Insectos afectados por ilusiones ópticas
2009/02/17 Lakar Iraizoz, Oihane - Elhuyar Zientzia
Imaginemos, por ejemplo, que en el desierto una persona va a sol. Un día ve allí, lejos, a un grupo de palmeras que se están reflejando en el agua, ¡un oasis! Corre. Da igual que suene más corriendo, llegará al oasis y podrá beber todo lo que quiera... A pesar de caminar, nunca ha llegado al oasis. El oasis que ha visto era un espejo; el fenómeno óptico que se produce al reflejar la luz solar en las superficies calientes. Los objetos muy lejanos, en este caso las palmeras, los ha visto como si estuvieran reflejados en un lago.
Hemos escuchado este tipo de cosas en cuentos y películas en once ocasiones. Quién o quién pudo tener la oportunidad de vivir algo así de cerca si alguna vez se ha ido a un desierto lejano.
Otros seres vivos, como los insectos que viven en nuestro entorno, no van tan lejos y, sin embargo, sufren este tipo de espejos y daños. Según un grupo de investigadores de la Universidad Estatal Michigan, las superficies oscuras y brillantes generadas por los seres humanos, como los edificios de las ciudades y las carreteras asfálticas, provocan estos efectos sobre los insectos.
Como si fueran pozos de agua
El Sol no sigue un patrón para emitir los rayos de luz, que salen del Sol en todas las direcciones. Sin embargo, cuando atraviesan la atmósfera terrestre y se reflejan en las superficies reflectantes de la Tierra, los rayos de luz se ordenan y toman una sola dirección. Esta luz se llama luz polarizada.
En la naturaleza, las superficies reflectantes suelen ser pozos de agua, utilizados como referencia por insectos y otros animales. Se acercan a las zonas emisoras de esta luz especial, entendiendo por tales los pozos de agua. Los pozos de agua son esenciales para algunos animales: buscan alimento en pozos de agua y ponen huevos.
Pues bien, cuando el medio imprescindible no es emitido por un edificio o una superficie asfáltica, la luz polarizada de referencia para ellos, estos animales sufren un enorme daño. El investigador Michigan y sus compañeros de trabajo han encontrado varias veces insectos que se acercan a los medios acuáticos para reproducirse sobre el asfalto y ponerlos en el techo de un coche rojo.
Lógicamente, la reflexión de la luz como los pozos de agua no hace adecuados estos lugares para sacar los huevos adelante. Por lo tanto, se pierde el esfuerzo de muchos animales por mantener su especie.
Los investigadores llaman contaminación de la luz polarizada. El mayor problema es que, según los investigadores, los edificios creados por los seres humanos son cada vez más numerosos y, por supuesto, cada vez más superficie. Por lo tanto, los insectos tienen más posibilidades de equivocarse y de actuar en un lugar donde no lo necesitan.
Varios expertos consideran que este problema es más grave de lo esperado. La verdad es que no se han hecho muchos estudios para saber hasta dónde llega el problema, pero creen que llega más allá de los insectos. Por ejemplo, dicen que las tortugas comen bolsas de plástico porque reflejan la luz polarizada, al parecer porque mezclan con su alimento favorito, las medusas.
Publicado en Deia
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