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Dos, tres y cuatro. Este es el juego de las dimensiones

2004/05/09 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

Cuando nos topamos con las ocurrencias de los físicos nos asustamos es gente rara y tienen ideas muy curiosas, pero van a sacar ideas de algún sitio, ¿no?
La relación entre dimensiones puede entenderse fácilmente con el modelo de un mundo bidimensional.

En las películas, este curioso mundo se refleja en muchas ocasiones. Por ejemplo, ¿es posible teletransportarse de un lugar a otro? ¿Y saltar entre las dimensiones? No parece que sean conceptos fáciles de entender. Sin embargo, con una sencilla historia las cosas cambian un poco. Quería que la historieta se refiera a la cuarta dimensión, pero te lo cuento como me lo contaron. Con los cuatro la mezcla de cacao es grande, pero si descartamos una dimensión es más fácil. Mira.

Imaginemos un mundo llano, bidimensional. Puede ser un mundo dibujado en un papel, por ejemplo. Es lo más fácil para empezar a imaginar. ¿Cómo llamaremos a este mundo? Se me ocurren pocos nombres, pero por elegir uno, le llamaremos Leuntoki.

Claro, nosotros miramos a Leuntoki desde nuestro mundo tridimensional. Desde arriba, por ejemplo, podemos observar un pueblo con un bonito aspecto. Pero los ciudadanos no entienden de 'arriba'. Ellos no son superiores ni inferiores. Y no lo necesitan. Sin eso, se adaptan perfectamente. Se desplazan hacia delante y hacia atrás, hacia la derecha y hacia la izquierda. Pero no tienen concepto de altura.

En Leuntoki no hay sima ni cielo. Las piernas no pueden saltar o volar, claro, no pueden caer… ¿a dónde van a caer si no tienen la parte inferior? Y no sólo eso, no se pueden pisar el pie, ya que no hay ni encima ni debajo. No son de los que se sientan, ni se sientan ni se tumban. La verdad es que la única opción para ellos es estar de pie, siempre que tenga sentido. Me gustaría saber cómo duermen en este pueblo.

Martintxo descubre un repentino brote en el que una filete de manzana se enfrenta a 'El cuajado'.

El entorno también es especial, no hay cuestas ni montañas, por lo que no pueden escalar ni esquiar. Ni puenting ni tobogán infantil. Desde nuestro punto de vista, Leuntoki es muy aburrido, pero si nos ponemos en su lugar quizás tengamos que reconocer que los tridimensionales somos muy complicados; hoy euforia, mañana depresión. Te habrás dado cuenta de que los leuntokitarras nunca andan de cabeza.

Por otro lado, su ciencia va a ser una actividad muy especial, ¿no? Newton bidimensional no podría estudiar la gravedad al ver caer una manzana, algo que no ocurre allí. No hay estrellas ni planetas, tendrían muy difícil pensar que hay nada fuera de su mundo. Pero eso es lo que nos pasa a nosotros con la cuarta dimensión, en definitiva, estamos atrapados en nuestras tres dimensiones.

¡Mirad! En la plaza del pueblo anda un montón de suavizantes y al final de su jornada laboral se marcha a casa. Es Martintxo. Es un ciudadano corriente y puede ser un ejemplo para nosotros. Al fin y al cabo, parece tan interesante o aburrida como cualquier otro. Trabaja en la oficina de patentes, pero eso no es algo que le guste, hay que conseguir dinero y por eso trabaja todos los días sin más.

Pero Martintxo tiene cierta curiosidad. Quiere saber cómo son las cosas y por qué son como son. Sus amigos le dicen muchas veces que está tocado, pero por supuesto le dicen que tiene que hacer bien. Curioso, pero muy simpático. Por eso, le hemos abierto un nuevo mundo: le hemos enseñado la fascinación por la tercera dimensión.

Hemos expulsado Martintxo soplando de sus dos dimensiones. Así se siente fascinado por la tercera dimensión.

Se ha metido en una calle vacía, ese es el momento que esperábamos: en ese mundo de 'sobre papel' introduciremos de arriba abajo un objeto tridimensional ante Martintxo, una manzana.

Poco a poco hemos bajado la manzana. Martintxo ve un brote repentino en el que una filete de manzana se enfrenta a 'Se cuece el hueso' y ésta se va ampliando hasta que se quede. Para él es un suceso paranormal, pero Martintxo nunca ha creído en esos sucesos y ha hecho un gran esfuerzo para encontrar la explicación de su aparición.

Dejamos la manzana “cruzada” en Leuntoki y Martintxo grita. Y en ese momento, soplando al enfermo, hemos sacado de su mundo una tercera dimensión. Mientras caía en el aire como una hoja, Martintxo ha visto desde arriba a Leuntoki con manzana. Está boquiabierto. Durante el vuelo se siente fascinado por la tercera dimensión.

Ha caído en la mitad de la plaza, donde estaba la alcaldesa. La alcaldesa no cree lo ocurrido: Se enfrentan Martintxo 'hezurmamitu'. Es imposible, pero lo ha visto. "¿De dónde viene?" se atreve a preguntar. Martintxo, nervioso, ha tratado de responder. Pero, ¿cómo se puede explicar lo alto? No puede marcar con el dedo hacia arriba. Ambos están muy nerviosos. Menos mal que no se ha caído sobre la alcaldesa.

Para teletransportar a Martintxo sólo hay que doblar su mundo bidimensional.

Pero con eso no se ha acabado nuestro experimento. Hemos sido un poco más malos. Ambos han sido teletransportados. Para ello hemos doblado Leuntoki para hacer una plaza y la casa de Aurelio. Estos dos lugares estaban lejos, pero ahora, de repente, con un pequeño paso, han saltado de una a otra. Allí han quedado Martintxo, la alcaldesa y Aurelio, mirándose, sin saber muy bien qué ha pasado.

Y lo hemos visto todo desde arriba, sin saber si nuestro mundo puede ser manipulado desde una cuarta dimensión a la vez.

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