Javier Gorosabel: "Tenemos un año de permiso para utilizar el telescopio Hubble"
Javier Gorosabel: "Tenemos un año de permiso para utilizar el telescopio Hubble"

Acaban de obtener la autorización para utilizar el Telescopio Espacial Hubble dentro de un proyecto internacional. ¿Cómo se obtienen este tipo de permisos?
Se presentan los proyectos de utilización del Telescopio Espacial Hubble (HST), obteniendo los permisos en función del peso del proyecto. Estos permisos se miden en las órbitas que proporciona el telescopio. Para un proyecto normal se asignan entre 3 y 5 órbitas. Nuestro proyecto es internacional y el que más órbitas ha recibido este año, 180.
¿Por cuánto tiempo habéis obtenido la autorización?
Lo normal es obtener permisos de seis meses, pero para grandes proyectos se concede un año. Nosotros hemos obtenido un año de permiso.
¿Es necesario cumplir condiciones especiales para utilizar Hubble?
Para acudir al centro de Hubble es necesario ser estadounidense o tener un contrato de Hubble. Con estas condiciones logran detener la ciencia de los grandes proyectos en Estados Unidos. Yo entraré como contratado de Hubble.
Pero si el Telescopio Hubble está financiado por la NASA y la ESA, ¿cómo tienen tanto control los estadounidenses?
La ESA sólo dispone del 5% del tiempo de uso del Hubble. Como hemos dicho, nuestro proyecto es de 180 órbitas. Esto supone un tercio del tiempo total de uso del Hubble, es decir, el tiempo correspondiente a la NASA.
¿Quién formaréis el equipo de trabajo para llevar a cabo este gran proyecto?
A Baltimore acudiremos cinco astrofísicos: un estadounidense, un inglés, un noruego, un estudiante de doctorado que me acompaña. Los contactos que hice durante mi estancia en la Universidad de Armsterdam me han servido para participar en este proyecto.
¿Qué es lo que tenéis que analizar?
Nosotros investigamos las explosiones de rayos gamma. Estas explosiones se producen en galaxias muy alejadas y no pueden verse con telescopios convencionales. De hecho, de la Tierra se obtienen imágenes muy débiles de estas galaxias, por lo que para realizar buenas investigaciones debemos utilizar la instrumentación más avanzada que tenemos actualmente. El mejor telescopio es Hubble y el segundo mejor Very Large Telescope (VLT) de Chile. Tenemos autorización para utilizar estos dos telescopios para llevar a cabo nuestro proyecto: 24 noches en VLT y 180 órbitas en Hubble.

Cuando comenzasteis a investigar los rayos gamma veíais solo una o dos explosiones al día. Con el tiempo os habéis dado cuenta de que son más frecuentes. ¿Con qué frecuencia se ven actualmente?
Eso es una buena pregunta, porque una cosa es lo que vemos y otra lo que pasa. Las explosiones de rayos gamma que se observan en la actualidad suponen el 3% de las que se producen.
¿Por qué es tan difícil ver esas explosiones?
La emisión de rayos gamma se produce en un ángulo muy reducido. No es esférico, como lo emite una bombilla. Por lo tanto, para ver la explosión, el telescopio debe dirigirse exactamente a ese ángulo. Si está un poco sesgado no se ve.
Por eso es tan difícil ver estas explosiones. Se ven tres al día, pero se producen muchas más explosiones que no están en nuestra visión. Este número debería multiplicarse entre 500 y 1.000 veces. Esto tiene consecuencias muy importantes en cosmología, ya que si estas explosiones se producen en las estrellas, significa que las estrellas que se encuentran a esas grandes distancias son 1.000 veces más que las que se ven ahora. Esto, por supuesto, tiene grandes implicaciones en la estructura del universo.
Pero si no sabéis dónde pasan las explosiones, ¿cómo decidisteis la dirección del telescopio?
Sabemos más o menos dónde se produce la explosión. Para ello, utilizamos satélites con detectores de rayos gamma. Nuestra atmósfera no es transparente a los rayos gamma y por eso hay detectores en órbita.
Estos satélites, al detectar el rayo gamma, envían la señal a la NASA, desde donde se envían mensajes a los teléfonos móviles. Nosotros, en un intervalo de 30 segundos y 1 minuto, recogemos las coordenadas y colocamos el telescopio hacia esas coordenadas. Sin embargo, estas coordenadas presentan un error de aproximadamente un grado.
Este error es muy grande, ya que lo que vemos con un telescopio es sólo una pequeña parte. En astronomía un grado se divide en 60 minutos (60’) y el tamaño normal de la parte visible con un telescopio es de 5’x5’. Por lo tanto, para ver un grado es necesario hacer una especie de mosaico. Luego empieza la búsqueda, intentamos encontrar una estrella o algo que no está catalogado.

¿Tenéis la posibilidad de corregir otros telescopios en la dirección en la que detectáis rayos gamma? Por ejemplo, XMM ESA?
Esto no es fácil, porque mientras aquí es de noche en otros lugares es de día, por lo que los telescopios deben estar repartidos por todo el mundo. Esto requiere grandes colaboraciones. Nosotros tenemos colaboraciones en India, Chile y Nueva Zelanda.
La mayor pregunta sobre los rayos gamma se refiere a su origen. De momento, ¿cuáles son las hipótesis para explicar la formación de explosiones?
En la actualidad existen dos familias teóricas. En ambos casos se utilizan orificios negros para explicar la energía, pero de forma diferente. Estas explosiones emiten, en un segundo, 1.000 veces más energía de la que emite el Sol a lo largo de toda su vida. Para explicar estas enormes cantidades de energía, las cosas corrientes no sirven. Los agujeros negros sí pueden explicar una gran emisión de energía de este tipo, pero para ello se definen dos escenarios posibles.
Una teoría afirma que los agujeros negros pueden orbitar uno sobre otro formando sistemas binarios. Estos sistemas emiten, lentamente y con muy poca energía, ondas gravitacionales hasta que este sistema planetario se rompe y se unen ambos componentes. Es decir, caen una encima de otra, como una espiral. Al producirse esta implosión se considera que se pueden dar estas energías.
La segunda teoría se basa en hipernovas. En las hipernovas se produce una implosión de las capas internas y un agujero negro. Posteriormente, las capas externas caen en el agujero negro y en esta caída se emiten los rayos gamma. La aplicación de la física a este escenario permite explicar este tipo de gigantescas energías.
Javier Gorosabel, astrofísico
Javier Gorosabel, un joven eibarrés de 33 años, realizó los tres primeros años de física en la facultad de Leioa. Realizó los cursos 4º y 5º dos veces en la Complutense de Madrid. La primera vez se especializó en astrofísica y la segunda en física teórica. Realizó su tesis sobre los rayos gamma en el Laboratorio de Astrofísica Espacial.

Después pasó cuatro años en el centro de control de satélite de la ESA de Villafranca de Castillo. Durante ese tiempo tuvo la oportunidad de salir fuera. Así, pasó seis meses en la Universidad de Harward, cuatro meses en la Universidad de Berceley y tres meses en la Universidad de Amsterdam.
Posdoctoral con una beca Marie Curie en el Instituto Niels Bohr de Copenhague.
Actualmente trabaja en el CSIC, el Instituto de Astrofísica de Granada, con un contrato con Ramón y Cajal. Sin embargo, en el marco de un proyecto internacional sobre la explosión de rayos gamma, el Telescopio Espacial Hubble ha sido autorizado y en breve viajará a Baltimore, el centro de Hubble.
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