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Hosteleros sin invitación

2003/12/13 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia

Sabiendo que hay o sin saberlo, las plagas en los hogares no son difíciles de soportar. Las palomas que se acumulan en los tejados, las hormigas o cucarachas capaces de entrar por cualquier rendija, las pepitas que comen muebles, los ratones, los mosquitos… son vecinos que no pagan alquiler. Todos estos pequeños seres, y muchos más, viven siempre junto al hombre. No es de extrañar, ya que encuentran en sus edificios numerosos lugares de escondite y un entorno propicio para crecer.

Muchas de las criaturas que habitan en los hogares son inofensivas y generalmente inocuas. Sin embargo, a veces ocurre que encuentran unas condiciones de vida muy adecuadas, temperatura, humedad y comida, que se multiplican sin medidas. Es una peste.

Como las plagas de los seres domésticos se repiten en la mayoría de los casos, parece muy difícil poder hacer algo antes. Y es cierto, pero a pesar de la dificultad, hay algo que hacer. La primera medida puede consistir en no ceder el acceso, así como en la reducción de los factores que han contribuido a ello. La persona que ha sufrido alguna de estas plagas ya está actuando: "más fácil decir", ¡no le faltará razón! ¿O sí? Tal vez. Es posible cerrar los accesos. No es una tarea semanal, mensual, y seguramente, anual, pero cada dos o tres años puede hacer un repaso completo de la vivienda. Fijarse en posibles grietas, tapar los orificios que se producen en las paredes o en el techo, y cerrar bien las juntas de ventanas y puertas, por ejemplo, son acciones que no requieren esfuerzo especial y que tienen una buena repercusión.

Una vez comprobado que la vivienda está correctamente sellada, se puede hacer algo para evitar la proliferación de seres. Por ejemplo, mantener la casa lo más limpia posible es fundamental, sobre todo en el entorno donde se manipula y se acumula la comida. También es importante mantener las goteras, pozos de agua, zonas de condensación… que generan humedad lo más seca posible. Y por supuesto, sacar la basura a menudo y mantener limpios a los animales domésticos también ayudará a combatir las plagas.

Si a pesar de lo expuesto en las líneas anteriores, la peste ataca… mala suerte. Habrá que cambiar de estrategia, dejar de lado las medidas de prevención y pasar al ataque. ¿Técnicas? Depende de la plaga. Lo primero que hay que saber es cuál es la plaga, su tamaño, qué ha provocado, desde dónde se ha puesto en marcha y dónde está. Posteriormente, dependiendo de ello, se deberá elegir una u otra arma de ataque, preferentemente sistemas biológicos, mecánicos o químicos. No falta oferta en el mercado.

Termitas

Junto con las hormigas y las abejas, las termitas son los únicos insectos con una sociedad organizada. En esta organización la distribución es clara y las tareas concretas. Los trabajadores de la termita, por ejemplo, hacen una termorería, cuidan de larvas y huevos y buscan comida. Asimismo, los soldados velan por la termitatoria y su objetivo es la reproducción de las parejas de reyes y el control de la estructura social de la misma, utilizando feromonas. También son reproductores secundarios. A veces se les ennegrece la piel y las alas salen. Entonces salen de la termia para hacer una nueva. La nueva pareja pierde las alas y allí donde pueden se ponen los huevos. De ahí nacen las ninfas que alimenta a las madres hasta que se convierten en trabajadoras. Después, cuando aumenta el número de trabajadores, aparecen los primeros soldados y más tarde los reproductores secundarios. El ciclo vuelve a empezar.

Las termofábricas se encuentran en el subsuelo. Las termitas entran desde el subsuelo a los muros de las casas y luego a la madera. La solución más adecuada son las medidas de aislamiento.

Pipia

La mayoría de los insectos capaces de perforar la madera se denominan pipas. Aunque se observan principalmente en la madera, las pipas son insectos voladores, con excelentes voladores. Por ello, pueden volar hasta lugares alejados. Entre verano y otoño salen de la madera y responden a las necesidades reproductivas.

Las hembras suelen poner sus huevos en las grietas de la madera, unos 80 por puesta. Los huevos suelen ser muy pequeños para ver los imposibles. Tras 4-5 semanas, las larvas salen de los huevos. Rozan y rozan, consiguen entrar en el interior de la madera. Se meten en túneles y a medida que crecen hacen túneles más grandes. Pueden pasar 2-3 años dentro de la madera. Pasado este tiempo, si han estado húmedos y templados, se pupa y las larvas maduras salen de la madera. En ese momento dejan huella, el agujero o serrín. Es el que se ve en los muebles comidos.

Lo descrito es el comportamiento estándar de las pipas. Hay muchos tipos de pipas y cada uno tiene sus hábitos de vida. En una cosa hay al menos una: el agujero que aparece en la madera es siempre la salida, nunca la entrada.

Para finalizar con el ciclo de las pipias es necesario levantar barnices o pinturas que recubren la madera y utilizar insecticidas protectores.

Cucarachas

Estos insectos oscuros son bien conocidos para muchos. Cuerpo ovalado y aplanado. Esto permite introducirlos en cualquier tipo de fisura. Sus patas son muy largas y rellenas de espinas, por lo que son rápidas y con buenos escaladores. Se desplazan principalmente por la noche. Comen de noche, beben y encuentran pareja de noche. No obstante, también durante el día se pueden ver cucarachas. Cuando son hambrientos o sed, o simplemente cuando la población de cucarachas crece demasiado. En general, los cucarachos aman la humedad, la humedad y el calor.

Nacidas del huevo, las cucarachas se convierten en ninfas hasta que llegan a ser maduras. Algunas especies también tienen alas, pero sólo unos pocos machos pueden volar.

La abundancia de especies de cucarachas hace que el comportamiento varíe mucho, pero tienen algo en común: viven a gusto junto al hombre. Y es que los cucarachas comen de todo, cualquier residuo, pero lo que más les gusta son las sustancias con fécula, los dulces y la carne. Por defecto pueden comer telas, papel, ropa…

El mejor sistema para combatir estos insectos son los insecticidas.

Ratas y ratones

Los ratones y ratas constituyen el ciclo biológico habitual de los mamíferos. Tras la fecundación, a los 21 ó 22 días según la especie, las hembras parten de 5 a 14 crías. En 2-3 meses estos críos serán adultos. Estos mamíferos pueden hacerlo varias veces al año. Si la temperatura es templada, si los alimentos son fáciles de conseguir y encuentran un buen escondite, pueden llegar a dar a luz hasta siete veces al año. En los hogares, sobre todo en verano y otoño, buscan refugio y comida.

Los ratones y ratas dejan bastantes pistas: marcas de pie en las zonas de polvo, marcas de fricción, pelos, restos de orina… Tampoco son silenciosos, sus carreras son fáciles de escuchar y si el resto de los animales de la casa están más nerviosos de lo normal, puede deberse a estos frotadores.

Estos animales de mala reputación han aprendido muy bien a vivir dentro de las viviendas, pero, dependiendo de la especie, tienen costumbres diferentes. Por ejemplo, las ratas de alcantarillado viven en zonas húmedas. Son excelentes comidas. Papel, madera, goma, plomo, verduras, insectos… comen de todo. Y no pocos: un tercio de su peso diario. Nidifica bajo tierra o en alcantarillas y acude a las viviendas en busca de comida. La rata negra, por su parte, se siente atraída por los lugares secos. Come animales y verduras y, como buen escalador, se hospeda en árboles y cámaras.

Las ratas son muy desconfiadas. Cuando encuentran algún alimento, lo prueba una sola rata y, si muere, el resto no lo come. Tienen una gran capacidad de inmunización porque tienen un sistema que transforma su metabolismo.

Normalmente las ratas viven en lugares donde se acumula la suciedad, por lo que pueden ser vectores de muchas enfermedades.

Existen muchos sistemas anti-rata, pero los más utilizados y eficaces son el veneno y las presas.

Insectos voladores

Ya están dormidos y hasta primavera no se despertarán hasta que el sol comience a calentar. Hasta entonces, muchos de ellos permanecerán ocultos en el cálido interior de la casa. Cuando se despiertan, ¡se acabó la paz!

Insecticidas, moscas, esutrapos, dispositivos ultravioletas… no son soluciones peores, pero no hay mejor que las mosquiteras. Y es que si no entran insectos voladores no molestarán. Por lo tanto, evitar la entrada, limpiar la casa todos los días, vigilar bien el frutero para que no haya fruta corrupta y tener las luces apagadas cuando se abren las ventanas por la noche no son las peores medidas para poder vivir sin insectos voladores.

Pulgas

La pulga y el picor se suceden. Las pulgas viven de la absorción de sangre de animales de sangre caliente. A pesar de la mínima herida de absorción, el picor no suele ser despreciable. En la casa muchas veces se meten con animales, pero también se sirven de la ropa.

El primer paso para librarse de las pulgas es limpiar el vector, el animal. Para ello existen en el mercado una gran variedad de productos que, si se utilizan correctamente, no generan problemas. Es recomendable realizar la limpieza fuera de casa, ya que al comenzar la limpieza es posible que las pulgas salten y se dispersen por la casa.

Hogar tras la limpieza del animal. La aspiradora es la herramienta más eficaz, ya que además de las pulgas, limpia también huevos y larvas. Las alfombras, moquetas, sofás, almohadas, camas, etc. deben limpiarse especialmente.

Una vez limpia la plaga, es conveniente tomar medidas preventivas para evitar que se repita. Basta con los collares, las pastillas y la limpieza contra las pulgas.

Publicado en el apartado D2 de Deia.

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