Segundo pasajero
2019/11/15 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia
Hace 42 años la NASA lanzó dos sondas Voyager 1 y Voyager 2, ambas iguales, con 16 días de diferencia. Debían explorar lejanos planetas del Sistema Solar. Uno por delante y el otro por detrás, ambos hicieron el mismo camino hasta Júpiter. A partir de ahí, tomaron un recorrido diferente. Además muy diferente, hoy en día están muy lejos. Sin embargo, ambos visitaron Saturno y después avanzaron. También visitó Voyager y Neptuno. Fue una gran recopilación de datos con la tecnología de los años 70.
El problema es que las dos sondas no han parado y han salido del sistema solar en esta década. Voyager 1 en 2012 y Voyager 2 en 2018. Los titulares de noticias científicas afirmaron que han escapado de la influencia del Sistema Solar. Pero, ¿qué significa eso? A veces, intentando escribir frases gruesas, no dejamos claro qué queremos decir. La frase no es del todo correcta. Huir de la influencia del sol... Claro que no. La gravedad del Sol está ahí, cómo no, y afecta a las sondas Vogayer. Cuanto más lejos están, menos impactan, pero decir que se han escapado de esa influencia no es nada correcto.
Cuando se habla de la influencia del sol se habla de la influencia del viento solar. El sol emite partículas cargadas al espacio, el plasma. La palabra plasma es así en la física, un fluido compuesto por pura carga eléctrica. Nosotros lo que emite el Sol lo llamamos viento solar. Por ejemplo, esta es la materia que provoca la aurora boreal y la austral en los polos terrestres. El Sol emite al espacio, pero no se difunde sin límites. Llega hasta un lugar, un límite. Si miráramos por otra estrella al sistema solar, veríamos una burbuja de partículas y radiaciones. Muy grande, pero limitado. Pues eso es lo que han dejado atrás Voyager 1 y 2.
Bueno, pues la noticia de esta semana es que los datos tomados por Voyager 2 han llegado a la Tierra y esos datos han traído mucha información sobre el final de esta burbuja. Los investigadores han publicado seis artículos en la revista Nature Astronomy.
Llamamos heliopausa al límite de la burbuja. Pues hay que decir que las dos naves espaciales atravesaron esa heliopausa en diferentes lugares y tiempos, pero que esos dos puntos de cruce están casi a la misma distancia del Sol, por lo que la burbuja parece bastante simétrica. Sin embargo, el espesor de este límite era diferente en ambos puntos.
Por lo tanto, los datos nos muestran un nuevo panorama. Antiguamente se pensaba que el viento solar desaparecía muy gradualmente, siguiendo un gradiente a medida que se alejaba del Sol, y no. Este plasma se encuentra hasta un límite. No sé. Quizá si tuviéramos una cucharilla astronómica para agitar esa zona, esa heliopausa se desmoronaría. Pero como no existe, hemos aprendido que el fluido también crea limitaciones concretas en el espacio.
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