Ganador del Premio Avelino Corma Iberdrola
Ganador del Premio Avelino Corma Iberdrola
Elhuyar: ¿Por qué a la química?
Avelino Corma: Siempre me han gustado las ciencias, las humanidades también, pero como las ciencias me atraían más, entré en la Facultad de Ciencias. Me gustaba… la física era lo que más me gustaba, pero pensé que si coges física podía tener menos salidas. Por supuesto, también me atraía la química; si no, no lo haría. Y esa fue la razón por la que yo me acercó al mundo de la química, aunque a gusto fui más físico.
Elh. : ¿Has escrito algunos libros, montones de trabajos en las revistas químicas más prestigiosas… le das mucha importancia al trabajo divulgativo?
A. C. La mayoría de los artículos que he escrito hasta ahora, por no decir todos, han sido técnicos, no divulgativos. Todos ellos han sido artículos muy concretos, con explicaciones técnicas sobre algún trabajo realizado. Ahora sí, me han pedido escribir unos pocos para la divulgación y tengo intención de intentar escribirlos.
Elh. : A lo largo de tu vida también has conseguido muchos premios. Azkena Premio Iberdrola de Ciencia y Tecnología 1998. ¿Qué supone para usted este último premio?
A. C. Yo creo que, sobre todo, sería el reconocimiento o reconocimiento de un trabajo realizado hasta ahora, que tiene una cierta implicación e influencia en el campo que es mío. Además, hay que destacar la gran talla de las personas que formaban el jurado, que han visto que mi trabajo no es sólo una cuenta de cantidad, sino más.

Elh. : Trabajas en el campo de la catálisis heterogénea. ¿Qué es eso?
A. C. Se trata de diseñar y preparar unos materiales sólidos con capacidad para acelerar totalmente la velocidad de las reacciones químicas, no sólo aumentando la velocidad, sino también dirigiéndonos hacia el producto o productos que queremos conseguir. Cuando se produce una reacción química, además del producto que muchas veces se busca, se generan otros. A menudo no queremos conseguir estos productos, por eso los denominamos subproductos. Cuando se generan estos productos estamos perdiendo la eficiencia, estamos perdiendo la materia prima y utilizando los recursos naturales que tenemos de forma torpe.
En nuestro caso, el objetivo es maximizar el producto que queremos conseguir, de forma que la catalisis presente la menor cantidad de subproductos que se pueden producir en esta reacción química.
Elh. : Por lo tanto, no quedarían residuos, no sobrarían procesos.
A. C. No abuses de la palabra residuo, ya que en seguida se asocia a problemas medioambientales y la visión no es esa; el objetivo sería conseguir un producto que uno quiera, reducir la presencia de otros subproductos que puedan surgir. Si el catalizador es correcto y bueno, el producto buscado se obtendrá al 100%, sin generar nada más.
Elh. : ¿Y todo esto en qué se aplica?
A. C. Dicho de forma comprensible y sencilla, para que la gente haga una idea en el 80% de todos los procesos químicos que hay en marcha en el mundo. En la industria farmacéutica, en la industria de plásticos y polímeros, en el área de combustibles y refinerías, los catalizadores se utilizan en la generación de aditivos alimentarios, sabores, minas, etc., lo que supone que el 80% de todos los procesos que se realizan en el mundo industrial utilizan el catalizador en algún momento.
Elh. : También trabajas en química fina.
A. C. Bueno, la química fina sería muy parecida, pero llevándola hasta el extremo, sería conseguir productos con alto valor añadido en cantidades no muy grandes, como medicamentos o perfumes. En cualquier proceso químico, por ejemplo, el que quiere obtener gasolina en el proceso de obtención de gasolina, quiere conseguirlo, y no gases o fuel. Por lo tanto, el proceso debe enfocarse a ello, y no a otra cosa, tanto si se quiere conseguir una fibra polimérica como si no cualquier otra cosa, ella lo más limpia posible, sin contaminación.
Elh. : Dicen que hay que enfocar el proceso hacia lo que uno quiere. Pero, ¿cómo se consigue?
A. C. Cada tipo de catalizador dirige de forma especial las reacciones químicas. Esto se hace mediante zeolitas, es decir, mediante filtros moleculares. Si se consigue controlar el orificio de esta red molecular durante la reacción, se puede elegir qué moléculas pasan por las zeolitas y cuáles no. Por lo tanto, de esta manera se canaliza la reacción hacia la obtención de un producto u otro.
Elh. : Volviendo a temas más generales, para el año 2000 en Granada se celebrará un seminario sobre catálisis. ¿Para qué?
A. C. Este tipo de congresos se celebran cada cuatro años, y puede decirse que son las olimpiadas de la catálisis. Se reunirán los científicos que estamos trabajando en el campo de la catálisis y se presentarán los avances que se han producido. Es un congreso de gran prestigio, en el que todos quieren presentar sus trabajos, pero el deseo de presentarlos no suele ser suficiente. En base a criterios científicos se realiza una preselección y se decide qué trabajos se presentan y cuáles no.
Elh. : ¿Y qué papel juegas en ese congreso?
A. C. Como presidente del comité científico, junto con otros expertos nacionales y extranjeros, mis funciones serían la selección de los trabajos a exponer en el congreso y la participación en la organización de sesiones científicas.
Elh. : Hemos hablado de la presentación de los avances, pero en las olimpiadas también se habla de la competición, ¿se puede hablar de ello en un congreso de estas características?

A. C. Por supuesto, en el mundo científico siempre hay competencia. El que busque algo nuevo siempre tratará de encontrarlo él y no otro, si otro sale primero, ha terminado el trabajo. La competencia se produce cuando surge la necesidad de ser uno el primero en conseguir un objetivo concreto, competencia que en el mundo industrial es aún más ferviente, porque el primero, el que saca la patente, consigue la exclusividad.
Elh. : Los avances se presentan cada cuatro años. Sin embargo, el trabajo de investigación es continuo. ¿Cómo ve la situación del mundo de la investigación?
A. C. En cuanto al ámbito de la investigación en España, es evidente que en los últimos 10 años se ha realizado un esfuerzo importante y especial por parte de la Administración. Como consecuencia de ello, en España existen en estos momentos equipos altamente competitivos a nivel internacional y bien posicionados.
Sin embargo, parece que últimamente el empuje no es tan grande, se está reduciendo y perdiendo un poco. Esta situación no tiene mucho sentido, porque la investigación no admite cortes, siempre hay que ayudarle. Avanzar con impulsos esporádicos, además de ser insuficiente, es prácticamente imposible.
Elh. : A la hora de hablar del mundo de la investigación o de los investigadores, a menudo se conocen en los medios investigadores que se desplazan al exterior, no se mencionan noticias del Estado. ¿Por qué?
A. C. Para empezar, mencionaría los clichés que se utilizan en los medios de comunicación; uno, como ahora todo es medio ambiente, otro son los cerebros que han ido y van al exterior. Es cierto que hay muchos españoles en el extranjero, pero también es cierto que hay un gran número de personas en todo el mundo fuera de su país: húngaros, franceses, ingleses, etc.
En ese sentido, la ciencia es muy internacional, tiene ese carácter. Además, como es normal, cualquier país quiere tener a la mejor gente posible; en el fútbol se hace así y creo que habría que hacer más en ciencia, pero como este país no es potencia científica, hemos perdido gente y oportunidades.
Elh. : El dinero recibido en el Premio Iberdrola también debe destinarse a ello.
A. C. Los 12 millones del premio no los guardaré para mí. En el caso de que la administración y algunas empresas me apoyen, tengo intención de crear una fundación a partir de ese dinero, con el fin de conceder becas a personas que trabajan en el campo de la catálisis.
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