}

Tendrá que ver atunes rojos, rojos

1999/07/11 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia

A pesar de que la temporada del atún está en pleno auge, año tras año las quejas de los pescadores aumentan debido a la disminución de las capturas por pesca industrial. Nuestra situación en el mar ha empeorado, pero hay quien está peor que la nuestra, sin ir más lejos el Mediterráneo. Desde junio hasta agosto, en el Mediterráneo se reúnen con un único objetivo: capturar el mayor número posible de atunes rojos.

Los atunes rojos son peces de gran tamaño -hasta 600 kilos-, nadadores rápidos y comedores fuertes. El atún rojo realiza grandes migraciones tanto para reproducirse como para ir a buscar comida. En esta época del año, los cardúmenes de atunes se concentran en el Mediterráneo, al norte y al este de las Illes Balears, que son para ellos época y lugar de puesta. Como consecuencia de ello, los barcos pesqueros industriales de todo el mundo tienen una importante cita anual en las aguas del Mediterráneo, en detrimento del atún rojo.

Debido a la sobrepesca, la población de atún rojo ha disminuido de forma notable en los últimos años. Según datos de los grupos ecologistas, la población adulta de atún rojo ha disminuido un 80% en los últimos 20 años. En pocos años no quedará el atún para la pesca.

La mayor parte de los ejemplares capturados en el Mediterráneo son enviados a Japón. En enero de 1998 Japón importó 3.078 toneladas de atún fresco en avión, duplicando la cifra de 1997. En el mercado japonés, el atún rojo es un pescado muy apreciado, con un precio de 5.600 pesetas el kilo, por lo que en el Mediterráneo se concentran numerosos barcos de pesca pirata que no forman parte de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún. La mayoría de los palangreros piratas que faenan en las cercanías de las Baleares son industriales, tienen una longitud de 55/60 metros, pueden utilizar palangres de 100 kilómetros de longitud y más de 2.000 anzuelos. Junto a estos barcos ilegales otros muchos de los países del Mediterráneo, con otras técnicas de pesca, y por último, cada vez más pequeños barcos dedicados a la pesca deportiva. Sumados los legales y los ilegales, el futuro del atún rojo se ha convertido en negro.

A pesar de que estos barcos capturan atún rojo, muchos de ellos no forman parte de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún, por lo que no se puede saber cuánto se captura ni si cumplen o no los límites establecidos al respecto. Por ello, la citada Comisión Internacional ha adoptado una serie de medidas para hacer frente a estos abusos, como la prohibición de la importación del atún de Belice, Honduras o Panamá, pero muchos barcos están cambiando de ikurriña. Estados Unidos y el propio Japón, miembros de la Comisión, han prohibido la importación de atún de barcos de varios países, pero la realidad es que la comercialización del atún no se ha visto interrumpida. A pesar de que desde el año 1974 los científicos preveían el peligro del estado del atún y recomendaron pescar menos, nadie les ha hecho caso. Algunos datos aportados por Greenpeace son:

  • Año 1974: Las capturas aumentaron de 5.000 a 14.000 t.
  • Año 1994: 38.000 toneladas. En ese año, la Comisión Internacional antes citada solicitó la prohibición de la pesca de los buques de palangre de más de 24 metros de eslora en junio y julio. Junto a ello, recomendó reducir un 25% las capturas totales.
  • Año 1995: Las recomendaciones de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún entraron en vigor, pero nadie las respetaron.
  • Año 1996: La Comisión Internacional recomendó reducir las capturas de atún rojo en un 35%.
  • A partir de 1997: Se han declarado 44.000 toneladas anuales de atún rojo. La Comisión Internacional para la Conservación del Atún considera que la realidad es aún más grave. Dado que en los datos mencionados no se tienen en cuenta las capturas de los barcos piratas, la Comisión Internacional considera que pueden ser entre un 30 y un 35% superiores. Por lo tanto, los cálculos realizados por los científicos, que son muy negativos, tampoco predicen un futuro bonito.

Hasta ahora hemos hablado de cifras, pero el modo de capturas puede ser más grave que el de capturas altas. Y es que, además de capturar demasiados ejemplares rojos en época de puesta, también se capturan atunes demasiado jóvenes. El atún rojo llega a la madurez sexual a los cinco años -cuando tiene unos 30 kilos–, aunque por ley también se pueden capturar atunes de más de seis kilos. En el Mediterráneo y el Golfo de Bizkaia, la captura de los atunes de menos de seis kilogramos y medio de peso puede representar entre un 35% y un 40% del total. Esto significa que el mercado de los atunes jóvenes está creciendo y, desde el punto de vista científico, el futuro de la especie se tambalea. Por ello, de cara a la campaña de este año, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún ha establecido una cuota de capturas de 32.000 toneladas. En cualquier caso, la citada Comisión considera que si el número de capturas disminuyera a 25.000 t, la pérdida de atún rojo quedaría sin recuperarse. Así las cosas, está claro que el atún rojo tendrá que ver los rojos.

Publicado en 7

Gai honi buruzko eduki gehiago

Elhuyarrek garatutako teknologia