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Copreci en la aventura espacial

1999/01/01 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

Teniendo en cuenta todas las áreas de conocimiento, en la mayoría de los casos llegan desde el extranjero noticias sobre los avances tecnológicos más importantes. Así, en muchas ocasiones se considera que la investigación, el desarrollo y la producción son los vagones que siguen a los trenes que se ponen en marcha en el extranjero. Afortunadamente llegan noticias que, en algún momento, contradicen esa creencia. El último ha venido de la cooperativa de Aretxabaleta Copreci, que ha participado en el proyecto de Ariane V, recientemente lanzado al espacio.
Primer lanzamiento del cohete Ariane IV.
CNES

4, 3, 2, 1, 0… En una época, en los inicios de la aventura espacial, cuando, por el lado de la física, un cohete que dominaba la ignorancia debía ser enviado al espacio. No era como jugar a la lotería, porque la base de la ciencia estaba ahí, pero muchos sujetaban la respiración al comenzar la cuenta atrás y no relajaban el corazón hasta que veían el cohete en el cielo. Hoy en día, enviar un cohete al espacio es bastante común. Sin embargo, todo debe estar perfectamente interrelacionado, tanto el que depende del ser humano como el que huye de su capacidad (por ejemplo, las circunstancias meteorológicas). En caso contrario no hay cohetes que se extiendan.

Buscando nuevas tecnologías

A pesar de que, como en otros muchos tipos de tecnologías, se han producido avances espectaculares en las tecnologías espaciales, las personas que trabajan en la cooperativa Copreci de Aretxabaleta viven de manera especial los lanzamientos de cohetes, sobre todo del cohete Ariane de la Agencia Espacial Europea. De hecho, en el momento más crítico para enviar al espacio el cohete Ariane, en la cuenta atrás, comienzan a trabajar los sensores que Copreci fabrica para Ariane, la Agencia Espacial Europea, hasta ahora perteneciente a la ESA.

Copreci

La colaboración entre la ESA y Copreci no es de hoy por hoy. Han pasado varios años desde el inicio de esta relación. En la cooperativa de Aretxabaleta Copreci, ubicada en la estructura de MCC, se fabrican principalmente piezas para electrodomésticos. Actualmente destina el 70% de su producción al exterior, a los mercados europeos, asiáticos y norteamericanos y sudamericanos, a las empresas de electrodomésticos de estos mercados. En 1987 MCC decidió que no podía quedar fuera de la carrera espacial y entró en contacto con la ESA

Como consecuencia de ello, en la actualidad se fabrican en Copreci los sensores del cohete Ariane. Para comenzar con esta nueva tarea, MCC y Copreci buscaban la adquisición de nuevas tecnologías espaciales que pudieran ser utilizadas en el ámbito de los electrodomésticos. Desde que se extendió el campo de los sensores, Copreci acumula conocimientos y experiencia en la soldadura por ultrasonidos, la soldadura por haz de electrones, la microsocidad y técnicas extensométricas.

El montaje de sensores se realiza en la sala blanca de Copreci.
Copreci

Esta experiencia ha permitido a la cooperativa ofrecer numerosos servicios en el campo de la soldadura en otras empresas, así como una participación directa en el sector de automoción y electrodomésticos en numerosos proyectos: Game I, Game II y Esprit, por ejemplo.

Además de la tecnología, el conocimiento y la experiencia, el área de sensores ha demostrado a la vez que es un buen negocio, es decir, aporta dinero. Además, parece que puede aportar más dinero, ya que a partir del año 2000 los vuelos de Ariane aumentarán.

Sensores, señal de precisión

En la sala blanca de Copreci se guardan unas condiciones especiales para poder trabajar.
Copreci

Para que volvamos a la cuenta atrás, el papel de los sensores que hacen en Copreci es importante en estos momentos. El motor Vulcano, del cohete Ariane, ha puesto en marcha y se está calentando lentamente para que salga hacia el espacio, entre otras cosas, quemando cierta cantidad de hidrógeno y oxígeno. Si no es así, no habrá tiros. Los sensores de Copreci están trabajando en estos momentos para medir esas cantidades de oxígeno e hidrógeno, que es su función. ¡Si han dado la vuelta al cielo!

En los últimos tres vuelos de Ariane se han utilizado los sensores fabricados en Copreci, cada uno con 150. El montaje de sensores comienza en Burdeos, en la Société Européenne de Propulsion, donde se desarrolla el corazón de los sensores.

Aunque el corazón de los sensores viene de fuera, el cuerpo o el traje se realiza en Copreci. El montaje se realiza en la sala blanca del Área de Sensores del taller, dotada de cabinas de flujo laminar. La situación en esta sala es especial, variando cada hora un 17,1% del oxígeno, manteniendo una temperatura media de 20,6 ºC y una humedad del 42%. Los que trabajan en él, al igual que en algunas zonas de los hospitales, circulan con el pelo y los pies cubiertos, y en la muñeca llevan las pulseras de hierro colocadas para evitar electricidad estática.

Estos sensores se colocan en el motor Vulcano de Ariane.
Copreci

De esta forma no se producen daños en los circuitos eléctricos de los sensores. De hecho, las conexiones eléctricas de los sensores también se soldan en la sala blanca mediante el sistema de microsoldado. Utilizan hilo de aluminio y silicio de 50 micrómetros, soldados mediante microscopios.

La soldadura de las piezas mecanizadas que componen el sensor se realiza mediante un sistema de haz de electrones que permite soldar metales de diferentes composiciones, obteniendo soldaduras que difícilmente se harían con los sistemas convencionales de soldadura. Un detector de fugas es el encargado de realizar la prueba de impermeabilización de las piezas soldadas mediante haces de electrones, detector capaz de verificar de forma automática el control de piezas con un volumen inferior a 100 litros. El detector de fugas realiza la detección en 9 segundos.

Tal y como se comprueba la fiabilidad de las piezas de los sensores en cada fase de producción, una vez finalizado el montaje también se realizan revisiones para asegurar el correcto estado del sensor.

El vibrador se utiliza para determinar si el sensor está afectado por las turbobombas del cohete.
Copreci

La presión se mide por un lado. De hecho, la función de estos sensores en el motor Vulcano de Ariane V es medir la presión, por lo que se miden las medias de presión y se someten a presión. Para ello, todos los sensores se introducen en tres máquinas de presión y se realizan diferentes mediciones. Por otro lado, se realizan medidas de la señal eléctrica del sensor mediante un escáner capaz de medir una resistencia de hasta 30M, una tensión de hasta 300V y una temperatura de -200ºC a 400ºC.

Los sensores también se someten a la vibración, ya que cuando se coloquen en el cohete deberán soportar las vibraciones del motor Vulcano y las vibraciones de las turboponpas del cohete. En el taller se utiliza un sistema de envase cerrado para reflejar esta realidad. Consta de generador de vibraciones, vibrador, amplificador y acelerador. Al ponerlo en marcha, la tierra de Copreci, además de un ruido muy intenso, vibra. Debido a que en el momento de su lanzamiento van a sufrir grandes oscilaciones, finalmente se realizan pruebas de temperatura con sensores.

Máquina de hacer por sistema haz de electrones para la venta de las piezas mecanizadas que componen el sensor.
Copreci

Introducen los sensores en un recipiente climático cerrado y los utilizan a temperaturas entre -80ºC y 180ºC. El envase climático tiene una capacidad de subir o bajar 2ºC en un solo minuto. Si se superan todas las pruebas, los sensores se dan por finalizados. De ahí el motor Vulcano del cohete Ariane. A pesar de que la tecnología ha avanzado mucho en la actualidad, y que como se ha indicado a través de estas líneas es garantía de un trabajo bien, fino y preciso, estamos convencidos de que cada vez que se inicia la cuenta atrás de Ariane, los latidos de corazón de los que trabajan en el Área de Sensores de Copreci son más rápidos de lo habitual.

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