Sobre el significado de las palabras Creciente/Cuarto Menguante
2015/01/01 Arregi Biziola, Manu - Fisikaria eta astronomia-zalea Iturria: Elhuyar aldizkaria
El eje de la Tierra tiene una inclinación de 23,5º. Por eso vemos al Sol en lo alto durante los mediodía de verano. Su altura máxima se sitúa en torno al día de San Juan, solsticio de verano. En invierno el Sol se encuentra mucho más bajo al mediodía. Su altura más baja se encuentra alrededor del día de Navidad, en el solsticio de invierno. La diferencia entre estos dos puntos es de 47º en cualquier lugar (23,5º por dos). La Luna circula aproximadamente por el mismo camino que el Sol, pudiendo estar a unos 5º por encima o por debajo, debido a la inclinación de la órbita de la Luna con respecto a la eclíptica terrestre. Es decir, a veces la Luna va arriba y a veces abajo.
Dejando a un lado los tecnicismos en la medida de lo posible, intentaré explicar los movimientos de la Luna en el cielo. Tomemos la nueva Luna más cercana al día del solsticio de verano. En esta fase no vemos la Luna porque está de día cerca del Sol. Muy alto, por tanto, como el Sol de esa época. En el periodo de 14 días que va de aquí a una Luna Llena (es decir, en euskera el Creciente), la Luna va perdiendo altura en el cielo, ya que la Luna Llena de principio de verano ocupa las posiciones del Sol en invierno. Ese es el nuevo sentido que se quiere adaptar a la palabra Cuarto Menguante, es decir, el tiempo en el que la Luna pierde altura en el cielo cada día, en nuestro cielo. A continuación, y siempre según la nueva interpretación, Ilgora letorke, a partir de la Luna Llena de esa época, que va ganando altura cada día (recordad que en euskera normal esta fase se denomina Luna en Menguante, ya que la parte iluminada de la Luna va disminuyendo). En realidad, para que esta nueva Luna de principios de verano se produzca en el punto más alto, debe tener una Luna nueva el día del solsticio. Como normalmente no es así, suele haber un desfase. Y aunque la nueva Luna es el día del solsticio, la inclinación de 5º de la órbita de la Luna genera otro pequeño desfase. Sin embargo, para entender el fenómeno nos da igual.
En el otro extremo del año, al comienzo del invierno, ocurre lo contrario. La luna llena suele ser muy alta y la nueva abajo. En esta época, según la nueva interpretación y a diferencia del verano, la Luna en Cuarto Menguante sería el periodo de una luna a otra. La Luna Creciente, sin tener en cuenta los desfases anteriormente mencionados, va de nuevo a lleno. ¿Qué ocurre a lo largo del año? De todo. Por poner dos ejemplos, en torno al equinoccio de primavera, la Luna Menguante, según la nueva interpretación, iría de la Luna Creciente tradicional a la Luna Menguante y al revés la Luna Creciente. En cuanto al equinoccio de otoño, justo lo contrario.
¿Están bien los que dicen que usamos mal las palabras Creciente y Cuarto Menguante? Quiero dejar claro desde el principio una cosa: esto no es un debate científico, sino un debate lingüístico. El fenómeno al que se refiere, es decir, que la Luna se mueva cada día más o menos arriba (cambio de declinación en el lenguaje técnico) no tiene ningún término específico en astronomía, en ninguna lengua. La órbita de la Luna sólo tiene nodos ascendentes o descendentes.
Trasladando el debate al ámbito lingüístico, nos encontramos con un grave problema. Están documentados los significados típicos de las palabras Creciente y Cuarto Menguante. Pello Zabala utiliza también las palabras Creciente e Ilbehera para designar las fases lunares en su libro Naturaleza (Alberdania, 2000). Y el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Vasca (EUSKALTZAINDIA) define a todos los dialectos de la lengua vasca. ¿Dónde están las pruebas del uso del otro significado? No nos han presentado ninguna.
Creo que este enredo está relacionado con la agricultura biodinámica. La agricultura biodinámica está basada en las teorías del filósofo austriaco Rudolf Steiner (1861-1925), cuyo principal impulsor ha sido María Thun. En el siglo XX. Para conocer la naturaleza de estas ideas se puede recurrir a un escrito muy significativo en Thun, “Hinweise aus der Constellationsforschung für Bauern, Weinbauern, Gärtner und Kleingärtner” (Constelaciones y agricultura biológico-dinámica) La idea de Luna ascendente/descendente está relacionada con este tipo de agricultura. De ahí viene la cuestión de fijarse en las circunstancias de la Luna. En el libro de Thun se dice, entre otras cosas, que en la Luna descendente se activa el contorno de las raíces de las plantas. Rudolf Steiner estableció en 1924 los principios de este tipo de agricultura. Pero las creencias sobre el momento adecuado para sembrar y plantar árboles o cortarlos están relacionadas con las fases habituales de la Luna en el saber popular vasco.
En cualquier caso, el tema a debatir no es si la agricultura biodinámica es directa o no, sino el significado de las palabras Creciente y Cuarto Menguante. En otros territorios se ha incluido la agricultura biodinámica, pero con nuevas palabras como luna ascendente, lune ascendante y ascending moon. Aquí, por su parte, esas “arriba/abajo” de la Luna han sido algunas de ellas las que han relacionado con el significado literal de las palabras Creciente/Cuarto Menguante, sin tener en cuenta que en la boca de los vascos esas palabras tienen otro significado.
En cualquier caso, me resulta difícil creer que nuestros antepasados realizaban los trabajos del caserío en función de las circunstancias de la Luna. Es relativamente fácil saber cuándo la Luna sube y cuándo baja en la actualidad: sólo hay que mirar los calendarios biodinámicos de moda o utilizar programas informáticos como el Stellarium. Pero antaño no era tan simple. Y es que es fácil predecir las fases lunares, que tienen un periodo de 29,5 días, un mes sinódico, pero no cuándo sube y cuándo baja la Luna. Hace doscientos años, por ejemplo, un granjero, para saber la fase lunar, sólo tenía que mirar a la Luna. Pero, mira a él, ¿cómo saber si subirá o bajará en los próximos días? No se sabe.
Pero supongamos, sin embargo, que el significado “real” o “original” de Ilgora y Ilbehera es equivalente al de ascending/descending moon de la agricultura biodiesel. De ser así, el fenómeno que tan fácilmente se percibe, el de las fases lunares, quedaría patoso en euskera. Tenemos Luna Llena y Luna Nueva, pero estaríamos sin nombre para indicar las fases intermedias, a diferencia de otras lenguas. Sería absurdo.
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