Deshielo de glaciares y descubrimiento de secretos
2008/09/21 Arakistain Aizpiri, Lorea - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa
La primera sorpresa fue Oetzi. En 1991 un turista alemán descubrió al hombre de hielo en el valle de Oetz, en los Alpes italianos, a 3.000 metros de altitud. Aquel hombre vivió en el año 3300 Ka. Este descubrimiento abrió la hipótesis: En los Alpes el ser humano vivió mucho antes de lo que se pensaba.
Esta teoría ha sido confirmada por el estudio de los descubrimientos realizados en 2003 en el monte Schnidejoch (2.756). Aquel verano hizo un calor terrible, una pareja suiza le llamó la atención encontrar un trozo de madera y dejó Berna en el servicio arqueológico del cantón. Era más que un trozo de madera: Se trataba de una boya de 3.000 años, es decir, un recipiente para guardar y transportar flechas.
Nadie dijo nada, a diferencia de Oetzi, guardaron la información en silencio. Los investigadores temían que la noticia suscitara curiosidad y el entorno se llenara de cojines. Por ello, se guardaron los hallazgos y subieron en busca de más pistas. ¡Busca y descubre! Encontraron todo el equipamiento: cuero, zapatos, parte de un pantalón y recipientes de madera.
El descubrimiento de estos objetos ha sorprendido a los expertos. Sin embargo, los resultados más atractivos se han obtenido calculando la edad de los objetos. Los objetos pertenecen a épocas en las que la Tierra fue un lugar especialmente caliente. El astrofísico Milankovitch propuso una teoría para explicar los ciclos climáticos de la Tierra, incluyendo los períodos de calor y las glaciaciones. Para él, la inclinación del eje de la Tierra y la excentricidad de la órbita es clave para comprender cómo se alternan los períodos cálidos y fríos y por qué se producen las glaciaciones cíclicamente.
En los calores, el hombre en la cima
Lo cierto es que en ciclos calurosos cualquier persona podía moverse por las altas montañas, y entonces son los objetos encontrados. Además, se ha comprobado que los glaciares del entorno en los que se ha desarrollado el hallazgo están fuertemente influenciados por los cambios climáticos.
Por lo tanto, los asistentes no sólo informan del ser humano que vivió allí, sino también de los cambios climáticos. Según los investigadores que han participado, esperan obtener información más detallada sobre los cambios climáticos en los últimos 6.000-7.000 años.
En esta zona, además de los bienes del hombre del Neolítico, se han conservado restos romanos. Los de alguna despistada romana han encontrado además monedas. Según los expertos, esta era la vía para que los romanos cruzaran los Alpes hacia Italia y el norte de Europa. La importancia de este camino no era despreciable. Piénsese que una de las épocas más frías de la Tierra, y por tanto la época en la que el entorno iba a estar helado, coincide en el tiempo con el declive del imperio romano. Sin embargo, decir que la caída del imperio romano es consecuencia del cambio climático es decir demasiado.
El cuero es la clave
Al margen de la influencia que podían tener en el imperio romano, los cambios climáticos cíclicos se consideran probados, mientras que los científicos subrayan que el cambio climático que manejamos en la actualidad es diferente. Y es que los cambios a los que se refiere Milankovitch requieren un tiempo extremadamente largo, a diferencia de los actuales. Es más, han utilizado los objetos para demostrar que estamos viviendo un cambio climático especial.
El buen estado de las piezas de cuero de hace 5.000 años ha de ser una señal de congelación. El cuero se desintegra fácilmente con la lluvia, el sol y el viento. Por ello, creen que en los últimos 5.000 años no se ha derretido nunca el glaciar en 2003 y desde entonces no ha sido tan bueno.
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