Nueva rama del árbol genealógico del género Homo
1997/07/01 Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
Como bien saben paleontólogos y neontólogos, encontrar una nueva especie no es fácil. Sin embargo, cuanto más abundante es el ser, tanto en los ejemplares como en las especies, más fácil es encontrar una nueva especie de este tipo de seres, y viceversa. Por eso, encontrar una nueva especie de insecto es más fácil que encontrar un nuevo primate.
Una vez definida una nueva especie, se establece la relación entre ésta y sus parientes para conocer de qué especies ha evolucionado la nueva especie. La forma de evolucionar suele considerarse lineal, es decir, se considera que al crear nuevas especies desaparecieron las especies originales. Sin embargo, en las últimas décadas, los estudios paleontológicos han demostrado que la evolución de las especies no es lineal, sino como un árbol. De este modo, algunos individuos de una especie original pueden transformarse y formar una nueva especie mientras otros continúan siendo la especie original. En consecuencia, la especie de origen y la de hija pueden vivir en la misma época. Esto es fácilmente aceptable para todas las especies, excepto para el ser humano. Sin embargo, los avances de la última década han dejado claro que la evolución humana tampoco ha sido lineal, sino compleja y ramificada. Una consecuencia de esta complejidad es la coexistencia de varias especies humanas.
Teniendo en cuenta lo dicho al principio, queda dicho que es muy difícil encontrar una nueva especie humana. Para ello se necesita un rico yacimiento y un gran trabajo. Este es el caso del yacimiento de “Gran Dolina” en Atapuerca, al norte de Burgos. Este yacimiento de huesos humanos, el más antiguo de Europa, es rico en muestras en las que ya se han encontrado los huesos de seis humanos del Paleolítico inferior. Sus características físicas son muy especiales, por lo que los investigadores han definido una nueva especie de Homo antecessor. Probablemente en África, esta especie nacida hace 800.000 años vivió en el norte de la Península Ibérica. Los hallazgos son huesos de individuos jóvenes que aparecen junto a huesos de otros animales en el yacimiento. Estos huesos demuestran que alguien retiró la carne intencionadamente a través de herramientas de piedra. Es posible que estos restos sean restos de comida humana y, en consecuencia, somos testigos de actividades caníbales.
Homo antecessor tenía una cara moderna, una nariz fina y larga, pero el mentón, la frente y el volumen del cráneo son extremadamente primitivos. Por tanto, muestra conjuntamente las características del hombre primitivo y moderno. Según estas características, H. antecessor nació del H. ergaster y dio dos nuevas ramas. Así, algunos Homo antecessor dieron el Homo heidelbergensis evolucionando y otros antecesores crearon el actual Homo sapiens en África. Cabe destacar que el Homo heidelbergensis vivió hace 300.000 años en el Paleolítico Medio de Atapuerca. Se han encontrado restos de 32 seres humanos de esta especie en la “Sima de los Huesos”, la más rica de esta edad en Europa.
Por último, H. heidelbergensis dio evolución hace 150.000 años al famoso Homo neanderthalensis. En consecuencia, el Homo sapiens surgido de una rama de antecessor y el H. neardenthalensis surgido de heidelbergensis vivieron en el mismo tiempo y disputaron la misma comarca. Como consecuencia de este concurso o por otro motivo, el H. neardenthalensis se destruyó hace 28.000 años y el Homo sapiens se quedó solo. Esta situación de soledad es absolutamente atípica, ya que en la historia de los seres humanos han sido varias las especies que han vivido durante el mismo tiempo.
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