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Retos científicos

2008/04/03 Carton Virto, Eider - Elhuyar Zientzia

Los amos los desafíos sobre todo con el deporte, pero también en el mundo de la ciencia y la tecnología se han utilizado en muchas ocasiones como incentivo para la resolución de problemas concretos.
Con este reloj Harrison consiguió el premio del gobierno briatino al inventor del método para medir con precisión la lngitud Foto: Museo Nacional del Mar, Greenwich).
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XVIII. A principios del siglo XX, por ejemplo, el gobierno británico ofreció un premio de veinte mil libras para quien inventara la técnica de medir la longitud con precisión de medio grado. En aquella época se perdían muchos barcos y vidas porque no disponían de métodos para medir la longitud en el mar, y para poder ubicar bien las nuevas tierras descubiertas y decidir a quién pertenecían también era necesario medir la longitud. Aquel gran premio fue entregado por el gobierno británico en 1714, y el reto era tan grande que hasta 1761 nadie acertó el método que merecía el premio. Finalmente fue adquirido por John Harrison gracias al reloj basado en muelles.

El primer vuelo entre Nueva York y París también tuvo un desafío. El millonario francés Raymond Orteig prometió en 1919 donar 25.000 dólares a quien lograra la marca, y ocho años después Charles Lindbergh obtuvo el premio. Y sin salir del mundo de los vuelos, pero ahora, varias compañías aeroespaciales han competido por 10 millones de dólares. La Fundación X Prize ofreció en 1995 esta cantidad para quien construyera una nave espacial de tres personas a 100 kilómetros, y el premio fue para la empresa californiana Mojave Aerospace Ventures en 2004. Por el camino, los equipos participantes han gastado diez veces el premio.

Uno de los objetivos de este tipo de galardones suele ser impulsar la inversión en innovación tecnológica, especialmente en el sector privado. Esta misma Fundación tiene en marcha dos nuevos retos de similares características. Una de 10 millones de dólares, que busca desarrollar técnicas rápidas de secuenciación del genoma y otra de 30 millones de dólares para quien prepara un vehículo que llegará a la Luna para 2012.

En el ámbito médico también se escucha cada vez más este tipo de premios. El pasado mes de enero, la Universidad de las Naciones Unidas y la Universidad de Maastricht organizaron una sesión de trabajo de dos días para debatir sobre la posible estrategia de los premios en el campo de la medicina. De hecho, los partidarios de los premios los ven como una vía eficaz para promover la investigación de enfermedades raras o para no olvidar a quienes no afectan a la sociedad occidental. No obstante, por el momento no se han presentado tantos premios como los anteriores.

Innocentive gestiona los retos y soluciones a través de un sitio web.

Y además de este tipo de premios tan espectaculares y puntuales, existe otro mercado de desafíos que puede ser más modesta en cantidad pero revolucionario en sus consecuencias. El símbolo de este mercado es la empresa estadounidense InnoCentive, que desde 2001 ha lanzado a través de su web más de 600 retos. La empresa fue creada por la compañía farmacéutica Eli Lilly's, con el fin de buscar soluciones externas a problemas que no podían resolver internamente, y aunque inicialmente se centraron en los retos de la industria farmacéutica, ahora se pueden encontrar todo tipo de retos en la web. Los premios también son iguales, desde cinco mil dólares hasta un millón.

El funcionamiento de la empresa es muy sencillo, mediando entre lo que desafía y lo que recibe y asesorando a ambos. Los primeros son empresas y los segundos particulares. El proyecto InnoCentive está teniendo mucho éxito y ha atraído a numerosos científicos. Cerca de 140.000 'reparadores' de 175 países se han apuntado, un 40% de doctores y han realizado cerca de 200 desafíos. Los retos, en los que participan principalmente investigadores de Rusia, China e India, lo ven como una oportunidad para trabajar fuera de las estructuras científico-tecnológicas formales tradicionales, sin moverse de casa. Sin embargo, aprecian tanto la motivación para el reto como la posibilidad de compartir conocimiento.

Los que lanzan desafíos en InnoCentive también están satisfechos. Para ellos, es una forma más eficaz y económica de buscar soluciones a problemas concretos. De hecho, son muchas las personas que participan en los retos -donde la demanda de la empresa no se le ocurriría a través de los cauces habituales y de las disciplinas que no llegarían - y, a cambio del premio, la empresa recibe los derechos de propiedad de la solución.

No sólo entre los científicos, sino también en el mundo de los negocios, este nuevo mercado electrónico de la ciencia basado en desafíos está siendo objeto de atención. A
gran y pequeña escala, parece que en los últimos años el mundo de los desafíos científicos está emergiendo.

Publicado en Berria

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