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Laboratorio de acantilados marinos

2000/11/19 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia

Las noticias del espacio atraen la atención de muchas personas, ya que muchas veces se obtienen imágenes y logros espectaculares. Al igual que el espacio, el hombre trabaja constantemente en la investigación del mar, aunque esto no suele ser noticia en la mayoría de los casos. Pero puede ser en breve porque la sonda robótica Geostar ha empezado a trabajar.

La sonda geostar se encuentra en las proximidades de la isla italiana de Ustica, en el subsuelo sur de la isla, a 2.000 metros. Ya ha pasado algún mes en el fondo del mar. Aunque hasta ahora ha trabajado en preparativos, a partir de ahora tendrá que trabajar. En los próximos días el robot comenzará a enviar información. Las fluctuaciones sísmicas bajo el agua, los campos magnéticos que se pueden encontrar, los sonidos audibles, los posibles cambios en la salinidad del agua, la contaminación submarina, etc. son objetivos de la sonda robótica. A medida que recabe información al respecto, la remitirá a tierra.

Para Giuseppe Smiriglio y Paolo Favali, los dos científicos que fundaron el proyecto, estos momentos están siendo emocionantes. A pesar de la época de los satélites y de la exploración espacial, todavía en la propia Tierra, sobre todo en el submarino, existen varios misterios a resolver.

Ahora ha empezado a trabajar, pero el viaje de Geostar comenzó hace seis años, cuando ambos investigadores obtuvieron fondos para el proyecto desde la Unión Europea y las instituciones italianas (unos 11 millones). Gracias a ello, la sonda robótica Geostar se convirtió en una realidad: un laboratorio submarino, totalmente automático, capaz de llegar a una gran profundidad y permanecer allí mucho tiempo. En 1998 realiza la primera prueba submarina en aguas del mar Adriático. Apenas han pasado dos años desde entonces, pero el proyecto partió del buen camino y ya está trabajando.

Elegir la isla de Ustica para empezar a trabajar no es una casualidad. "Queríamos situarnos en los límites de la placa entre África y Eurasia, porque para nosotros es importante entender la geodinámica". Son palabras de Giuseppe Etiopr, miembro del proyecto Geostar. "Para nosotros -dice Giuseppek- la estación de detección submarina es imprescindible, ya que nuestra red sísmica es capaz de mostrar lo que ocurre en la tierra". De origen e iniciativa italiana, el proyecto Geostar es también europeo, ya que los italianos han contado con la colaboración del Instituto de Física de la Tierra de París, los franceses del Laboratorio de Oceanografía y Bioquímica del CNRS y los alemanes de la Technische Fachochschule de Berlín.

La prueba -cuando el levantador de piedras sale a la plaza-, a la hora de empezar a trabajar, el nerviosismo entre los que están trabajando en este proyecto fue el más importante. "La inmersión no es fácil, la coordinación es imprescindible. Sobre todo hay que tener en cuenta las circunstancias meteorológicas. Para poder ubicarse en el fondo del mar Geostar fue necesaria la asistencia técnica y logística del barco Urania. "Realmente el descenso de la sonda -indica Paolo Favalik- fue emocionante. La sonda en el aire tiene un peso de 4.100 kilos. Por supuesto, eso en el agua es menos. Pero eso no tiene un significado especial, el más importante: hasta ahora nadie ha llevado tan abajo este tipo de laboratorios, a 2.000 metros. En Estados Unidos, a pesar de contar con todos sus recursos, sólo han conseguido bajar pequeños robots de función normal".

La sonda está en su lugar de trabajo, por lo que el nerviosismo de los trabajos de colocación no es más que historia, las responsabilidades ahora son otras. "Estamos empezando a preocuparnos por el tema de las comunicaciones, que al menos no se produzca un corte en la comunicación entre el laboratorio y nuestro arte. El robot está empezando a enviar cada día mucha información y tendríamos que estar a su disposición. En caso de interrupción de las comunicaciones no se perdería la información, el proyecto tampoco se daría por finalizado, pero se alargaría en el tiempo y esto puede ocasionar algún problema". Según el plan elaborado por los científicos, la sonda Geostar trabajará hasta mayo en la recopilación de información submarina. Si por problemas de comunicaciones se produjera un retraso, teóricamente el proyecto no entraría en un estado de insolución, ya que la sonda podría estar sumergida un año más".

Por el momento sólo se encuentra la sonda Geostar, pero si se observa que los resultados de las investigaciones son interesantes, los directores de este proyecto comenzarán a sumergir otras dos sondas. Uno de ellos se sumergirá en los alrededores de la isla de Ustica, al norte de la isla y a 3.500 metros de profundidad, 1.500 metros por debajo de la actual. Es de suponer que si al ubicar la sonda actual a 2.000 metros el nerviosismo fue predominante, las dificultades y los nervios no serán menores al trasladarla a 3.500 metros. La tercera sonda se sumergirá en la costa catánica, en un lugar aún no definido y a una profundidad indefinida. Por lo tanto, el robot submarino va a contar con la compañía, y no solo eso, si reparten el trabajo entre tres, es posible que el tiempo bajo el agua disminuya.

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