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Caza de la ballena: actividad que se blanquea en nombre de la ciencia

2002/04/07 Mendiburu, Joana - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Científicos australianos han desarrollado un método de investigación de ballenas basado en el análisis de los excrementos de estos mamíferos. Si el método de investigación es eficaz, no habría más razón para cazar ballenas.

Según la normativa internacional, desde 1986 sólo se permite la caza de la ballena para fines de investigación. Pero Japón ha sabido bien cómo hacer frente a esta prohibición y, cuando en 1987 puso en marcha un proyecto científico sobre ballenas, nadie se sorprendió. Así, los miembros del Instituto de Investigación de los Cetáceos obtienen los permisos para cazar ballenas en el Océano Pacífico, argumentando que son necesarios para la investigación científica.

Japón, Noruega, Islandia y Groenlandia piden que se retire la moratoria que prohíbe la caza de ballenas.

Según los japoneses, para comprender bien los comportamientos de la especie hay que matar al menos 440 ballenas, que con esta excusa cazan alrededor de 500 ballenas al año. Pero en el comportamiento japonés hay muchos países que lo rechazan y, además, los científicos australianos han trabajado en el método de investigación de ballenas sin muerte. La investigación se basa en el análisis de los excrementos de las ballenas, obteniendo datos importantes: qué comen, cuáles son los parásitos de su aparato digestivo... Además, indican que para identificar la ballena en detalle es posible realizar un análisis del ADN.

Las ballenas se liberan cerca de la superficie del océano y los investigadores recogen los excrementos en las redes. Se ha argumentado que el método es más barato y profundo que el estudio realizado con la ballenas acabadas, por lo que ha sido presentado ante la Comisión Internacional de Ballenas (IWC). Por cierto, su objetivo es proteger las ballenas.

Sin embargo, según Seiji Ohsumi, director del Instituto para la Investigación de los Cetáceos de Japón, cada cien años se pueden cazar en el Océano Norte 2.000 ballenas sin perjudicar a la población. Es fácil entender que el director haga este tipo de declaraciones, sabiendo que con estas cacerías el instituto gana anualmente 15.750.000 euros, es decir, cerca del 90% de su presupuesto.

Ballenera en la bahía de Hirado

Ahora, para llevar a cabo sus investigaciones, el Instituto de Investigación de los Cetáceos está pensando en cerrar la bahía de Hirado, al sur de Japón, e introducir cientos de ballenas en ella. Cerrarían la bahía con redes gigantes y no descartan la colocación de trampas para la captura de ballenas libres. El vivero contaría también con un espacio de investigación e instalaciones donde los turistas pueden realizar visitas.

Según el Instituto, el objetivo de las investigaciones será definir el proceso de reproducción de las ballenas y los hábitos alimenticios, de manera que en adelante, al igual que otros peces, las ballenas crecen. Según el director del instituto, crear este vivero es hacer realidad el sueño.

Pero no todos han visto con buenos ojos el proyecto. Para los amantes de la naturaleza está claro que este proyecto no tiene ningún interés científico. Y es que las ballenas son peces migratorios, por lo que es imposible analizar su comportamiento en un lugar cerrado. Según ellos, los verdaderos intereses del vivero son reducir las críticas internacionales a Japón por la caza de ballenas y comercializar a gran escala el jugo de la ballena y la carne.

Solicitud de legalización de caza

Aunque muchos países critican la caza de la ballena, Japón no es el único país que está a favor de esta caza. Noruega, Islandia y Groenlandia también están a favor de retirar la moratoria que prohíbe la caza de la ballena. Japón exigió el año pasado el derecho a cazar la ballena de Bryde, dos veces mayor que la azul. La Comisión Internacional de Ballenas no le dio su consentimiento y, sin embargo, Japón se hizo oídos sordos e inició la caza de la ballena de Bryde. Noruega ha reclamado el derecho de la ONU a exportar la ballena y Islandia y Groenlandia, argumentando que las ballenas azules han crecido bastante, han hecho una pregunta para volver a cazar. La ONU ha rechazado todas las solicitudes, pero habrá que ver hasta cuándo mantendrá esta postura. De hecho, han aparecido rumores de que Japón ha comprado a algunos miembros de la comisión para que voten a su favor.

Publicado en el suplemento Estación de Gara.

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