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Nuestra salud en manos de la informática y los robots

2001/01/01 Mendiburu, Joana - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa Iturria: Elhuyar aldizkaria

La historia de la medicina es larga y amplia, y, como en el fondo, ha sufrido muchos cambios. La radiografía (1896), el cardiograma (1901), el láser (1960) y la ecografía (1970) fueron algunos de los avances importantes. Sin duda, el gran uso que tienen estas tecnologías sigue siendo una muestra de esta importancia.

Hoy en día, el desarrollo de las investigaciones tecnológicas es algo que se sabe y no se piensa que luego no afecten a la medicina. Ingenieros y médicos colaboran sin descanso en la creación de nuevas técnicas de trabajo y robots.

La Comisión Europea señala que en el año 2002 la robótica supondrá 800.000 intervenciones.

Telequirurgia, revolución en quirófanos

Las aportaciones de las nuevas tecnologías en medicina en los últimos años no son despreciables. La unificación microtecnológica, endoscópica e informática ha revolucionado las técnicas de trabajo de los quirófanos.

Para algunas operaciones ya no es necesario realizar una incisión de 10-15 centímetros, basta con unas pequeñas incisiones. Por este orificio, los cirujanos introducen tubos largos de entre 1,8 y 10 milímetros de diámetro hasta el lugar de la intervención. Desde uno de estos tubos se insufla el gas carbónico para que el cirujano tenga más espacio para trabajar. En el extremo opuesto, una microcámara y herramientas quirúrgicas. Las imágenes que toma la microcámara aparecen en una pantalla que permite al médico conducir sus movimientos. Al igual que en los videojuegos, el cirujano trabaja con aparatos en forma de tijera.

Esta nueva técnica operatoria presenta numerosas ventajas tanto para el médico como para el paciente. En las imágenes de la cámara, el cirujano tiene a la vista una imagen más completa de la parte del cuerpo, lo que permite trabajar con mayor precisión. El paciente también se ha beneficiado de una serie de beneficios, ya que al tener un corte menor la recuperación es menos dolorosa. Junto a evitar la transfusión sanguínea postoperatoria, garantiza una anestesia más ligera y una cicatriz más fácil.

Gracias a la informática, el cirujano operado nunca se siente solo. De hecho, en la denominada telequirurgia, las imágenes que toma la microcámara pueden verse fuera del quirófano si están conectadas por ordenador. De este modo, si durante la intervención el cirujano tiene alguna duda, puede pedir asesoramiento a otro experto al mismo tiempo. Esta es la operación interactiva que ha tenido tanta repercusión.

Además de intercambiar información con robots teledirigidos, existe la posibilidad de intervenir en la operación fuera del quirófano. Aunque todavía no es una técnica muy utilizada, por ejemplo, en las suturas de las arterias pequeñas. Esta intervención requiere una gran precisión y puede requerir la intervención del cirujano en la realización de intervenciones concretas y contundentes. Sin embargo, según los expertos, sería demasiado peligroso que cualquier operación pudiera ser realizada por médicos en la otra parte del mundo. Cortar la fuerza de luz sería suficiente para poner en peligro la vida del paciente. Esta técnica se utilizará para la realización de determinados trabajos que requieran una gran precisión.

Operación previa

Uno de los objetivos actuales de los investigadores y cirujanos es que los de intervención contacta puedan prepararse antes de la apertura del paciente. Aunque hasta ahora parecía imposible, las investigaciones en la operación hepática están muy avanzadas.

Gracias a un programa informático, las imágenes de hígado tomadas mediante escáner pueden pasar a tres dimensiones. El programa es tan complejo que el ordenador necesita media hora para realizar su trabajo. Complejo pero también eficaz, detecta pequeños tumores de 3 milímetros.

A continuación, el cirujano corta la parte que virtualmente ha detectado el tumor. Marca tres puntos en el hígado y el ordenador muestra las consecuencias de esta ablación. Así, el cirujano decide realizar esta u otra extracción.

Con la misma idea quieren crear para el 2006 un robot roboscope que se podrá programar previamente. Aquí también se puede ver en la pantalla la imagen del órgano que va a ser intervenido gracias al escáner. Debido a que Roboscope estará conectado al ordenador, el cirujano operará como si estuviera en el órgano en la imagen de la pantalla. De este modo, se identificarán las direcciones de trabajo y se programará que el brazo del robot no se mueva en esas direcciones. Además, el brazo articulado se mueve sin ninguna dificultad por parte del cirujano, pero mecánicamente está limitado para evitar movimientos bruscos por sorpresa. Garantiza por tanto la máxima seguridad.

Por otro lado, la anticipación a la intervención también servirá para formar a los alumnos. Ellos pueden repetir los movimientos tantas veces como quieran hasta conseguir la máxima confianza y eficacia. Desde el punto de vista médico, los médicos coinciden en que este tipo de aparatos son imprescindibles para realizar un movimiento concreto.

Robots punteros

El objetivo de la robótica no es sustituir al médico, sino facilitar y mejorar su labor. Se pretende garantizar una mayor seguridad evitando posibles imprevistos o trabajos deficientes cuando el médico está cansado o nervioso.

El robot Aescop, realizado en 1999, fue nombrado "tercera mano del cirujano". Este robot es un brazo largo con una articulación y su "mano" es la microcámara imprescindible en las operaciones. Aunque parezca uno de los brazos largos que se han visto en varias ocasiones, tiene una gran novedad: el cirujano le da las órdenes verbalmente. En opinión de Jacques Marescaux, fundador del Instituto Europeo de Teleasistencia, "es muy importante que durante las cuatro o seis horas que dura la operación, nadie deba permanecer en la cámara. Además de ser un trabajo aburrido, la fatiga hace vibrar en el brazo del hombre, y al cabo de unas horas no se consiguen imágenes muy claras". Para conducir el robot Aescop, previamente el cirujano deberá grabar "encender la luz", "bajar", "derecha" y 23 órdenes de este tipo.

No todos los robots que se diseñen serán utilizados en intervenciones quirúrgicas. Por ejemplo, el robot Hippocrate que se está desarrollando en la empresa francesa SINTER, se utilizará para la prevención de enfermedades cardiovasculares. Está formado por un largo brazo guiado por un ordenador. La "mano" de este brazo es la sonda utilizada para realizar la ecografía. J. Jefe de Diseño Según el médico Gariepy, "a pesar de que la ecografía es actualmente muy utilizada, los pequeños movimientos del ecografo hacen imposible un seguimiento exhaustivo de las arterias." Este robot permite controlar la presión arterial durante la realización de la ecografía. De esta forma se consigue la presión necesaria para el paso de la señal de ultrasonidos, pero sin deformar la arteria. Para hacer un seguimiento en el tiempo es necesario trabajar siempre con la misma presión. Se pretende evitar la esterosclerosis, es decir, la aparición de placas en las arterias. J. El doctor Gariepy ha subrayado que "la imagen de las placas que aparece en la pantalla puede pasar en tres dimensiones, lo que facilita mucho la detección de las placas".

M. Laboratorio Lirm de Montpelier El ingeniero de Dombre es el diseñador del robot Dermarob. Este robot se utilizará para la toma de piel desde cualquier parte del cuerpo, principalmente para reparar zonas quemadas y realizar operaciones ortopédicas. La profundidad de la muestra de corteza suele ser de varios milímetros y debe ser lo más regular posible para preservar la estética.

Para el médico este trabajo es muy complicado y laborioso ya que hay que presionar con una fuerza de unos diez kilos. Además, por ejemplo, al coger la piel de la cabecera no siempre se trabaja en posiciones cómodas. Por otra parte, este movimiento requiere un gran conocimiento y experiencia y es necesario realizar las operaciones sin interrumpir la pérdida de destreza. En el caso de la ortopedia, por ejemplo, esto es imposible ya que este tipo de operaciones no se hacen habitualmente.

Por el momento se ha realizado el lado mecánico y eléctrico del proyecto y durante el año 2001 se realizarán experiencias con los cadáveres.

Comodidad para el médico

La tecnología no sólo se ha trabajado para garantizar la seguridad en las operaciones y evitar los efectos adversos que debe soportar el paciente. De hecho, con la idea de trabajar en condiciones adecuadas, un sistema vocacional en muchos quirófanos es capaz de dar verbalmente al cirujano la orden de adaptación de la luz del aula.

Por otro lado, aunque la telequirurgia es un uso de la informática, ¡no es la única! La informática en medicina se utiliza con frecuencia y para muchas cosas. Sorprendentemente, el 20% de la comunicación a través de Internet se realiza sobre temas médicos. En esta cifra se incluyen los últimos intercambios de información entre médicos, las páginas de salud abiertas al público en general y las consultas "Net-Médicos".

Otras consecuencias

Todos estos avances no sólo han reportado beneficios, sino también otras consecuencias. De hecho, si se quiere lograr un uso eficiente de las nuevas tecnologías es necesario adecuar la formación de los cirujanos.

Con esta intención nació en 1994 el Instituto Europeo de Teleasistencia (EIST), una escuela con 17 quirófanos interactivos. El creador Jacques Marescau destaca que "la colaboración era fundamental para financiar las actividades de esta escuela. El coste del material utilizado en las clases de una semana es de 400.000 libras (10 millones de pesetas). Desde su puesta en marcha se han formado 4.000 cirujanos de 50 nacionalidades".

En los hospitales y clínicas también será necesario contar con personal de mantenimiento cada vez más especializado y aprendido.

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