las aves rapaces encuentran un medio ambiente favorable, por lo que son el águila menor, el águila culebrera y el aguilucho cenizo los que más se ven.
En un robledal mezclado con hayas entre Pipaona y Lagrán se ha detectado un halcón avispado.
En los mamíferos, que se pueden encontrar en el quejigal, destacan los gatos monteses, las garduñas y los jabalíes.
Encinar
Aunque en su día las artes cubrían gran parte de los territorios alaveses, la presión humana que han sufrido desde hace tiempo ha reducido considerablemente la extensión de los encinares alaveses. Es difícil encontrar encinares adultos alrededor de la sierra Cantábrica. Los carrascales formados por pequeños granos (chaparrones) son más numerosos.
El estribo del encinar está formado principalmente por boj, madroños, enebros y berberechos comunes. En las zonas altas con humedad se añade brezo a las anteriores y especies más mediterráneas en las zonas bajas más secas, como el tomillo, la uva de caballo y el salmón fino.
El grupo de mamíferos es muy abundante y abundante en el encinar. Destacan el gato montés, la gineta, el zorro, el espinoso, la garduña, el turón y el jabalí. Por otra parte, algunas aves rapaces como el águila real o el águila culebrera son de su agrado nidificante.
Vegetación de ribera
Se sabe que los bosques que crecen en la orilla del río, llamados sotos, constituyen un ecosistema muy rico y muy importante. Los bosques de ribera que rodean la Sierra Cantábrica cubren una superficie inferior a la que antiguamente le correspondía. La obtención de tierras agrícolas ha sido la principal causa de este hecho. Estos bosques juegan un papel muy especial como reguladores de inundaciones, pero en la actualidad están sometidos a una fuerte presión. La madera y la limpieza de cauces son las acciones que más afectan a los bosques de ribera.
La vegetación del bosque de ribera está formada por alisos, sauces, fresnos, olmos, avellanos, arcas, zumalakarras, puentes, duros y acantilados. Este medio ambiente es muy apropiado para muchas aves y con el agua se puede encontrar una selección representativa de aves aserradas, como el pato montés, la uroilanda, la coquetazuria, el castaño y el martín pescador.
Por otra parte, en las corrientes de agua que se conservan en su autenticidad, se puede ver también una nutria muy escasa en Euskal Herria (por supuesto, con mucha suerte! ).
Comunidades de rocas
Las gravas y roquedos de la sierra Cantábrica crean un entorno propicio para la vida de varias aves. En los roquedos de la Peña Gaztelu se encuentra una rica comunidad de aves rapaces. En ella se pueden ver especies no convencionales como el águila real y el halcón peregrino. Por otra parte, los lagartos y las palomas rocosas nidifican en el lugar, algo que no ocurre en otros lugares de Euskal Herria.
Además, en la zona de Arluzea nidifican los pocos buitres leonados de esta comarca.
Qué ver y a dónde ir
En la publicación del Gobierno Vasco anteriormente citada se recogen algunos de los itinerarios que el visitante puede realizar en las inmediaciones de la Línea Cantábrica. Nosotros recomendamos dos de ellos.
El primer recorrido parte del puerto de Rivas. Sobre el puerto nace una pista que discurre por el desagüe norte de la sierra. La pista comienza a ascender lentamente por la vertiente norte del monte. Las vistas son preciosas y permiten disfrutar de la belleza de Peñacerrada-Urizaharra y sus alrededores. Tras un tranquilo paseo de hora y media y un ligero descenso en la última subida, llegamos a los pastos situados al norte del monte Toloño. Aquí encontraremos bordas y cierres para el manejo del ganado y de los mismos. A nuestra izquierda, detrás de un hayedo que asciende en pendiente, se encuentran las rocosas peñas de Toloño. La ascensión es ahora más penosa, pero la vista riojana que se nos ofrece al alza compensa el esfuerzo. A nuestros pies y con los montes de Ezkarai en el horizonte, el río Ebro desarrolla entre sus viñedos grandes meandros circulares.
La segunda ruta nos permite conocer la foz de Izkiz. El camino comienza en el predilecto pueblo de Corres. Siguiendo el camino que discurre junto al río que discurre por el pueblo, entraremos en la foz de Izkiz. En las inmediaciones del río Izkiz se encuentra un bosque de ribera cerrado. La foz se extiende por el centro, donde se encuentra un pequeño embalse. Junto a la presa del embalse hay una pequeña cascada y a partir de ahí se pueden elegir dos caminos. Lo que hemos traído hasta ahora sube un poco, cogiendo altura. La noticia avanza entre los árboles situados junto al cauce que nace en el pantano y nuestra imagen es más bonita que la otra. Una vez que el cauce y los caminos inicialmente adoptados alcanzan la misma altura, podemos decir que el cañón ha terminado y entonces tenemos dos opciones: seguir adelante y llegar al pueblo de Bujanda o retroceder.
En este artículo se mencionan los nombres de muchas aves rapaces, lo que puede provocar confusión entre los lectores. Para la mayoría de ellos resulta difícil distinguir entre el halcón, el milano, el azor o el águila. Nosotros queremos ayudar a esta identificación y por eso, además de dar el macho dulce a algunas de estas aves, haremos una breve descripción.
Milano negro: 55 cm. Pluma marrón rojizo oscura. Cola ligeramente ahorquillada.
Azor: 48-61 cm. Pluma oscura en la espalda y pardo oscuro listado en el pecho.
Milano rojo: 60 cm. Pluma rojiza. Cola muy ahorquillada.
Halcón común: 51-51 cm. Pluma de color variable, gris a pardo oscuro. Línea clara en el pecho. Cola corta.
Gavilán: 28-38 cm. Machos pluma gris en la espalda y rojizo listado en el pecho. Hembras de pluma parda en el pecho.
Halcón arbolado: 30-36 cm. Muslos rojizos. Pecho listado. Dorso marrón oscuro.
Cernícalo: 34 cm. Cola negra. Machos dorso rojizo y listado de hembras.
Aguilucho cenizo: 41-47 cm. Machos cabeza y espalda gris. Alas grises, puntas negro-negras y dos líneas negras. Hembras dorso pardo oscuro y en las alas más de dos líneas negras.
Águila culebrera: 62-67 cm. En vuelo la parte inferior es casi blanca. Dorso pardo.
Águila real: 80-86 cm. Pluma parda oscura uniforme. Cabeza y nuca dorada.
Águila pequeña: 43-45 cm. Pluma parda oscura o clara. Las patas están cubiertas de plumas.
Halcón peregrino: 38-50 cm. Hembra mucho mayor que el macho. Espalda gris azulada. Pecho rojizo con líneas negras. Grandes bigotes en las mejillas.
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