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Galaxias galaxias galaxias

2001/03/09 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

La teoría más aceptada de la formación actual de galaxias es que las primeras que se formaron fueron las pequeñas galaxias. Estas pequeñas galaxias se juntaron poco a poco y surgieron otras más grandes. Con el paso del tiempo, las grandes galaxias se están tragando pequeñas. Este tipo de procesos se han podido observar en sistemas remotos, aunque no directamente.

A pesar de las sospechas de que la vía láctea también funciona así, los astrónomos no han tenido constancia durante muchos años de ello. Pero en el año 1994 se descubrió la galaxia Sagitario, junto a la Vía Láctea y en el lado opuesto a nosotros. Sagitario se encuentra en órbita alrededor de la Vía Láctea, pero ya dentro del límite exterior difuso.

Desde su descubrimiento, la galaxia de Sagitario fue considerada una galaxia semidesegua, es decir, con mucha materia ya perdida y que la Vía Láctea tiene que estar engullida. Así, en teoría se puede encontrar una doble huella en forma de anillo formada por estrellas. El anillo debía rodear toda la Vía Láctea. El mayor problema de detección es que constituye una huella muy fina y difícilmente separable.

En 1998, investigadores de la Universidad de Michigan descubrieron parte de esta huella y pudieron concretar la línea hasta el entorno del núcleo de Sagitario. Sin embargo, según la teoría, existía una segunda parte extendida en sentido contrario y que probablemente daría la vuelta a toda la Vía Láctea. La segunda parte de la huella se vería más difícil que la anterior porque atravesaba el plano de nuestra galaxia y se ocultaba tras la zona.

Los astrónomos del Instituto IAC de España han buscado este trozo de huella a través del telescopio "Isaac Newton" de 2,5 metros de diámetro en el Observatorio Roque de los Muchachos. Parten de los modelos dinámicos de la galaxia Sagitario. Finalmente, se han detectado una serie de jóvenes estrellas que confirman la existencia de todo el arco de la huella anunciada por los modelos teóricos.

El informe de este descubrimiento se publicará en la revista especializada Astrophysical Journal Letters el 10 de marzo. Los autores han reivindicado que es una prueba directa de que las grandes galaxias comen pequeñas. Sin embargo, para conseguir ver toda la huella se buscan nuevos grupos de estrellas. El objetivo es analizar, entre otros aspectos, la influencia del proceso de deglución en la Vía Láctea.