Planes de gestión de residuos industriales en Hego Euskal Herria
1997/07/01 Etxaide, Maider Iturria: Elhuyar aldizkaria
Estrategia de residuos peligrosos en el Estado español
El Plan Estatal de Residuos Peligrosos fue aprobado en 1995, con los socialistas en pleno dominio. Sus principales objetivos, de acuerdo con lo que proponía la Asociación Europea, eran reducir, reciclar y recuperar los residuos peligrosos de cara al año 2000. De la misma manera que las leyes europeas atribuían la gestión de los residuos a cada uno de los Estados, el Plan español atribuía esta obligación a cada Comunidad Autónoma.
El mínimo de reducción que establecía el Plan de Estado era del 40%, ¡no era una cifra rara! Además, el concepto de reducción se interpretaba ampliamente, ya que consideraba la prevención como un medio básico e imprescindible para reducir los residuos. El Plan también señalaba la intención de poner en marcha programas específicos para la consecución de los objetivos. Otro punto o criterio destacable de la propuesta era que la incineración no era necesaria para el tratamiento de los residuos. En su lugar, y con el fin de poder dar una solución controlada a los residuos que actualmente no tienen tratamiento, impulsaba el almacenamiento como tratamiento final. Asimismo, obligaba a todas las Asociaciones Autónomas a presentar al Estado sus inventarios y planes en el plazo de un año. Por lo tanto, siendo este plan bastante ahorrador, los ecologistas lo dieron por bueno, aunque no estuvieran de acuerdo con todos sus apartados.
No inventario ni prevención
Desgraciadamente, y como suele suceder, las cosas no se han hecho como estaba previsto en el plan. Tras dos años, la situación es la siguiente: por un lado, la mayoría de las asociaciones autónomas no han cumplido ese plazo, incluyendo Navarra, y por otro lado, todo lo que se proponía desde el punto de vista preventivo no ha podido avanzar. En consecuencia, en la mayoría de los casos falta el inventario, es decir, los instrumentos necesarios para llevar a cabo los planes. La financiación que se proponía para la prevención, por un importe previsto de 2.300 mil millones de pesetas en el año 1996, es otro punto que no se ha cumplido. A Andalucía, por ejemplo, le correspondían 500 millones de pesetas y sólo se le han concedido 36. En lugar de invertir la mayor parte del dinero en prevención, se ha utilizado para construir infraestructuras. En el polémico almacén de residuos tóxicos de Nervión-Huelva, controvertido por la falta de elaboración del Plan de Andalucía y por el incumplimiento de las condiciones ambientales de la celda, se han invertido 300 millones de pesetas este mismo año.
Tras el cambio de gobierno de 1996 se puede sospechar que las cosas empeorarán. Actualmente se está elaborando la ley general de residuos. A pesar de que esta ley va a permitir la regulación conjunta de todos los tipos de residuos (materia que hasta ahora ha estado dispersa por diferentes leyes), la forma de designar algunos de los tratamientos de residuos que se proponen en la misma es ambigua y, por tanto, existe un gran riesgo de lectura perjudicial para el medio ambiente. Por ejemplo, cuando se utilizan los términos de “valorización” o “eliminación”, en esta ley se quiere decir incineración y no otra. Por otra parte, no se respeta la definición de prevención y la jerarquía de prioridades que aparecía en el plan anterior (prevención 1, reutilización 2, reciclaje 3, tratamiento 4).
Valorización: trampa de términos
Esta palabra surge al teorizar sobre el reciclaje en relación al aprovechamiento térmico. En las directivas comunitarias se da bastante importancia a la valorización y se está vendiendo como vía ecológica, pero lo que se pretende es impulsar la incineración. En algunos lugares se utiliza además como sinónimo de reciclaje. Con el fin de aclarar la confusión existente en torno a los siguientes términos, una definición de reciclaje y valorización cardiaca es la reutilización del material como la reutilización de la chatarra como materia prima para la industria del metal, mientras que la valorización consiste en quemar y utilizar la energía resultante para los procesos productivos o para la producción de electricidad.
Plan Especial de Gestión de Residuos Especiales en la CAPV
Este es uno de los primeros planes que se realiza a nivel estatal, junto con el catalán. Requiere un inventario bien hecho y cercano a la realidad. Según este inventario, en la CAPV se generan anualmente 538.000 toneladas de residuos especiales. De ellas, el 28% no se gestionaba en el momento del estudio, es decir, tenía una meta desconocida. Los objetivos del Plan se basan en criterios europeos de prevención, reducción y reciclaje. A pesar de la clara formulación de estos objetivos en papel, en la práctica se ha recurrido a la creación de infraestructuras de tratamiento de residuos como taladrinas, disolventes y el denominado Centro Avanzado de Reciclaje de aceites. El objetivo del Plan para 1996 era reducir los residuos en un 25%, pero hasta la fecha sólo se ha conseguido reducir en un 13%. Es evidente que estas cifras se encuentran relativamente alejadas de los objetivos del Plan Estatal (40% para el año 2000), por lo que es necesario revisar el Plan Vasco. Por otra parte, no está claro si este umbral de reducción se pretende conseguir como consecuencia de la política preventiva (en el artículo anterior decíamos que la prevención se basa en el uso de tecnologías limpias) o mediante el impulso de buenas prácticas en las empresas.
En cualquier caso, y a pesar de los puntos oscuros en la ejecución del plan, la política de residuos peligrosos del Gobierno Vasco es bastante distorsionada con respecto a otras asociaciones autónomas.
El Plan de Navarra... ¿o no?
Han pasado cuatro años discutiendo sobre el Plan en Navarra. Hace ya dos años que se redactó el primer borrador y en la actualidad no ha sido aprobado definitivamente por el Parlamento. Se trató de un tema mal planteado desde su origen, ya que la necesidad de redactar el Plan se planteó con el proyecto de la celda subterránea de Potasas de Navarra. El almacén suscitó una fuerte polémica, por lo que se suspendió el proyecto y por el momento el Plan.
El presente Plan se redacta en los mismos plazos que el Plan Estatal (1996-2000). Su punto más destacado es el inventario. Esto supone la producción de 54.000 toneladas de residuos especiales, pero su fiabilidad es muy dudosa. Los objetivos que propone son: Reducción del 21% y reciclaje/valorización 18%. Estas cifras están muy lejos de las que proponía la estrategia estatal y, además, la no puesta en marcha de ningún proyecto va a alejar aún más estos objetivos. Hace dos años los gobiernos vasco y navarro firmaron un acuerdo de colaboración en materia de residuos tóxicos, que no ha avanzado.
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