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Cuando la sombra ilumina

2003/11/23 Rementeria Argote, Nagore - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

La noche, la oscuridad, la sombra... nos producen una emoción tan especial. A veces tenemos miedo a lo que nos oculta el paño negro de la noche. Pero la oscuridad también lo sabe, y en muchas ciencias se ha aprovechado para hacer nuevos descubrimientos sobre la sombra y la oscuridad de la noche, y todavía lo necesita en muchos estudios.
Los eclipses de Luna provocan una emoción especial.

Conceptualmente supuso un cambio tremendo reconocer que la Tierra no era plana. A los eruditos de la Antigüedad les dio mucho que pensar. Hasta entonces, creyendo que la Tierra era plana, era infinita o, por el contrario, no pudieron acordarse si tenía un final limitado. Son conocidas las leyendas que describen el fin del mundo lleno de monstruos.

Pero el hecho de que la Tierra fuera esférica significaba que tenía un tamaño determinado y que al mismo tiempo no tenía fin. ¿Cuánto medía? Ahí está la nueva pregunta que supuso el reconocimiento de que la Tierra era redonda.

Con la sombra

Para conocer la corona del Sol es necesario eclipsar el centro.

¿Cómo responder a esta nueva pregunta? Con sombra. De hecho, cuando los geometristas pensaron en sacar provecho del carácter físico de la sombra, acertaron de lleno, y Eratóstenes, por ejemplo, la utilizó para medir el tamaño de la Tierra.

Si bien la base del cálculo realizado por Eratóstenes es relativamente sencilla, su precisión sigue sorprendiendo a los expertos. De hecho, la Tierra mide en el ecuador 40.065 Km, lo sabemos con las técnicas actuales, y el geometrista griego midió 80 km menos dos siglos antes del nacimiento de Cristo.

Eratóstenes era el responsable de la biblioteca de Alejandría. Sabía que en un pueblo más meridional de Egipto, en Syene (hoy Asua), a mediodía del 21 de junio, en un pozo, los rayos del Sol llegaban hasta el fondo y, al mismo tiempo, las columnas no tenían sombra. Esto significaba que el Sol estaba totalmente perpendicular a la Tierra. En cambio, el mismo día y a la misma hora, en Alejandría las columnas tenían sombra, ya que los rayos solares no llegaban directamente, sino oblicuamente.

Teniendo en cuenta que los rayos solares que llegan a Syen y Alejandría son paralelos, el ángulo entre una columna de Alejandría y su sombra era igual al ángulo entre los radios que van de las dos ciudades al centro de la Tierra. Así, con la altura de la columna de Alejandría y la longitud de la sombra, calculó ese ángulo, y al estar medido la distancia entre las dos ciudades, pudo calcular el radio de la Tierra y con ello el de toda la circunferencia, es decir, el perímetro del planeta Tierra.

Luz oscura

Estamos acostumbrados a ver las sombras por todas partes en la vida cotidiana.

Además de conocer la Tierra, la sombra ha servido para localizar los astros que la rodean. Por ejemplo, para calcular la distancia desde la Tierra hasta la Luna o hasta el Sol. Para facilitar la medición se utilizaron los eclipses y las fases lunares y, en definitiva, los eclipses y las fases lunares se deben a la sombra. Por ejemplo, el eclipse de Luna se produce cuando la Tierra apaga a la Luna, o mejor dicho, cuando la Luna entra en la sombra de nuestro planeta.

Aristarco fue el primero en calcular la relación entre las distancias de la Tierra al Sol y la Luna. Realizó la medición en media luna y concluyó que el Sol está diecinueve veces más lejos que la Luna.

Sin embargo, visto desde la Tierra, el Sol y la Luna parecen tener casi el mismo tamaño, por lo que si el Sol está tan lejos, es mucho más grande que la Luna y también más grande que la propia Tierra. Para quienes creían que la Tierra era el centro del universo, fue un duro golpe, ¿el centro del universo era el Sol? De esta duda surgieron las primeras teorías heliocentristas.

Por otro lado, para saber que la Luna tiene relieve, Galileo miró las sombras con el telescopio. De hecho, se consideraba que todos los astros, excepto la Tierra, eran perfectos, redondeados y sin ningún tipo de muesca. Y al ver que la Luna también tenía montañas y valles, pensaron que en el universo la Tierra no era una estructura tan especial y que podía haber otros planetas como la Tierra.

Lo mejor del sol...

La sombra destaca los relieves irregulares de la superficie terrestre.

Hoy en día conocemos mucho mejor el universo, claro. Pero la sombra sigue siendo muy útil en astronomía. En muchas de las fotografías tomadas desde el observatorio SOHO, especialmente construido para la inspección solar, por ejemplo, se oculta el centro del Sol para evitar que los rayos de luz más fuertes impidan ver el entorno. Se trata de un instrumento coronógrafo que actúa como un eclipse solar.

Está claro que la sombra es necesaria para ver cosas más claras. Y también en la vida cotidiana podemos encontrar muchos ejemplos de ello. Y es que nuestros ojos están acostumbrados a la regularidad de la sombra. Por eso, las imágenes sin sombras nos parecen absolutamente irreales.

La luz y la sombra son dos caras de la misma moneda, y si entre nosotros hay grandes soleantes, no menos defensores de la sombra. Si eres de los que pasan el verano a tope, tienes razones para defender la grandeza y la necesidad de la sombra.

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