F. García Olmedo: "gracias a la lealtad de los científicos se detectan pronto fraudes"

El impacto de la ciencia y la tecnología en la sociedad puede ser analizado desde diferentes perspectivas. Lo habitual es analizar cómo afectan las nuevas invenciones a la vida cotidiana, pero hay otros aspectos de las investigaciones científicas que se quieren mantener en secreto. Uno de ellos es el fraude científico intencionado o inconsciente. Nos habla de las causas y consecuencias de este fraude en las conferencias organizadas por la Cátedra Miguel Sánchez-Mazas, F, catedrático de bioquímica y biología molecular. García Olmedo.

Felix Goñi (derecha), organizador de las jornadas y F. García Olmedo.

Cuando hablamos de fraude científico, ¿de qué hablamos?

Este concepto puede ser muy amplio, y algunos lo relacionan con todas las confusiones que pueden producirse en torno a la ciencia. Pero creo que los problemas éticos no deben confundirse con el fraude. Yo me limito a la definición oficial del fraude. El fraude científico consiste en no respetar las normas en la investigación científica y en la difusión de los resultados. Esto no tiene nada que ver, por ejemplo, con el hecho de que el propio científico tenga o no responsabilidades en las consecuencias negativas que pueda ocasionar el uso del descubrimiento.
Además, quiero subrayar que los científicos no somos mejores o peores que los demás y que no estamos éticamente por encima del resto de los grupos de la sociedad. En esta medida no es de extrañar que el fraude también tenga su lugar en la ciencia.

¿Los resultados de las investigaciones que se conocen son fiables?

Los resultados de las investigaciones científicas son fiables, ya que pasan enormes controles para su publicación. De vez en cuando el resultado puede dar lugar a investigaciones erróneas, pero éstas no duran mucho tiempo sin desmentir. Las investigaciones de gran envergadura atraen a mucha gente y de estos resultados se derivan otras investigaciones que requieren una verificación reiterada. Gracias a la lealtad entre científicos y laboratorios se detectan pronto fraudes. El interés de la ciencia por avanzar supone rechazar resultados erróneos.

¿Cuál es el trabajo de las revistas científicas en el control de las investigaciones?

Las revistas científicas juegan un papel importante. Cuantos más menciones recojan los artículos, mejor será la revista que los ha publicado y por eso los controlan. Todos los científicos, para aumentar su fama, quieren publicar los resultados de sus trabajos en las mejores revistas, pero no es nada fácil, ya que éstas no sólo comprueban si los resultados son correctos sino que tienen en cuenta la importancia de la investigación. Así, por ejemplo, la revista Nature publica una de cada diez obras correctamente valoradas.

Es muy importante el trabajo que hacen las revistas, porque si no, tendríamos que pasar todo el día leyendo, y además, los niños tendríamos que distinguir entre verdad y mentira. En cierta medida esto es lo que ocurre en Internet, hay mucha información pero no comprobada.

¿Quién valora las investigaciones?

La revista selecciona a dos expertos para valorar los trabajos. El autor no sabe quién valora su trabajo, pero normalmente es valorado por los investigadores que le acompañan. Por tanto, en este juicio, los que valoran actúan como fiscales, los autores como abogados y las revistas como jueces.

¿La legislación actual es adecuada para enjuiciar fraudes científicos?

Si el fraude científico perjudica a un tercero se juzga con el código civil. El problema es que las personas que participan en el juicio no entienden el proceso que se está juzgando. Es muy difícil pasar lo que está en el lenguaje científico al código civil. Pero el fraude científico es cada vez más eco y, por lo tanto, las instituciones dan cada vez más importancia al problema.

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