Jose Mari Rodriguez Ibabe, en la ladera del acero
(Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas de Guipúzcoa)
Jose Mari Rodriguez Ibabe, en la ladera del acero
En el barrio donostiarra de Ibaeta se encuentra la Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad de Navarra, donde se ubica el centro de investigación tutelado CEIT. El doctor Jose Mari Rodriguez Ibabe trabaja en él. Hemos charlado con él sobre la investigación.
Feb.- Un día normal, ¿qué haces cuando vienes al trabajo?
JMRI.- Yo actualmente estoy trabajando en tres o cuatro proyectos diferentes. Distribuyo el día de la siguiente manera: mañana o parte de él trabajando sobre un proyecto y luego por la tarde sobre otro. El horario no es muy concreto. Paso mucho tiempo con doctorandos o becarios, analizando y discutiendo su trabajo y sus resultados. En definitiva, el nuestro es un trabajo en equipo y el debate es muy necesario para el establecimiento y consecución de los objetivos.
Elh.- ¿Hasta dónde mandas las manos en el trabajo?

JMRI.- Desgraciadamente últimamente muy poco. No ensayo. Utilizo como máximo el microscopio electrónico de barrido. Yo, por decirlo de alguna manera, tengo o tengo la dirección de proyectos. La verdad es que los proyectos tienen un director y debajo de él hay dos o tres personas trabajando con personal, investigadores. El proyecto puede tener dos o tres ramas y yo soy responsable de una de ellas.
Elh.- De manchar las manos a dirigir proyectos, ¿es una evolución normal en la vida del investigador?
JMRI.- Parece que sí. A medida que aumenta la edad es cada vez más difícil trabajar en el laboratorio. Claro que si sabes cómo se trabaja o se aplica esta técnica en el laboratorio. Cuando le pides algo a alguien tienes que saber cómo se hace y qué trabajo hay detrás. Es muy peligroso si no.
Elh.- ¿Cuál es tu área de trabajo?
JMRI.- En este momento yo estoy muy metido en metalurgia, especialmente en aceros y composites de matriz metálica. En el sector del acero, por ejemplo, estamos en contacto con todas las empresas de Gipuzkoa (CAF, Ucin, Tubos Reunidos, etc.). Nuestros objetivos son mejorar el acero, mejorar el proceso o encontrar nuevas soluciones al tipo de acero que se está trabajando. Es un trabajo estrechamente relacionado con la realidad.
Elh.- ¿En cuanto a nuevos materiales?
JMRI.- Trabajamos con composites de matriz aluminio. Estamos desarrollando un nuevo procedimiento denominado formación de fusión. Se trata de que en estado semisólido, todavía no solidificado, al dar forma al material. Aunque el procedimiento no está completamente establecido, parece que se pueden obtener resultados muy positivos. Nosotros lo hacemos con aleaciones de aluminio/silicio. Este es el procedimiento que se seguirá en la pequeña acería de Sestao. Se empezará a dar forma al acero antes de solidificarse. Esto supondrá un ahorro energético que redundará en un menor coste del producto.
Elh.- Aquí habéis trabajado con materiales cerámicos del CEIT, ¿no?
JMRI.- Precisamente yo no. En el departamento sí. Con estos materiales ha ocurrido algo curioso. Hace unos años querías trabajar con acero cuando estabas pidiendo dinero te decían: “¿Estás de cabeza? ¡Eso es material del siglo pasado! Ahora toca investigar cerámicas y nuevos materiales” Ahora la política ha cambiado radicalmente, incluso en Europa, y es muy difícil conseguir dinero para investigar sobre nuevos materiales.
Elh.- ¿Por qué pasan cosas así?
JMRI.- Quienes toman la decisión son políticos y quién sabe cómo están informados. A veces la culpa es de los investigadores. Cuando el investigador busca dinero, trata de vender su producto y le cuenta esto u otro. Siete o ocho años después el político no ve ninguna consecuencia concreta y corta todo el dinero. La planificación a largo plazo no se ve a menudo.
Elh.- ¿Los materiales cerámicos tienen futuro o son producto de la moda?

JMRI.- De hecho, el mes pasado hubo un congreso en Donostia sobre la rotura de materiales. Ashby, un prestigioso investigador, se planteó la duda de que los materiales cerámicos no estaban muy altos y se podrán utilizar. Al día siguiente, el Dr. Moya dijo lo contrario, subrayando que el futuro depende de las cerámicas. A la vista de ello, se pregunta cuál de ellos tiene razón. Ambos tendrán razón si es necesario. Moya habló de ejemplos muy especiales, como los escudos de calor de los aviones supersónicos. En lo cotidiano, sin embargo, las cerámicas no serán tan útiles y se utilizarán otros materiales en los que Ashby tiene razón. ¿Cuándo trabajamos a 2.000 ºC? En muy pocos casos.
En EEUU y Japón pueden investigar lo que quieren, ¡los recursos son tan grandes! Pero nosotros no. Tendremos que ver cómo es nuestra industria y qué necesita y cumplirla. Una vez hecho esto, si hay vías, podemos dirigirnos a otras cosas.
Elh.- Acabas de citar la realidad. ¿Qué relación tiene su trabajo con la realidad?
JMRI.- Nuestros proyectos están muy relacionados con la industria y la industria nos atiende. Eso es muy importante. Cuando hace cinco años acudíamos a la industria y les decíamos que tenían que cambiar algo en su proceso, no se fiaban. Ahora, en cambio, se fían y eso no es cosa de bromas. De hecho, 100 toneladas pueden estar en juego. Estamos haciendo investigación aplicada, pero los conceptos que utilizamos provienen de la investigación básica. La industria del acero, aunque sea algo común, no es la cocina, sino la ciencia que se trabaja en las universidades. Para comprender el comportamiento del acero es necesario estudiar la microestructura y utilizar el microscopio electrónico de transmisión. Eso hace 20 años era imposible.
Finaliza así la transcripción de lo que nos dijo Jose Mari Rodriguez Ibabe. Por falta de espacio, muchas cosas interesantes se han quedado en el magnetofón.
- Nacido en San Sebastián en 1958
- Ingeniero en la Universidad de Navarra
- Doctor por la Universidad de Navarra
- Investigador del CEIT desde 1982
- Profesor de la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Navarra desde 1986
- Ha publicado tres libros sobre metalurgia en euskera
- Centro de investigación patrocinado creado en 1982
- Áreas de trabajo: materiales (metalurgia y nuevos materiales), mecánica aplicada, electricidad, electrónica y automática, ingeniería ambiental y microelectrónica
- 57 investigadores en plantilla y 63 becarios
- Financiación de la investigación: 40% contratos con empresas, 30% Gobierno Vasco, 12% Gobierno de Madrid, 8% Diputación de Gipuzkoa y 7% Europa
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