"El dinosauroide, ¿es nuestro anterior ser inteligente?"
1993/12/01 Barrentsoro, Karlox Iturria: Elhuyar aldizkaria
Cuando hablamos de dinosaurios, nos viene a la cabeza la imagen de los gigantescos y terribles seres, porque durante años hemos tenido esa percepción. Pero hoy sabemos que fueron de muchas medidas, pesos y formas. Vivieron a lo largo del año 140.000.000, desde la época denominada “Triásico” hasta el final de la denominada “Cretácica”. Y desaparecieron misteriosamente hace 60.000.000 de años. Se ha escrito y hablado mucho sobre las causas que dieron lugar a la extinción y se ha expuesto una gran cantidad de teorías. Uno de los más famosos es el del gigantesco asteroide que se cayó al suelo en aquella época. Sin embargo, los dinosaurios desaparecieron por completo.
¿La apariencia de los animales es una casualidad?
Si analizamos el amplio campo de los dinosaurios, nos encontraremos con diferentes formas y familias. Unos eran herbívoros, otros carnívoros; unos vivían en las densas selvas de aquella época, otros en el mar o en el litoral... unos eran pequeños (más de un metro de longitud no era testigo del compsognathus). Otros extremadamente gigantes: braquiosaurios, tiranosaurios, diplododos, ... algunos eran de tierra. Otros, los nadadores (ictiosaurios, por ejemplo) y también los que volaban, como el pterodactilo, el pteranodonte, ... y el más curioso, el dinosaurio plumado llamado archaeopteryx. En base a esta última, hay científicos que defienden que las aves proceden de los dinosaurios.
Analizando el aspecto de algunos de los dinosaurios mencionados, podemos observar su similitud con otros animales que actualmente viven y se defienden en su entorno. Y ahí está el gancho. ¿El entorno no tiene nada que ver con las formas de las especies que se desarrollan? ¿Es casualidad la apariencia de los animales? Si analizamos el aspecto del archaeopteryx y de algunas de las aves actuales, observamos que son muy similares.
¿Es casualidad? Lo mismo sucederá si se compara el aspecto de los tricerotops u otros dinosaurios con los del rinoceronte actual. ¿Casualidad? Ni qué decir tiene el aspecto del ictiosaurio en comparación con el delfín actual (mamífero) o el tiburón pez. ¿Casualidad también? En mi opinión, no son casualidades, ya que el medio puede influir directamente en el aspecto de las especies que se desarrollan en su interior. (Ver dibujos comparativos).
¿Y en apariencia humana?
Y en cuanto a la apariencia humana, ¿no podemos decir algo parecido? ¿Y por qué no? Si el medio puede influir en la composición de las formas ajenas, ¿por qué no en el nuestro? El paleontólogo canadiense Dale Russel, de 53 años, que trabaja en el “Museum of Nature” de Otawa, ha lanzado una teoría muy valiente al respecto. En 1968, en el sur de la región canadiense de Alberta, descubrió los restos de un pequeño dinosaurio. Investigado y fechado, se llamó Stenoychosaurus y fue acusado de 75.000.000 de años de antigüedad.
Basado en la estructura de su esqueleto y en los pasos de la evolución de las especies, construyó un ser similar al ser humano actual: el dinosauroide. Dale Russell cree que ante los procesos biológicos existen soluciones morfológicas. El aspecto humano no es casualidad, sino una solución a un problema biofísico concreto. Dado que la apariencia humana está muy adaptada y elaborada, podríamos considerarla como un objetivo natural que busca y consigue la selección natural.
Stenoychosaurus a bipedo o hankabikoa, con mano muy flexible y pulgar plegable. Para ser dinosaurio era de gran cerebro y de visión binocular. Y es evidente que la comparación entre este tipo de características y lo que la antropología aporta sobre los antiguos antepasados de la humanidad genera una gran paridad. Según el paleontólogo mencionado, el medio y la genética son capaces de crear una especie dinosauroide similar a la del hombre actual. Y viendo el gran tamaño del cerebro del stenoychosaurus, ¿por qué no se puede pensar que tal vez sea inteligente como nosotros? En definitiva, un antroposaurio o civismo inteligente similar al nuestro. ¿Y por qué no?
¿Y los seres de las piedras de Ica?
Todos conocemos restos de nuestra prehistoria que no coinciden con lo que defiende la ciencia. La pila de Bagdad, el cráneo prehistórico excavado con balas, los geoglíficos de la Nazca, los del desierto de Atacama, los del Sahara, los mapas aéreos antiguos, ... que no entran en el camino lógico que nos ofrece nuestra ciencia. Una de ellas es la de las piedras de Ica. En esas piedras, que ya han aparecido cientos, hablan de un extraño ser humano. ¡Por supuesto que los científicos actuales no lo aceptan! ¿Pero de dónde viene? ¿y de cuándo?
En estas piedras se nos dan muchos mensajes especiales: operaciones, operaciones, ... y también sobre el modo de vida de este extraño ser humano. Suelen aparecer junto a distintos dinosaurios y volando sobre algunos de sus aletas. Si nos fijamos en la figura del hombre de Ica, podríamos decir que él también parece semisaurio. Y no sólo por su aspecto, sino también por la semejanza de esquemas que se le pueden ver en la cabeza, brazos y piernas. ¿Y si las piedras de Ica fueran seres humanos dinosauroides? ¿Y si antes de nuestra humanidad, que se ha desarrollado desde el mono, hubiera existido otra humanidad surgida de los dinosaurios? Como todos sabemos la historia y la prehistoria, son prendas temporales a la medida del ser humano. ¿Y si antes hubiera habido historia de otras especies inteligentes?
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